Arrancó la restauración de la balsa “La Niña”: todos los detalles

Triplicarán la capacidad de bombeo que tiene la toma flotante. El objetivo principal es mejorar la calidad del líquido que llega a las casas desde el dique. Se calcula que a fines de septiembre volverá a estacionarse sobre el espejo de agua.

LOGÍSTICA. El tamaño de “La Niña” obligó a usar dos grúas para sacarla del agua y cargarla en el transporte. LOGÍSTICA. El tamaño de “La Niña” obligó a usar dos grúas para sacarla del agua y cargarla en el transporte.

Pesa más de 15 toneladas. Y es una de las grandes protagonistas del dique El Cadillal. La vemos siempre flotando, muy cerca del embudo. Desde hace 22 años,  la balsa “La Niña” tiene una función esencial para los tucumanos en el verano: bombea el agua que garantiza una buena calidad del servicio a la mayoría de los hogares.

Ahora desaparecerá de la escena. Y no la veremos por varios meses, hasta fines de septiembre. Esto es porque le harán una restauración para adecuarla a las necesidades actuales del consumo de agua. En un operativo que demandó varias horas, ayer la toma flotante fue ubicada a una orilla del embalse y luego fue  remolcada por la empresa contratista que está al frente del trabajo de reparación y acondicionamiento.

El traslado se realizó con camiones especiales, y tuvieron que desarmar la estructura de la balsa para que no chocara con puentes ubicados sobre la autopista de la ruta 9.

El titular de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), Marcelo Caponio, que estuvo supervisando las tareas, detalló que la empresa Di Bacco es la encargada de llevar la balsa desde El Cadillal hasta el acceso norte, donde será restaurada.

¿Qué es y para qué sirve?

El gerente de Planificación e Infraestructura, ingeniero Sergio López, detalló qué es una toma flotante y para qué sirve: se trata de un dispositivo diseñado para la captación de aguas superficiales (mayor limpieza y calidad) en presas donde suele cambiar la cota. En el dique El Cadillal (desde donde se provee agua al 55% de los hogares de San Miguel de Tucumán), “La Niña” funciona cada año desde fines de octubre. “Esto es porque la calidad del agua empieza a bajar en esos meses, cuando ya se nota un alto contenido de manganeso. Si bien no es un riesgo para la salud, la gente nota que el líquido es más turbio y esto genera desconfianza. Además, nos obliga a usar más productos para lograr que el agua sea más transparente”, explicó.

Precisamente, la función de la Niña es tomar agua de la superficie con una bomba, que a esa altura no tiene algas ni sedimentos. De allí, se bombea el líquido esencial hacia la planta de tratamiento de El Cadillal (que está detrás del dique) y desde ahí se la transporta con un acueducto a la planta potabilizadora de Villa Muñecas.

RESTAURACIÓN. Entre otros, además de realizar tareas de mantenimiento se pondrán en funcionamiento un par de bombas eléctricas. RESTAURACIÓN. Entre otros, además de realizar tareas de mantenimiento se pondrán en funcionamiento un par de bombas eléctricas.

“El octubre la capacidad del dique empieza a bajar, y con ello se comienza a degradar la calidad del agua que se extrae de las profundidades. Esto se revierte en enero, cuando empieza a llenarse el dique por las lluvias”, apuntó López.

Cambio de bombas

Lo primero que harán en la balsa son tareas de mantenimiento, ya que en más de 20 años, prácticamente no se hizo nada, dijo Caponio. “Cuando asumí en octubre , la balsa tenía cuatro bombas que no estaban en funcionamiento. Tomamos la decisión, junto con el gobernador Osvaldo Jaldo, de efectuar los trabajo de mantenimiento y de poner en funcionamiento dos bombas eléctricas que permitirán mejorar el servicio. Es una inversión postergada durante muchos años”, señaló el titular de la SAT.

López comentó que la nueva bomba que adquirió la SAT para colocar en la balsa.  triplica la capacidad de  bombeo que tiene la actual, pasando de 2.000 m³ a 6.000 m³ por hora, precisó. “Ahora quedarán funcionando dos bombas eléctricas, las cuales remplazarán las viejas bombas a gasoil que tenía ‘La Niña’. Esto representaba un peligro a futuro teniendo en cuenta que se podía producir un derrame de combustible sobre el espejo de agua”, apuntó.

“Con estas mejoras, se va a garantizar  la cantidad y calidad de agua, sobre todo en la época del verano, para no volver a tener los problemas que hemos tenido este año”, resaltó Caponio, refiriéndose a los reclamos que hicieron muchos vecinos por el agua turbia o de color marrón que salía de los caños. “Se espera que la planta potabilizadora de agua de El Cadillal opere al 100% a partir de septiembre u octubre de este año”, adelantó el funcionario.

La inversión para restaurar la balsa y la bomba nueva fue de $400 millones.

El traslado

La compleja operación de desarme y transporte de la balsa “La Niña”, que se lleva a cabo en el embarcadero de El Cadillal, implicará el desplazamiento de una estructura de gran tamaño, equivalente a cinco o seis camiones o topadoras. Es una tarea delicada, que se realizó con retroexcavadoras y dos grúas.

El operativo empezó el jueves. Ese día, tres lanchas debieron remolcar la balsa. Ayer, desarmaron la estructura; le retiraron los flotadores. El traslado hacia los talleres estará a cargo de la empresa tucumana Di Bacco y se calcula que se realizará hoy por la colectora de la ruta 9. Según Caponio, no perjudicará el tránsito en esa vía.

Un poco de historia

Una nota publicada en LA GACETA en 1997 detalla que la construcción de la balsa “La Niña” fue una ingeniosa salida para poder superar la crisis por el barro producida en 1984 en El Cadillal. Al principio fue algo precario y luego se mejoró la estructura.

“Es una caja de zapatos invertida, construida en chapas de acero, con una balsa flotante, con equipo eléctrico y un motor diesel para bombear el agua”, describieron sobre aquella primera construcción.

Eduardo di Bacco, presidente de la empresa Di Bacco, explicó que hace 22 años más o menos la compañía tucumana trabajó con el dispositivo: “en realidad ya había un esbozo de la balsa y nos trajeron en esa época a nosotros para que la rediseñemos y se haga toda nueva. Eso ocurrió hace más de dos décadas. Ahora nos toca restaurarla nuevamente y mejorarla para que siga cumpliendo su función”.

“La Niña” también ocupó las portadas de nuestro diario en 2005, cuando se hundió y permaneció 24 días en el fondo del dique. El rescate de la embarcación se hizo en un operativo  del que participaron buzos profesionales, técnicos de la SAT y policías de la División Lacustre. La balsa tuvo que ser llevada a un taller, donde la arreglaron, y luego volvió a su lugar en el dique.

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