Más de 2.000 personas quedaron sepultadas por un enorme corrimiento de tierras que arrasó un pueblo en Papúa Nueva Guinea. El gobierno pidió ayuda internacional para las labores de rescate.
“El deslizamiento sepultó a más de 2.000 personas vivas y causó importantes destrozos en edificios, huertos, además de afectar gravemente a la base económica del país”, indicó el centro nacional de catástrofes papú en una carta a la ONU.
Una aldea situada en la ladera de una colina en la provincia de Enga, en el centro del archipiélago, fue casi completamente arrasada cuando colapsó parte del monte Mongalo la mañana del viernes, sepultando casas y a las personas que dormían en su interior.
La principal carretera que conduce a la gran mina de oro de Porgera estaba “completamente bloqueada”, informó el centro de catástrofes en su carta a la oficina del coordinador residente de Naciones Unidas en la capital, Port Moresby.
“La situación continúa siendo inestable pues el deslizamiento de tierras continúa avanzando lentamente, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles sobrevivientes”, agregó.