Lo piensa Facundo Sava y todo Atlético Tucumán: el arma que debe explotar el equipo de cara al segundo semestre

El equipo tuvo un bajo desempeño en ese aspecto durante los últimos años y no supo aprovechar un punto clave de campañas anteriores.

Lo piensa Facundo Sava y todo Atlético Tucumán: el arma que debe explotar el equipo de cara al segundo semestre MATÍAS NÁPOLI ESCALERO / ESPECIAL PARA LA GACETA

Todavía con margen para mejorar, el nivel de Atlético en la actual Liga Profesional supera con creces al exhibido en la Copa de la Liga pasada. Desde la llegada de Facundo Sava, el “decano” empezó a mejorar su rendimiento. Sin embargo, aún no lo puede plasmar plenamente en los resultados. Todavía le cuesta convertir y, en esa línea, no ha podido explotar un arma que podría ser clave: la pelota parada.

En líneas generales, la efectividad ha sido baja en lo que va del año. Más allá de que tras el receso pudo convertir en cuatro de los cinco partidos que disputó, el promedio de gol todavía es bajo: 16 tantos en 20 partidos; es decir, menos de uno por juego. Con Sava, igualmente, los números son mejores: 15 en 12 encuentros.

Más allá de todo, la pelota parada es una deuda pendiente; no sólo de este ciclo ni de este año. Ya desde 2023, los números en este aspecto demuestran que esa vía de ataque, que en otros años fue una gran alternativa para el “decano”, no está teniendo la incidencia necesaria.

En 2024, Atlético apenas pudo marcar un gol de pelota parada, aunque en una segunda jugada. En Córdoba, contra Talleres por la décima fecha de la Copa de la Liga, el tanto de Justo Giani llegó tras un córner en el que Francisco Flores ganó de arriba; su remate dio en el travesaño y, en el rebote, el ex Newell's ensayó una chilena que terminó venciendo la resistencia de Guido Herrera. El partido terminó 4-1 para los cordobeses, lo que opacó un poco el gol que, de igual manera, fue una buena noticia para Atlético, que en ese momento volvió a convertir tras ocho fechas de sequía.

Sin embargo, ese tanto sería un oasis en el desierto. Ni antes, ni después, Atlético pudo volver a festejar a través de la pelota parada. Y ocasiones no le faltaron. En total, en lo que va del año, tuvo 111 córners y sólo uno pudo terminar en gol.

Eso sí, no es un problema nuevo. En 2023, el "decano" jugó 42 partidos y de los 34 goles que marcó, apenas cuatro fueron gracias a una jugada de balón detenido: una barrida de Nicolás Romero en el 2-1 a Gimnasia en La Plata por la Copa de la Liga; una arremetida de Marcelo Estigarribia tras una peinada de Bruno Bianchi en el triunfo 2-0 también sobre Gimnasia pero en la Liga Profesional (ambos desde un córner), un cabezazo de Marcelo Ortiz en el 3-1 sobre Racing en Avellaneda tras un tiro libre de Joaquín Pereyra, y un zurdazo de Bautista Kociubinski luego de un córner de Pereyra.

En contraparte, Atlético también recibe muchos goles por esa vía. En 2024 le marcaron cinco tantos de esa manera: el de Claudio Aquino en el 1-1 contra Vélez (remate directo), los cabezazos de Mauricio Isla (1-1 contra Independiente), Fabrizio Sartori (2-2 contra Independiente Rivadavia) y Milton Giménez (0-3 ante Banfield), y el rebote en la espalda de José Devecchi tras el cabezazo de Federico Girotti (1-4 contra la "T"). En 2023, en tanto, recibió nueve goles de pelota parada: siete de cabeza, uno de remate directo y uno en contra.

¿Cómo se explica esta carencia? Por un lado la falta de buenos cabeceadores. Es conocido el buen juego aéreo de Estigarribia, que suele ganar muchos duelos, pero en las pelotas paradas no lo está pudiendo aprovechar. Romero es otro jugador con buena altura, sin embargo hasta ahora no lo pudo aportar en ofensiva. Por otra parte, los otros jugadores que suelen ir a buscar de arriba en los córners (Flores, Juan Infante, Guillermo Acosta, Mateo Bajamich) no suelen imponerse en sus duelos.

Además también hay fallas en las ejecuciones. Ni Pereyra (se hace cargo de las pelotas paradas habitualmente) ni Agustín Lagos pudieron explotar los lanzamientos.

Una tercera explicación (y que ya delega más responsabilidad en el cuerpo técnico) es la falta de variantes. Habitualmente Atlético no exhibe jugadas preparadas. En las últimas fechas, sí hubo una jugada que repitió en dos oportunidades y pudo generar peligro: centro al primer palo y anticipo de algún futbolista. Así Giani, de taco, tuvo su chance Contra Gimnasia, por Copa Argentina y contra Platense. Bajamich ganó en esa zona, y luego Acosta cabeceó en el segundo palo, aunque un desvío terminó mandando la pelota afuera.

Está claro que la pelota parada es un aspecto a mejorar en el "decano". En años anteriores supo ser una opción importantísima con grandes cabeceadores (Javier Toledo, Bianchi, Ortiz y Fernando Zampedri, entre otros), pero también con el “laboratorio” funcionando a full. Esa alternativa deberá trabajar Sava sabiendo que una pelota parada puede cambiar un partido. Claro, está en el "decano" comenzar a aprovecharlas.

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