El río Yarlung Tsangpó, donde se establece la presa, atraviesa la meseta tibetana. Getty Images
Al otro lado del mundo, en una pronunciada curva de un remoto río del Himalaya, la presa más grande del mundo dejó de ser un simple proyecto. El 21 de julio de 2025, China dio luz verde a la construcción del sistema hidroeléctrico en el río Yarlung Tsangpó a cientos de kilómetros de la populosa costa. Una pieza ambiciosa que suscitó preguntas para las que parece no haber respuesta.
El sistema hidroeléctrico más grande del mundo tiene un valor de 168 mil millones de dólares y su objetivo es generar más electricidad que cualquier otro sistema del mundo. Los expertos afirmaron que esta obra, construida en el curso bajo del Tíbet, será una proeza de ingeniería sin precedentes. Sin embargo, el diseño de la obra aún no tiene confirmaciones oficiales.
Un diseño de especulaciones y pocas certezas
A pesar de ser el sistema hidroeléctrico más ambicioso del planeta, el diseño final se maneja bajo un estricto código de "secretismo" oficial. Bajo el nombre clave "YX", las pistas recopiladas por imágenes satelitales y documentos filtrados sugieren un complejo industrial que parece ciencia ficción.
En lugar de una sola pared gigante, el plan consistiría en: excavaciones masivas a través de las montañas para "enderezar" el río; una serie de cinco estaciones hidroeléctricas subterráneas que aprovecharían un desnivel de 2.000 metros de altura y embalses que podrían extenderse por decenas de kilómetros, inundando tierras ancestrales y reservas naturales vírgenes donde habitan especies en peligro como el leopardo nublado, según informó CNN.
El proyecto mantiene divididos a quienes lo consideran un aporte al futuro climático, mientras que otros alertan sobre quiénes serán los perjudicados. En parte podría contribuir a mitigar las alteraciones medioambientales, ayudando a China —el mayor emisor de carbono del mundo en la actualidad— a abandonar la energía a base de carbón. Sin embargo, su construcción también podría perturbar un ecosistema excepcional y prístino, así como los hogares ancestrales de los residentes indígenas.
Un informe del medio citado advirtió que el proyecto está rodeado de enigmas, lo que profundiza las preguntas sobre las consecuencias de este gigantesco proyecto. “Este es el sistema de presas más sofisticado e innovador que el planeta haya visto jamás”, afirmó Brian Eyler, director del Programa de Energía, Agua y Sostenibilidad del centro de estudios Stimson Center en Washington. “También es el más arriesgado y, potencialmente, el más peligroso”.
China discrepó. En una declaración a la CNN, su Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que el proyecto se había sometido a décadas de investigación exhaustiva y que se habían implementado medidas rigurosas de seguridad de ingeniería y protección ecológica para garantizar que no afectara negativamente las zonas río abajo.
¿Una bomba de tiempo geopolítica?
Más allá de los efectos a largo plazo, los expertos advierten que también se trata de una disputa de poder. El desarrollo hidroeléctrico en el bajo Yarlung Tsangpo "no es simplemente una iniciativa hidroeléctrica", es también un proyecto de seguridad nacional, que abarca la seguridad de los recursos hídricos, la seguridad territorial y más, dijo Yan Zhiyong, entonces presidente de la Corporación de Construcción Eléctrica de China (PowerChina), en un discurso de 2020, según la publicación de los medios de comunicación estatales chinos.
El proyecto no es solo una obra de ingeniería; es una pieza de ajedrez en la frontera más caliente del mundo. Al ubicarse en la "Gran Curva" del Himalaya, a escasos kilómetros de la frontera en disputa con la India, la presa otorga a Pekín el control total sobre la llave de paso de una región que es la "torre de agua" de Asia.
En Nueva Delhi se encendieron las alarmas. Expertos y funcionarios indios ya calificaron al proyecto como una "bomba de agua". El temor es que, en un conflicto, China pueda retener el caudal para secar los campos de India y Bangladesh, o liberar descargas masivas que provoquen inundaciones catastróficas río abajo. Mientras que el presidente Xi Jinping lo presenta como un pilar de "seguridad nacional" y energía verde para alimentar sus modelos de Inteligencia Artificial, sus vecinos lo ven como una amenaza existencial que podría alterar para siempre la agricultura y la pesca en el Brahmaputra.






















