Las familias suelen ofrecer la protección suficiente a los hijos para resguardarlos del exterior. Pero, muchas veces la amenza puede encontrarse dentro del hogar. Es el caso de los padres que ejercen violencia psicológica sobre sus hijos. Aunque es difícil de identificar, hay patrones que permiten exponer la situación.
Muchos de los comportamientos de los padres abusivos intentan disfrazarse de proteccionismo. Pero los extremos son buenos indicadores de que algo funciona mal y hay claves que permiten identificar la violencia psicológica.
Señales de padres que ejercen violencia psicológica
Retar en público excesivamente
Regañar constantemente y por razones mínimas a los hijos puede llevar a un desarrollo de la falta de confianza y debilitamiento del autoestima. Es necesario medir las correcciones y elegir lugares privados para hacerlo cuando hay grandes fallas.
Reprimir constatemente
Detener a los hijos o impedir que hagan algunas tareas por sí mismos, por miedo a que cometan algún error o a que molesten a alguien más es un comportamiento negativo si se practica todo el tiempo.
Sobreprotección
Bajo el concepto de cuidar a los hijos es habitual prohibirles actividades o relaciones que no constituyen realmente un peligro para ellos. Es una forma de lograr que el desarrollo psicológico de los hijos se retrase y de ralentizar la maduración.
Culpabilizar y descalificar
Los padres que se ponen en papel de víctima y acusan a sus hijos de dañarlos con sus actitudes o elecciones son padres abusivos. También los que descalifican los logros de sus hijos. Estos comportamientos pueden dañar, no solo a los hijos, sino también al vínculo que existe entre ambos.