La historia de Faustino Oro, el niño genio del ajedrez que buscará consagrarse como el maestro internacional más joven

Con 10 años, el argentino asombra al mundo. Detalles llamativos de un jugador adelantado a su tiempo, que en Madrid irá por un título sin precedentes.

NIÑO PRODIGIO. Con tan sólo 10 años y en muy poco tiempo, Faustino Oro mostró un crecimiento inusual y hasta derrotó al número 1 del mundo. NIÑO PRODIGIO. Con tan sólo 10 años y en muy poco tiempo, Faustino Oro mostró un crecimiento inusual y hasta derrotó al número 1 del mundo.

Esta historia comenzó, aunque cueste creerlo, durante la pandemia de covid-19. Esa nefasta etapa para la humanidad fue el tiempo en el que Faustino Oro, un pequeño hoy de 10 años, empezó a formatear su perfil de genio del ajedrez.

La profesora emérita de la Universidad Estatal de California, Barbara Clark, sostiene que la inteligencia es “el resultado de las características heredadas y las oportunidades ofrecidas por el ambiente en el que se vive”. La definición encaja en Faustino, cuya corta historia deportiva tiene detalles plenos de matices.

Oro está rompiendo hitos en la historia del ajedrez: ya es el jugador más joven de la historia en convertirse en maestro Fide. Además, es invitado habitual en los principales torneos del mundo. Por añadidura, está jugando ante oponentes más grandes en edad que él. Y hasta ya dio un batacazo al vencer en marzo de este año, tras 48 jugadas, al cinco veces campeón mundial y N°1 del ranking, el noruego Magnus Carlsen. Se midieron a ritmo bullet (ultra rápido) a un minuto a finish por jugador.

El pequeño, que hasta diciembre de 2023 vivía en el barrio porteño de San Cristóbal, se fue a España. Se mudó con sus padres (Alejandro y Romina, ambos contadores) a Badalona (cerca de Barcelona). Ellos renunciaron a sus puestos de ejecutivos en empresas multinacionales, con la intención de acompañar el progreso de su único hijo, hoy líder el escalafón en menores de 10 años.

Volvemos a citar a la pandemia. Antes de ella, Faustino no sabía cómo jugar al ajedrez y lo consideraba “aburrido”. Sí estaba al tanto de su existencia porque su papá lo juega, aunque como hobby. Hasta entonces, lo suyo era el básquetbol y el fútbol (es fanático de Vélez). Su mamá, cansada de que le rompa elementos del living de la casa a pelotazos, le pidió al papá que insista en enseñarle fundamentos del juego ciencia. Al principio le costó, pero pronto todo fue fluyendo, y una velocidad increíble. Parece una obviedad decirlo, pero hoy su padre ya no puede ganarle partida alguna.

Los inicios de Faustino Oro en el ajedrez

Una historia de entrecasa sobre los comienzos de “Fausti” en el ajedrez la contó su papá Alejandro. “Apenas le empecé a enseñar me dijo ‘este juego es muy difícil’. Entonces le propuse un desafío: por cada 100 puntos que ganara en la aplicación online en la que lo inscribí, le daría un premio. Pasaron pocos días y ya lo reclamó. Y al poco tiempo me pidió tres más en una misma semana. Es muy difícil subir puntos en la plataforma. Y entonces pensé ‘¿qué estará haciendo?'. Decidí conectarme para verlo jugar. Y lo que vi fueron jugadas que yo nunca había hecho. No era normal lo que hacía, pero él jugaba con naturalidad”.

La cuestión es que su dedicación fue en crecimiento. Incluso llegó a pedirle a su papá que le abra un canal de YouTube para efectuar transmisiones en vivo de sus partidas. Nota al margen: de hecho, se lo puede seguir hoy en la cuenta FaustiChess, con sus partidas impresionantes y el particular relato de cada movida que realiza.

EL MÁS BUSCADO. Faustino Oro despierta admiración en todos los continentes debido a su gran nivel. EL MÁS BUSCADO. Faustino Oro despierta admiración en todos los continentes debido a su gran nivel.

Otras historias que contó Alejandro sobre su hijo sorprenden. Por ejemplo, armaba a los tres o cuatro años el cubo mágico en dos minutos y medio. Y cuando se decidió a inscribirlo en el club Torre Blanca para ir puliendo sus habilidades, se aburrió con el primer profesor que tuvo, tomó sólo una clase y ya no quiso volver. Una más: cuando empezó a jugar en la plataforma virtual efectuaba las movidas casi instintivamente y mientras lo hacía ¡ya relataba las partidas como si se trataran de un partido de fútbol!

Es así que, desde aquel tenebroso 2020 para la humanidad, Faustino alumbró un sueño. Hoy es furor a nivel mundial por sus logros. Además de haber derrotado a varios grandes maestros a nivel rápido, hacen fila para enfrentarlo en los campeonatos online llamados “Title Tuesday” de la plataforma Chess.com. Y en YouTube están subidos muchos videos en los que se analizan sus partidas. El mundo queda asombrado con la capacidad de análisis del niño de anteojos con marcos gruesos nacido el 14 de octubre de 2013. Los especialistas dicen de él que posee un notable criterio para orientarse en la fase más difícil del ajedrez: la transición entre la apertura y el medio juego.

