La danza de los millones y el operativo “fidelización”

¿Qué implica volcar al circuito financiero un cuarto de billón de pesos en 21 días? Además de la ingeniería financiera que este anuncio implica, detrás del anuncio que hizo el gobernador Osvaldo Jaldo hay varias cuestiones relacionadas a la consolidación de su poder en una provincia que es el centro de consumo regional. El mandatario llegó a los siete meses de administración precedido con un ajuste fiscal que ha implicado recortes de gastos por doquier y un ahorro forzoso en un escenario recesivo. Ahora ha dicho que volcará alrededor de $12.000 millones diarios, en promedio, e inundará de pesos la plaza comercial con el pago de dos planillas salariales (mayo y junio) y del medio aguinaldo. Y aquí surgen algunos interrogantes.

El primero está relacionado con la capacidad operativa del agente financiero de la provincia para atender la demanda de dinero en los cajeros automáticos. En este punto, Banco Macro ya ha preparado algunos cajeros para cargarlos con los billetes de más alta denominación que circulan. En efecto, el Banco Central comprometió el giro de papeles de $ 10.000 millones que irán llegando al Tesoro Regional en la medida que las entidades financieras lo reclamen. El billete con la imagen de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle saldrá de algunos ATM. A eso se sumarán los billetes de $ 2.000, que también contribuirán a atender aquella demanda. La incógnita está en los de $ 1.000 que, en gran medida, están en poder de los grandes operadores y que demoran un poco más en volver a la calle por el costo de logística que implica su traslado. Todo indica que el sistema estará aceitado y que se pondrá a prueba en un momento complicado para la economía.

La segunda cuestión está relacionada con la especulación. Es cierto que los precios siguen subiendo al momento de adquirir mercaderías a proveedores y mayoristas, pero el traslado al costo final, al consumidor, no necesariamente debe significar un incremento por encima de la inflación, sostienen en el Gobierno. Esta semana, el ministro de Economía y Producción, Daniel Abad, ha puntualizado que, así como el Estado hace un esfuerzo fiscal para sostener la regularidad en el pago sus obligaciones salariales, de la misma manera el comercio en general tiene que poner su granito de arena para apuntalar el consumo y que, en ese proceso, la sociedad tenga la sensación de que se recupera el poder adquisitivo de su ingreso. Desde el Poder Ejecutivo se pondrán en contacto con los principales referentes del comercio minorista, con el fin de solicitarles que no haya remarcaciones extraordinarias, de tal manera de contribuir al encarrilamiento de la economía local. Pero, por otro lado, el mismo Gobierno distribuirá en las calles inspectores de la Dirección General de Rentas y de la Dirección de Comercio, con el fin de que fiscalicen si las operaciones se concretan como marca la legislación vigente y si es que los precios se mantienen dentro de los cánones normales. En otras palabras, que no haya disparada en las góndolas.

Un tercer interrogante se plantea respecto del anuncio: ¿de dónde surgió tanto dinero para cerrar el primer semestre del año sin contratiempos fiscales? A Jaldo, como a otros gobernadores que adoptaron medidas de contracción del gasto público, se le alinearon los planetas. La reducción de la estructura estatal más la eliminación de los contratos políticos le ha reportado al Gobierno no menos de $ 120.000 millones desde noviembre hasta la fecha. Esa fue una de las claves para anunciar, anticipadamente, el pago de los sueldos de mayo y de junio más el medio aguinaldo a los casi 100.000 estatales. La otra parte se explica por el lado de la coparticipación federal de impuestos. Mayo siempre ha sido un mes excepcional en materia de reparto de la recaudación nacional. Sin embargo, con la devaluación y la inflación, las grandes empresas con activos dolarizados registraron importantes ganancias de capital, lo que implicó que paguen mucho más Ganancias de lo que habitualmente se hace. Una situación puntual fue la que registraron los bancos.

Buen alumno

El gobernador ha decidido sentarse sobre el presupuesto y prácticamente desalienta gastos extraordinarios para mantener la imagen de buen alumno ante el Gobierno nacional en vistas a un posible acuerdo fiscal que vaya más allá del Pacto de Mayo. El ministro de Economía y Producción, Daniel Abad, es el encargado de cerrar el grifo financiero y así lo ha hecho a lo largo de estos meses. El viejo juego de policía bueno, policía malo ha funcionado.

El mes que viene, el Poder Ejecutivo discutirá nuevamente con los intendentes el nuevo esquema del Pacto Social. Uno de los planteos pasa por la autonomía a la hora de recaudar tasas. Por el lado de las comunas rurales, el ministro del Interior, Darío Monteros, ha recibido un informe, según el cual las 93 jurisdicciones han presentado, en tiempo y en forma, los balances del segundo bimestre del año. En los hechos, esto implicaría que el boletín de calificaciones de los comisionados rurales no tendrá un rojo y, por ende, deberían pasar sin contratiempos los controles del Tribunal de Cuentas.

A lo largo de este período de gestión libertaria, Jaldo ha portado la bandera dialoguista, capitalizando la asistencia nacional, pero también cosechando las críticas de sus pares justicialistas. El gobernador está convencido de que ese es el camino que deben recorrer las provincias para contribuir al equilibrio económico y político de un país en crisis. Más allá de su exposición, el jefe del Poder Ejecutivo no ha dejado de ocultar su molestia por la falta de acompañamiento institucional de todos aquellos que, en mayor o en menor medida, se benefician de la sintonía fina de Tucumán con la Casa Rosada. Puntualmente, de algunos legisladores, de la mayoría de los intendentes y de los comisionados rurales. Los apoyos han sido generales, pero pocos se han jugado públicamente por decisión propia. Jaldo sabe que el peronismo suele acompañar solamente hasta la puerta del cementerio en los momentos más duros; pero cuando todo está en orden, resulta más sencillo llenar de dirigentes el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.

El operativo “fidelización” está en marcha. El sainete legislativo con el proyecto que le ampliaba facultades a los auxiliares judiciales puso al desnudo la falta de comunicación interpoderes y hasta partidaria. Esos desacoples no suceden a menudo, mucho menos cuando el mensaje es que la iniciativa había recibido el visto bueno de la Casa de Gobierno. Las miradas apuntaron hacia el vicegobernador Miguel Acevedo porque nada puede pasar en la Legislatura sin que su titular no lo sepa. Al menos esa es la concepción jaldista. Hacia el futuro y para evitar nuevos enredos políticos, se menciona que se designarán tres interlocutores permanentes que se encargarán de coordinar las acciones, más allá de dónde provengan los proyectos. “Con estas idas y vuelta sólo logramos revivir a la oposición”, indicó un oficialista con acceso directo al edificio de 25 de Mayo y San Martín. Pero no sólo en ese se quedará aquel “operativo fidelización”. También se le sugerirá a los intendentes que apoyen públicamente la sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal. En ambas medidas, según el Ejecutivo, están en juego unos $ 180.000 millones que deberían girarse hasta fin de año por la restitución de Ganancias, la moratoria y el blanqueo de capitales. Jaldo, en suma, quiere que todos pongan los pies en el plato, porque todos se alimentan con ese mismo recipiente.