Chocolate, pasión por Perú y Argentina en la Copa América, y el amargo recuerdo de la eliminación en Rusia 2018

Los goles de Lautaro Martínez no empañaron la alegría de parte de la colectividad peruana que vibró con el duelo copero.

DOS PATRIAS. Nancy, Agripina, Gustavo, Ignacio, Rebeca y Edith con la bandera Argentina en el búnker de Copa América 2024 que tuvo sentimientos encontrados. Foto: Diego Aráoz. DOS PATRIAS. Nancy, Agripina, Gustavo, Ignacio, Rebeca y Edith con la bandera Argentina en el búnker de Copa América 2024 que tuvo sentimientos encontrados. Foto: Diego Aráoz.

La juntada peruana en el límite entre Amalia y Villa Angelina en casa de Nancy Molina se distingue del resto en la zona. Los banderines, y banderas rojas y blancas anuncian que en esa sede, en la noche del sábado, se hinchará por Perú, que enfrenta a Argentina por la Copa América 2024. Cruzar la doble puerta (una reja, por seguridad) de la vivienda ubicada en Buenos Aires al 2400 ya demuestra lo contrario. El rojiblanco es preponderante, pero también hay banderas celestes y blancas.

“Nosotros queremos que ganen los dos”, se apura a avisar Agripina Cajchaya de Almonte, que vive en Argentina hace más de 30 años. “Esta es nuestra segunda patria, es el suelo que pisamos y que sentimos nuestro”, agrega la nacida en Puno hace 63 años.

Como en el fútbol el pedido del “ganen los dos” es imposible, bajan las pretensiones y admiten que el empate estaría bien. “Aquí hicimos una reunión en el último mundial que jugamos los dos (Rusia 2018) y fue el día más triste de todos, cómo lloramos ese día”, recuerda Molina que llegó a Tucumán proveniente de Cusco hace 37 años.

BANDERITAS. El rojo y blanco preponderó en la Buenos Aires al 2400 por la Copa América. Foto: Diego Aráoz. BANDERITAS. El rojo y blanco preponderó en la Buenos Aires al 2400 por la Copa América. Foto: Diego Aráoz.

“Éramos muchos, preparamos muchas comidas peruanas, chocolate, de todo; pero terminamos llorando”, reconoce. ¿El motivo? El 21 de junio del 2018 en Ekaterimburgo Arena, Francia derrotó a Perú por 1-0 en la mañana argentina. “Podía pasar”, reconocen. Lo que terminó siendo un golpe de nocaut para parte de la colectividad peruana que vive en nuestra provincia fue la derrota de Argentina en el último turno del día. “Ay el arquerito”, recuerdan de aquella tarde en la que Croacia goleó 3-0 en Nizhni Nóvgorod, el equipo de Jorge Sampaoli con un grosero error de Wilfredo Caballero.

El “uuuuuh” -por poner una onomatopeya, en realidad fueron gritos varios- explota en el comedor de Nancy cuando Pedro Gallese desvía un tiro libre de Leandro Paredes en el primer tiempo. En verdad, parece que van a gritar los goles de cualquiera de los equipos.

“No deberían jugar Perú y Argentina”, se lamentan. “No es justo, nos hacen sufrir”, agrega Agripina quien se muestra orgullosa de venir de la tierra que tiene al famoso Titicaca, “Es el lago navegable más alto del mundo”, dice respecto al espejo de agua ubicado a 3800 metros sobre el nivel del mar.

CASI GOL. Edith se toma la cabeza incrédula porque su selección estuvo a punto de descontar. Foto: Diego Aráoz. CASI GOL. Edith se toma la cabeza incrédula porque su selección estuvo a punto de descontar. Foto: Diego Aráoz.

Los llantos por aquella fatídica tarde rusa tienen su justificación. Como ellas dicen, Argentina es su segunda patria, porque les abrió las puertas a miles de compatriotas que llegan con la ilusión de tener un mejor futuro. “Allá es muy difícil entrar a la universidad e incluso hasta la secundaria, le diría que hacer la carrera de Medicina o Ingeniería allá es casi imposible. Por eso muchos emigramos para estudiar, una vez que nosotros llegamos aquí nos enamoramos del país y no nos queremos ir”, agrega Edith Ancalle que tiene 54 años y vive en Tucumán desde hace 15, cuando decidió dejar atrás a su Arequipa. En El Manantial tiene una mercería, se considera una trabajadora full time. “Cuando yo vine aquí, lloraba porque no sabía qué cocinar. La quinoa del altiplano de Puno es la más nutritiva, es diferente a la que se consigue aquí, es lo único muy complicado de encontrar, nosotros la consumimos en licuados, tortas y postres”, agrega.

Mientras Nancy prepara el chocolate cusqueño que lleva canela, clavo de olor y leche -se agrega al último y no debe hervir- cuenta que se mudó a Tucumán para estudiar Enfermería, aquí conoció a su esposo -también peruano- y formaron su familia que es mitad peruana, mitad argentina por sus hijos. “Ahora tengo un hospedaje para estudiantes en la zona de la Quinta Agronómica y veo como chicos que vienen de Bolivia, Perú o de otras provincias se reciben rápido, aquí lamentablemente el tucumano no aprovecha la buena oportunidad que tiene”, reflexiona la mujer de 55 años.

Mientras en el salón se discute cuál región peruana tiene mejor gastronomía (la mejor del mundo, según los especialistas) llega el primer gol de Argentina. “Ay…”, exclaman casi en simultáneo. “¿Quién lo hizo?”, se preguntan. A esta altura de la noche el empate parecía un buen plan que Lautaro Martínez estropeó con su doblete.

El recuerdo de Las Malvinas

Los hermanos Rebeca (30), Ignacio (7) y Gustavo Huamani (29) hijos de arequipeños, son los tucumanos que completan la lista de invitados. Ellos también hinchan por los dos. “Así estamos nosotros”, dice con énfasis Rebeca mostrando su celular. En la pantalla se ve dos monigotes, uno con los colores de Perú que sostiene una bandera que dice “Las Malvinas son argentinas” y consuela a otro -cabizbajo- vestido de celeste y blanco. Eso también hermana a peruanos y argentinos. 

HERMANOS. Dos naciones, un solo sentimiento. Perú y Argentina unidas por la pasión de peruanos y argentinos. Foto: Diego Aráoz. HERMANOS. Dos naciones, un solo sentimiento. Perú y Argentina unidas por la pasión de peruanos y argentinos. Foto: Diego Aráoz.

Aunque Rebeca todavía no había nacido cuando fue la guerra, sus padres y familiares le transmitieron ese sentimiento que se percibe a flor de piel y que ellos muestran con orgullo. Vale recordar que durante el conflicto de Malvinas, en 1982, Perú se destacó por su apoyo a Argentina a través de varias acciones. Suministró municiones, aviones y todo tipo de apoyo militar. “Ay nooo....”, otra vez el griterío se apodera del salón. El palo derecho de "Dibu" Martínez acaba de negarle el gol a Franco Zanelatto cuando el reloj ya marcaba 44 del segundo tiempo. Hubiera sido justo un gol peruano, no por el partido en sí, porque no cambiaba mucho. Pero ese hubiera sido el gol del honor y vaya que la comunidad peruana sabe lo que significa esa palabra. “Estamos contentos, muchos éxitos para Argentina, son... somos campeones del mundo, tenemos que seguir adelante en esta copa”, celebra Agripina cuando el 2-0 ya es una simple anécdota.

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