“Tibio”, pero no tanto: vuelve Mike Chouhy con su stand up

El comediante llega al Centro Cultural Virla. Autorreferencial, cuenta en el escenario sobre sus hijas, su pareja, su paternidad y los runners.

CONFLICTOS COTIDIANOS. Mike Chouhy hace sus monólogos y toca la guitarra y el piano en las funciones. CONFLICTOS COTIDIANOS. Mike Chouhy hace sus monólogos y toca la guitarra y el piano en las funciones.

Con “Tibio” inició su gira por distintas ciudades del país, seguido de presentaciones en Montevideo, Paraguay, Colombia y Chile. Y no fue la primera.

Mike Chouhy sigue llevando su humor y su guitarra, repitiendo que “cuando cumplís los 30 años se da vuelta la tortilla, y cuando al cuerpo lo dirige una dieta: es inevitable la lucha entre las calorías, la grasa y la masa muscular”.

El comediante tiene más de 830.000 seguidores por Instagram, donde da vida a personajes que se han hecho famosos, y sus videos tienen millones de reproducciones.

¿Exitoso? Claro que sí, porque además se anota en la lista de aquellos que opinan que el humor es sanador. “Por supuesto, no te voy a sacar de una depresión o un dolor de columna, pero la vas a pasar bien una hora y pico”, le dice a LA GACETA.

Sus shows están atravesados por su familia, su mujer y sus hijas. Tan es así que la nota estuvo acordada para un horario en el que no tenía que ir a buscar a sus hijas al colegio. Autorreferencial como todo arte, según lo dejó establecido Umberto Eco en su tratado sobre estética.

Fantasías y tabúes

El standapero, que se presentará esta noche en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265), a las 21, logró alta audiencia con shows como “La nueva normalidad” y “La tiendita del horror”, en los que la interacción con el público se destaca bastante. Porque esa es otra de sus características. En febrero protagonizó “Permitidos”, una comedia que habla sobre las fantasías y los tabúes de pareja, sin remordimientos ni culpas.

- Desde hace un poco más de una década, el stand up es abrumador. Imagino que los mismos artistas se sienten en un movimiento de multitud. ¿Cómo te manejás con eso para distinguirte del resto?

- El stand up es una rama del teatro y cada una tiene su impronta. Todos hacemos humor desde su persona y todos somos diferentes; nos distinguimos por ser diferentes. No hay nada que no se haya hecho, toco la guitarra y el piano y trato de darle un distintivo por ese lado. Y realizo canciones de humor en el escenario. Pero en las redes tengo personajes como “ChetoConSube” y “JuanCassette” y la gente me llama por ese nombre en la calle y es muy loco, pero eso es en las redes sociales. El humor es un género autorreferencial. Arranqué hablando de mis salidas y los boliches, ahora hablo de mis hijas y de mi rol de padre.

- ¿Qué temas abordás en tus presentaciones?

- En cuanto a los temas, hablo de todo un poco. Lo que es para uno y lo que se afronta con 35 años. Tengo dos hijas y hablo mucho sobre mi paternidad, y de los conflictos con mi pareja. También hablo de ser tibio (como se llama el show), y lo que eso me genera, esa cosa de evitar los conflictos a toda costa; la justificación del título, los hijos, el trabajo y el paso del tiempo por ejemplo. Sobre el cierre hablo de la moda de los runners, esos corredores a los que cada vez se ve tanto.

- Has dicho varias veces que el humor hace bien, es sanador. ¿Realmente es así?

- El humor es sanador sí, decir las cosas y reírnos de lo que nos pasa. No te voy a curar una depresión o un dolor de espalda, pero las vas a pasar bien una hora y pico. Salir de tanta pantalla, disfrutar del teatro en vivo con un ser humano de carne y hueso, eso es relevante. Lo veo en todas las presentaciones que vengo haciendo con distintas obras. En el humor encontré un estilo de vida, una puerta de entrada a un universo fascinante y sanador.

- ¿Te ha pasado que en algún show estés de mal humor? ¿Cómo lo superás?

- Y es difícil salir de ahí, pero es parte de nuestro trabajo. Somos nosotros arriba del escenario, pero seguimos siendo un personaje, soy yo, pero acentuado; no soy en la vida real como se me ve en un escenario, es complicado. En los momentos de actuar me tengo que abstraer de lo malo que te está sucediendo para conectarte con el que está en el teatro. Me pasó una vez que mi hija estaba internada y tuve que salir a hacer la función. Y como la menciono mucho en el show, cada vez que hablaba de ella pensaba cómo estará, y tuve que abstraerme bastante y lo pude llevar adelante, pensando que a la noche me iría a dormir con ella en el hospital. Recuerdo ese momento porque tuve que abstraerme al máximo para seguir.

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