Según datos de la Organización Mundial de la Salud, actualmente más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo. La percepción común asocia al deterioro de la salud mental con personas mayores de 65 años. Lo que quizás no es tan conocido es el creciente número de casos de demencia de inicio precoz, que afecta a individuos a partir de los 30 años.
En 2020, una revisión publicada en The Lancet ya había identificado 12 factores de riesgo clave para la demencia que podrían modificarse. Sin embargo, un nuevo estudio amplía considerablemente nuestro entendimiento, destacando 15 factores adicionales que podrían influir en el desarrollo de la demencia de aparición temprana, una condición que afecta a personas menores de 65 años.
Entre los factores identificados en el estudio publicado en JAMA Neurology se encuentran elementos de estilo de vida como el trastorno por consumo de alcohol y el aislamiento social, así como problemas de salud como la depresión, los accidentes cerebrovasculares, la discapacidad auditiva y las enfermedades cardíacas. Sorprendentemente, este estudio también señala la deficiencia de vitamina D como un factor de riesgo.
¿Cómo comienza la demencia senil?: estos son los síntomas iniciales de la enfermedad
Muchas veces la pérdida de memoria o lo que en algunos casos se considera un despiste pueden estar asociados al envejecimiento, pero es preciso tener en cuenta que también pueden ser señales de un deterioro en la salud mental o demencia senil.
Las primeras señales de este padecimiento tienen que ver con la memoria, es decir olvidar citas o acontecimientos o repetir la misma pregunta durante una conversación.
Esto es algo muy común que se va dando de manera progresiva sin que se le dé importancia ya que se le atribuye al paso de los años, pero si es algo muy frecuente y que se agrava podría ser la alerta de demencia senil.
Sin embargo, existen otros síntomas asociados a los que debe prestar mucha atención:
- Dificultad para concentrarse
- Desorientación
- Problemas en la comprensión o expresión del lenguaje
- Dificultad en la coordinación motora
- Cambios en la forma de comportarse
- Insomnio
- Dificultad para reconocer rostros familiares u objetos
Otro punto que se debe tener en cuenta es que la demencia no tiene cura, se trata de una afección degenerativa e irreversible por lo que también se recomienda asistencia para los familiares o cuidadores de la personas afectada ya que puede ser una situación difícil de manejar.