La mítica historia de la camiseta bordó de San Martín de Tucumán: el día que Racing usó la piel del “santo” para enfrentarlo

UN TORNEO DIFÍCIL. El “santo” no había arrancado de la mejor manera. Era el último de la zona “B” con tres puntos.

El partido fue por la sexta fecha del torneo Nacional de 1976. El “santo” estaba en el fondo de la tabla de posiciones de la zona “B” con tres puntos; mientras que Racing llegaba como tercero con cinco unidades

Benjamín Papaterra
Por Benjamín Papaterra 18 Mayo 2024

Cada partido tiene una historia para contar. Los goles, las faltas y el desarrollo del juego hacen que el relato de cada encuentro sea único. También existen causas extra futbolísticas. El contexto o el color de la hinchada son protagonistas de historias que quedan en la retina de los fanáticos. Aunque existen casos en los que las particularidades se apropian de la escena. Sí, curiosidades que revolviendo el archivo se logran desentrañar.

Uno de los últimos casos fue el partido entre San Martín y Racing del torneo Nacional de 1976. ¿El escenario? La Ciudadela. A priori, un partido sin demasiada relevancia. Sí, uno más que forma parte del historial de la historia de ambos clubes. Pero, el duelo contó con una rareza en el mundo del fútbol: la “academia” utilizó la camiseta bordo de San Martín -que había estrenado su primera versión en aquella temporada- para enfrentarlo. Pero… ¿por qué se dio esto?

El duelo estaba programado para el 10 de octubre, a las 16. En la previa estaba programado un partido preliminar entre las sextas divisiones de Central Córdoba y San Martín.

El “santo” no había arrancado el torneo de la mejor manera. Era el último de la zona “B” con tres puntos (las victorias daban dos unidades y los empates brindaban una). Solo había logrado una victoria frente a Atlanta y un empate con Ledesma. Luego acumuló derrotas frente a Atlético, San Telmo y River. Las estadísticas goleadoras agravaban la situación. Solo había convertido dos goles y recibido cinco en seis fechas.

HECHO CURIOSO. Ambos equipos utilizaron la indumentaria de un mismo club en un partido oficial. Un hecho raro. HECHO CURIOSO. Ambos equipos utilizaron la indumentaria de un mismo club en un partido oficial. Un hecho raro. BANCO DE IMÁGENES ARCHIVO LA GACETA

Racing, en tanto, llegaba mejor. Era tercero con cinco unidades. Venció a Estudiantes y Ledesma; pero cayó frente Independiente y Atlanta. A esto se sumó el empate con el “candombero”. Todos estos condimentos hacían que el duelo pueda funcionar como un punto de inflexión en el partido.

El anuncio del encuentro también estuvo acompañado por una historieta de Ceferino Sirgo. Claro, ninguno de los dos clubes grandes de la provincia atravesaba su mejor momento y el caricaturista decidió realizar una tira humorística con aquella situación. “Para que quiebre ‘la mala racha’, un té compuesto de 17 yuyos… euforizantes, estimulantes, tranquilizantes contra los nervios. Según la fórmula de ‘Na Chichi’, los hice en termos para que no lo mezquinen y lo tomen en abundancia”, decía el personaje ‘Ña Fede’, mientras entrega la bebida al ‘Malevo’ y al ‘Pituco’.

La previa estuvo cargada de inconvenientes. El mal tiempo complicó el cronograma de la “academia”. Claro, Racing había decidido viajar un día antes a la provincia para enfrentar el cotejo. Si bien el avión despegó en el horario previsto (15.45), tuvo que retornar a Buenos Aires debido a un frente lluvioso que tenía orientación en Tucumán. La complicación también se extendió a Atlético. Los futbolistas del “decano” estaban en el Aeropuerto Benjamín Matienzo a la espera de la llegada del avión, debido a que dicha nave sería la que lo trasladaría hacia Buenos Aires para enfrentar a Independiente.

Todo esto provocó que tanto Racing como Atlético deban viajar el mismo día del partido. Pero, las complicaciones para la “academia” no terminaron allí. El equipo de Avellaneda tuvo que hacer una escala imprevista en Catamarca y llegó a la provincia dos horas antes del partido.  Toda esta odisea hizo que los dirigentes de los clubes tucumanos empiecen a considerar la posibilidad de viajar con 48 horas de anticipación. Aunque reconocían que tomar una medida de esas características implicaría mayores gastos. “En ese viaje hubo un problema con la indumentaria lo que provocó que tenga que jugar con la camiseta suplente de San Martín. Es la única vez en su historia que Racing usó una camiseta de esa tonalidad”, dijo Sergio Pittis, historiador de la “academia”.