Según datos de medios especializados en ajedrez, para que un niño se convierta en jugador profesional se necesitan unos U$S 10.000 mensuales. En esta cifra se contempla la logística encargada de la selección de profesores, el costo de un entrenador permanente que habitualmente es el acompañante de sus viajes, además de pasajes, hotelería y los recursos informáticos necesarios para mantenerse en alta actividad.

Se han dado caso incluso de “mecenas” o grupos inversores (como ocurre con otras actividades deportivas como el golf o el tenis) que invierten su dinero en adquirir el talento o el potencial de un jugador.

¿Qué pasa con la situación del niño argentino? Infobae reveló que un grupo de empresarios anónimos, junto con la Federación Argentina de Ajedrez, lanzaron lo que se describe como un plan sin precedentes para respaldar financieramente a su familia. Se parte desde una base: Argentina nunca tuvo un ajedrecista tan prometedor.

“El proyecto, denominado ‘Camino hacia la élite del ajedrez’ brindaría a Faustino un grupo de cinco entrenadores, además de pagar los gastos de viaje y alojamiento para que su familia lo acompañe a los torneos”, se publicó.

Datos que sorprenden del niño prodigio

Oro fue campeón metropolitano y argentino, en la categoría Sub-8, y ganador de la medalla dorada en el Panamericano Sub-10. Es y ha sido considerado el mejor ajedrecista del mundo en las categorías Sub-8, Sub-9, Sub-10 y 11 en el historial. Hoy se encuentra entre los mejores 500 jugadores del mundo.

Cuenta ya con dos normas (son necesarias tres para homologar el título) de maestro internacional. De lograr la tercera sería el más joven en hacerlo en más de quince siglos. Ni Bobby Fischer, ni Garry Kasparov ni Magnus Carlsen, tres de las mayores estrellas del ajedrez, lo consiguieron a esa edad.

Actualmente, el récord mundial de precocidad para convertirse en maestro internacional le pertenece al estadounidense Abhimanyu Mishra. Lo estableció con 10 años, nueve meses y 20 días. Para superarlo, Faustino tiene tiempo hasta el 15 de junio. Buscará esta nueva meta en el Madrid Chess Festival; necesitará sacar 6,5 puntos en nueve rondas. Viene con un tremendo antecedente: finalizó octavo e invicto en el Campeonato Continental de Medellín, ante rivales de mayor ranking y experiencia. Sólo por sistema de desempate es que no pudo conseguir uno de los cuatro lugares para la Copa del Mundo.

Se cuenta que a Faustino no le gusta charlar ni mucho menos los reportajes. Su mamá, casi a diario, debe agendar y ordenar los pedidos de notas de medios de todo el mundo, curiosos por conocer algo más del niño prodigio. A todos, invariablemente, les dice: “me divierte jugar, más que hablar. Y me gusta ganar”. Y cuando le preguntan qué siente ante las poquísimas derrotas que sufre, no se lamenta: “hay que recuperarse y en la siguiente partida tratar de ganar”.

En Badalona recibe 12 horas de clases semanales de parte de profesores especialmente contratados. Sus materias preferidas muestran variedad: Lengua, Plástica, Gimnasia y, claro está, Matemática. “Cuesta mucho lograr que ‘Fausti’  equilibre la pasión que tiene con el ajedrez con sus otras obligaciones. Pero lo está logrando”, asegura su mamá.

Le gustan las partidas rápidas y es de seguir las de otros jugadores por Internet.

Faustino, a quien ya empiezan a decirle “Messi del ajedrez” hoy le dedica al juego ciencia unas 55 horas semanales: 20 son de juego, 15 de cálculos, 8 de táctica y 12 junto con sus profesores, que fueron puestos a su disposición por la Federación Argentina de Ajedrez, a la que representa en los torneos que juega.

El caso Oro no es el único entre niños con grandes habilidades para el juego ciencia. Pero sí es el que en este momento más se destaca por sus avances en relación a su corta edad, demostrando una claridad conceptual asombrosa.

El secreto de “Fausti” parece estar en que entendió este mundo de una manera distinta al racionamiento normal de las personas. Hay cosas intangibles que la mayoría no ve en un tablero y él las detectó muy rápido. Los analistas se sorprenden de su preparación teórica, de su comprensión del juego estratégico y, especialmente, de la velocidad con la que resuelve los temas tácticos.

Este chico de alto potencial intelectual no puede ser clasificado necesariamente como precoz. Él demuestra un alto rendimiento en un área específica y su caso encaja perfectamente en la teoría de las inteligencias múltiples que formuló Howard Garner, psicólogo e investigador de la Universidad de Harvard. Esto es, área lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, corporal-cinestésica, musical, intra o interpersonales y naturalista.

Faustino responde a ese concepto de persona de alto potencial intelectual. De él se dirá, verá y escribirá mucho, sin ninguna duda. Aunque no habrá que perder la perspectiva de que por el momento se trata de un niño. Y que, por ello, necesita tener un desarrollo armonioso en todos los aspectos de su vida.

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