San Martín de Tucumán tendrá el difícil desafío de dejar atrás una semana para el olvido

La eliminación con Almirante Brown dejó dudas en el rendimiento, pero en el plantel del “santo” aseguran que están listos para revertir la situación.

¿Qué pasó con Diego Flores cuando el plantel de San Martín de Tucumán arribó tras la eliminación en la Copa Argentina? ¿Qué pasó con Diego Flores cuando el plantel de San Martín de Tucumán arribó tras la eliminación en la Copa Argentina?

No son días fáciles los que se viven en San Martín de Tucumán. Un foráneo podría mirar la tabla de posiciones de la Primera Nacional y preguntarse por qué los hinchas exigen tanto a su equipo. Sin embargo, lo sucedido en Santa Fe por la Copa Argentina parece haber sido la gota que rebalsó el vaso de muchos fanáticos. Tras las polémicas declaraciones de Iván Zafarana, la delegación intentó mostrarse enfocada en la previa a lo que iba a ser un partido clave de eliminación directa, pero el equipo exhibió una cara completamente diferente y, si bien logró empatar tras estar 0-3 abajo, la caída en los penales contra Almirante Brown (y consiguiente eliminación) significó un golpe de nocaut.

Diego Flores fue una de las personas más nombradas en la semana por lo sucedido con Zafarana y, en las horas previas al partido contra Almirante Brown, todas las cámaras apuntaron al cordobés. Más allá de eso, lo sorprendente fue que el técnico volvió a repetir el esquema que había plasmado el pasado fin de semana contra Tristán Suárez: un 4-4-2, esta vez con el ingreso de Lautaro Fedele por Mateo Acosta.

Más allá del empate, en Ezeiza el equipo había dejado una endeble imagen y varios aspectos a resolver: no había llegado al arco rival, no había tenido contención en el medio, la defensa había mostrado falencias en la marca y para colmo el equipo perdió la cima de la zona A a raíz de ese 0-0. Con ese panorama, todos imaginaban que un partido eliminatorio era el momento de cambiar. Sin embargo eso no pasó y el “santo” recibió otro golpe.

Apenas iban cuatro minutos del desarrollo en Santa Fe y Almirante ya celebraba en el estadio de Colón gracias al derechazo de Tomás Almada. Luego, en las siguientes aproximaciones de la "fragata", llegaron el segundo y el tercero por lo que Flores y sus dirigidos se fueron silbados al entretiempo.

En el complemento se vio una imagen completamente diferente de San Martín, ante uno de los peores equipos de la Primera Nacional. Los ingresos de Pablo Hernández, Nicolás Moreno, Guillermo Ferracuti y Gonzalo Klusener aportaron velocidad y verticalidad a un equipo que no encontraba los caminos para llegar al arco.

Con más delanteros en el área, Nahuel Banegas se sintió más cómodo para soltarse en la ofensiva y aportó un doblete. El lateral, que respaldó a Flores y se fundió en un brazo con él durante uno de sus festejos, se podría haber llevado la pelota a casa, pero el línea ya le había anulado un gol por una supuesta posición adelantada.

Llegó el tanto de Klusener, el empate, una ilusión que duró poquísimo y que no pudo ser sostenida únicamente por las atajadas de Darío Sand.

Hoy los ánimos no están bien en La Ciudadela. Los hinchas exigen cambios (de actitud, de nombres, de esquema y hasta algunos piden de entrenador).

"Está todo tranquilo. Estamos unidos y con ganas de levantar esto. El lunes tenemos una linda ocasión para revertir lo que sucedió", le dijo a LA GACETA un allegado al grupo. “Cuando uno no le puede dar lo que va a buscar, ir y ganar, uno queda en deuda. El apoyo total de todos los sectores lo vamos a obtener cuando ganemos, todavía no le hemos dado nada para merecer un apoyo total”, dijo un autocrítico Flores durante la rueda de prensa post caída.

Sin embargo, los interrogantes no cesan en los pasillos de La Ciudadela. Flores por ahora tiene banca (de los dirigentes) pero los planteos y sobre todo los rendimientos del equipo en los últimos partidos generan dudas. ¿Hasta cuándo se estirará la soga? ¿Podrá el DT darse cuenta que debe modificar algo para obtener diferentes resultados?

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