ALGO EXTRAORDINARIO. Según el historiador Pittis, es la única vez que Racing usó una camiseta de esa tonalidad. ALGO EXTRAORDINARIO. Según el historiador Pittis, es la única vez que Racing usó una camiseta de esa tonalidad. BANCO DE IMÁGENES ARCHIVO LA GACETA

Pese a todos estos inconvenientes, el partido comenzó en horario. Según la crónica de LA GACETA, Racing fue el primero en tomar la iniciativa ofensiva en una cancha pesada y demasiada barrosa. Así, provocó las primeras dos llegadas de la partida. Una de ellas fue iniciada por Juan Carlos Cárdenas, que habilitó a Sergio Fortunato. El delantero lanzó un remate cruzado que pasó cerca del palo izquierdo de Juan Maguna.  Poco a poco, la “academia” perdió el dominio de la pelota y adoptó una posición conservadora y especuladora. Sí, los visitantes quedaron a la espera de un contragolpe efectivo que inclinara la balanza a su favor.

Esta situación provocó que San Martín sea el protagonista. A los 13’ del primer tiempo, José Miguel Sánchez lanzó un centro que Jorge Adrián Calderón no pudo conectar. Tres minutos más tarde, Francisco Rivadero lanzó un remate de media distancia que pasó cerca del arco de Carlos Suárez.

A los 20’, Carlos Avanzi disparó desde casi 30 metros y, luego de un rebote del arquero de Racing, Calderón volvió a probar al arco. Aunque, otra vez, los reflejos de Suárez volvieron a ser los protagonistas. Jacinto Eusebio Roldán también intentaría romper el marcador, pero la inefectividad era un karma que el “santo” no pudo superar esa tarde.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. “Toque y precisión”, fue el título elegido por los cronistas para definir el dominio del local. Tal fue así que la figura de Oscar Coullery tomó mayor protagonismo en el medio campo. Aunque la falta de profundidad en los últimos metros fue la gran deuda en el complemento.

La fórmula de Racing tuvo sus frutos a los 89. Sí, en el ocaso del partido. Agustín Balbuena tomó la pelota por la banda derecha y tiró un centro al área que fue aprovechado por Nicolás Roselli. El volante eludió al zaguero Jorge Peremateu y, cuando Maguna salió a tapar, disparó de manera rasante para poner el único tanto del partido. La eficacia del contragolpe fue la clave para que la “academia” lograra un triunfo en La Ciudadela.

“Planificamos el empate. Todavía recuerdo lo que nos pasó con Platense, que nos ganó especulando. Ahora, por lo menos cuando juegue mi equipo como visitante, adoptaré una estrategia conservadora. Nos salieron bien las cosas y creo que el triunfo se justifica porque supimos explotar nuestra oportunidad”, decía Pedro Dellacha en diálogo con LA GACETA, que por aquellos años se desempeñaba como técnico de la “academia”.

“El perdedor no fue práctico”, fue la definición de los cronistas de la época para definir la actuación de San Martín. La principal crítica era la ausencia de un “9” nato, ya que Avanzi estaba en una posición que no le era natural. También criticaron el exceso de pases, la escasa disposición a disparar de media distancia y el juego individual. Todos estos factores derivaron en que el “santo” pierda peso ofensivo en el segundo tiempo. Aunque la reflexión final era clara: “no ganó el mejor”. “Las palabras están de más. Ya sé que no hay definición, pero que quieren que haga si no tenemos un centro delantero”, decía Gualberto Muggione, que recién daba sus primeros pasos como DT del “santo”.

Otro dato a considerar fue la recaudación del partido. Pese al mal tiempo, La Ciudadela obtuvo una ganancia de $2.377.345. Dicha cifra fue alcanzada con la venta de 15.127: 533 plateas, 8.878 populares, 2.704 socios y 3.012 seguros.

De este modo, San Martín y Racing protagonizaron un hecho más que curioso para el mundo del fútbol. Claro, ambos equipos utilizaron la indumentaria de un mismo club en un partido oficial. Un suceso que quedará marcado tanto para la institución de Avellaneda como para el fútbol tucumano. 

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