El incidente entre la barra de Atlético Tucumán y los jugadores que obligó a contratar seguridad privada

Durante el 2023 el plantel comenzó a entrenarse con seguridad privada debido a los daños que recibió el auto de Guillermo Acosta y el cruce verbal entre jugadores y barrabravas.

VESTUARIO. Gustavo El Gordo González junto a los jugadores de Atlético Tucumán en el vestuario. Foto: Facebook La Inimitable. VESTUARIO. Gustavo "El Gordo" González junto a los jugadores de Atlético Tucumán en el vestuario. Foto: Facebook La Inimitable.
30 Mayo 2024

El 2 de octubre Atlético Tucumán recibió a Central Córdoba, partido que terminó 0-0 y que se dio en medio de una seguidilla de malos resultados del equipo que era conducido por Sergio Gómez y Favio Orsi. Lo extraño sucedió en los últimos entrenamientos que se llevó a cabo en el estadio José Fierro y que obligó a los dirigentes a tomar una drástica decisión.

El viernes 29 de septiembre, mientras el plantel se entrenaba en el campo de juego del Monumental, el auto de Acosta -que estaba estacionado en el playón del club- fue dañado. Aparentemente le tiraron líquido corrosivo, que rompió la capa de recubrimiento dejando marcas o rayas verticales mientras se fue deslizando hacia abajo en la carrocería y también sacó parte de la pintura del portón. “Eso quedó en manos de los dirigentes, ellos tienen que resolver ese problema; agradezco porque se pusieron a disposición. Me dijeron que se van a hacer cargo de los daños del vehículo, pero está todo bien, todo tranquilo”, dijo el volante a LA GACETA en aquel momento, tratando de quitarle dramatismo a la situación.

Después de aquel episodio, no se volvieron a registrar hechos delictivos; mucho tiene que ver la respuesta de los dirigentes, que a través del pedido de Cristian Lucchetti, contrataron seguridad privada que hasta la fecha custodia cada entrenamiento del equipo.

Desde la comisión directiva no hubo ninguna aclaración oficial sobre lo sucedido aquel mediodía, aunque según pudo averiguar LA GACETA, se trató de un cortocircuito entre los jugadores y algunos integrantes de “La Inimitable” por cuestiones deportivas y económicas. El hecho sucedió semanas después que “Chichilo” Acevedo había salido en libertad y se encontraba en disputa con Gustavo “El Gordo” González por el manejo de la barrabrava, algo que luego habría sido solucionado. Lo cierto es que en aquel mediodía de viernes hubo gritos e insultos entre los barras y algunos jugadores en los que se encontraban Mateo Coronel, Joaquín Pereyra, Ramiro Carrera, Guillermo Acosta, Bruno Bianchi y Cristian Menéndez. La acalorada discusión sucedió mediante el portón principal del club que da hacia calle 25 de Mayo, los futbolistas del lado de adentro y los integrantes de La Inimitable desde afuera.

La solución de raíz, impulsada por Mario Leito fue contratar seguridad privada que hasta el día de la fecha acompaña a los jugadores tanto en los entrenamientos (complejo y estadio) como en los partidos, que se dividen en los diferentes accesos. Aunque siempre trataron de minimizar los hechos que se dieron en la vía pública.

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