Fue a jugar un torneo de pato en Jujuy y, gracias a un vendedor ambulante, terminó conociendo al amor de su vida

Durante el "AGN Nissan Equestrian Week" que se disputó el fin de semana en Tapia, Ignacio Murga y María Belén Ruiz relataron su alocada y apasionante historia.

ENAMORADOS. Luego del triunfo de su equipo, Ignacio Murga celebró junto a su novia María Belén Ruiz. ENAMORADOS. Luego del triunfo de su equipo, Ignacio Murga celebró junto a su novia María Belén Ruiz. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas

Su amor floreció gracias un protagonista inesperado. Y en sus pasiones por los caballos encontraron un lazo que los une más allá de los kilómetros que intentan separarlos. En el “AGN Nissan Equestrian Week”, el equipo de pato Steed venció de manera agónica a Dilema 5-4 por gol de oro. Y en ese sentido, quien celebró el triunfo de forma eufórica fue Ignacio Murga. El jinete de 30 años no pudo borrar su sonrisa tras la ajustada victoria y en el momento que bajó de su caballo recibió las felicitaciones de su novia María Belén Ruiz. Esa alegría compartida no fue para menos ya que “Nacho”, acostumbrado a jugar al polo, aceptó el difícil desafío de trasladar la pelota con asas para “salvar” a un colega.

“Lo reemplace a Adolfo Torres Bugueu, quien por temas laborales no pudo estar presente esta vez. Yo juego al polo en realidad, pero en todo lo que sea caballo estoy a la orden. Empecé en el deporte ecuestre gracias a mi papá, al que le gustaban los caballos y de chico ya lo acompañaba a los torneos. Siempre me llamo la atención. Vengo muy seguido a Tapia porque acá te desconectás, dejás el teléfono y todos los líos del trabajo”, explica Murga, quien trabaja en una constructora. “El grupo, aquí en Tucumán, es reducido y todos nos conocemos. El pato, siempre después del torneo, es asado entre amigos y una guitarreada”, añadió “Nacho” sobre la iniciativa de reemplazar a su amigo y colaborar en el equipo de Steed.

A TODOS LADOS. Belén no tiene problemas en acompañar a Ignacio en sus partidos de polo. A TODOS LADOS. Belén no tiene problemas en acompañar a Ignacio en sus partidos de polo.

A su lado, con un tapado de color rojo y una sonrisa enorme estaba María Belén. Eso sí, con un poco de alivio luego de lo que había sido el desarrollo del partido. “Es re lindo estar del otro lado, pero a mí me gusta más el polo. Este deporte tiene riesgos altísimos y es menos prolijo. Entonces, verlo aquí cómo que me da miedo de que se caiga o le pase algo”, explicó antes de mostrarse un poco molesta porque no tuvo dedicatoria especial. “¿Qué me va a dedicar?”, bromeó Belén antes de contar su historia de amor con Ignacio.

En 2016, Murga había decidido presentarse en el torneo de pato de El Algarrobal (Jujuy) junto a su papá Diego, a Adolfo Bugueu y a Juan Martín Mendilaharzu. En modo turistas, el grupo salió a recorrer la peatonal céntrica de “La Tacita de Plata” y en ese instante, Ignacio terminó flechado.

La oriunda de San Salvador, María Belén, estaba con sus amigas mirando las películas que vendía un vendedor ambulante y justamente fue él quien ofició de “cupido”. “Miren chicas, ellos vienen de afuera, acérquense”, fueron las palabras justas y necesarias del vendedor para que Ignacio y María Belén tengan su primer acercamiento. Además también hubo aporte de Juan Martín, qué preguntó qué actividades había durante la noche jujeña.

“Fue todo muy bizarro. Ni siquiera estábamos en el torneo. Jugábamos allá, ella estaba viendo unas películas y el de la peatonal nos hizo la segunda”, recordó Ignacio, que ese mismo día asistió a una juntada entre los dos grupos.

Allí, María Belén dio el primer paso a un amor que sostiene hasta hoy. “Él ahora habló porque lo estás entrevistando, pero es muy tímido y tuve que tomar la iniciativa yo”, aseguró la jujeña de 25 años, que actualmente trabaja en su ciudad natal.

Si bien ella estuvo mucho tiempo en Tucumán por estudios, por motivos laborales tuvo que regresar a Jujuy. No obstante, se ven cada fin de semana y ella se mantiene a la espera de un traslado. “Sí se da su tiempo para la relación, pero lo cierto es que yo lo acompaño mucho también. Yo viví acá por estudios, pero por trabajo me tocó volverme. Es re lindo acompañarlo, a mí me encanta”, aseguró Belén antes de fundirse en un abrazo con Murga.

Ambos se retiraron analizando lo que dejó el partido y disfrutando de estar juntos en un torneo ecuestre; una disciplina que ya sea por destino o casualidad, los termino uniendo.

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