En Manantial Sur preocupan los constantes focos de incendios de caña

A pesar de las normativas que la prohíben, la falta de control permite que estos incendios se sigan produciendo. La palabra de los vecinos.

13 Agosto 2024

La práctica de la quema de caña continúa siendo un problema grave en Tucumán, con impactos directos en la salud y el bienestar de las personas que viven cerca de los cañaverales. A pesar de las normativas que la prohíben, la falta de control y sanciones efectivas por la Provincia permite que estos incendios se sigan produciendo, lo que deja a los vecinos en una situación vulnerable y de constante preocupación.

Personas que vivien en Manantial Sur son un ejemplo de esto. Ellos viven con preocupación debido a la constante quema de cañaverales que afecta la zona. Según se reveló, hasta la fecha se han registrado aproximadamente 950 focos de incendios en la región, lo que podría llevar a un récord este año. 

Carlos, uno de los vecinos afectados, expresó su frustración: "Es imposible vivir así, más teniendo hijos con problemas respiratorios y discapacitados. Estamos tragando esa lluvia negra todos los días". La situación se complica aún más con la falta de acciones efectivas para detener esta práctica. "Este año ya vamos para el tercer año conviviendo con esto, y cada vez es peor", añadió. 

En Manantial Sur preocupan los constantes focos de incendios de caña

Otro residente, Javier, compartió su preocupación sobre cómo los incendios afectan la vida cotidiana: "Todo se ensucia, no se puede salir afuera, y estamos con las criaturas encerradas porque no pueden aspirar ese humo. Además, hay miedo de que el fuego se descontrole y cruce hacia el barrio".

La quema no solo afecta la salud de los vecinos, sino también sus pertenencias y calidad de vida. "Es imposible lavar la ropa, no se seca nunca y queda con olor a humo. La limpieza es un desafío constante, con bolsas de restos de caña acumulándose en las casas", explicó otro vecino.

Inseguridad

Los residentes reportaron también un aumento en la inseguridad, con robos frecuentes en el barrio y la sospecha de que los delincuentes utilizan los cañaverales como refugio. "Hemos pedido que se coloque una garita para que la policía controle, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta", manifestó uno de los afectados.

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