KURSK, Rusia.- El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advirtió que la proximidad de los combates entre tropas rusas y ucranianas a la central nuclear rusa de Kursk es muy seria. Tras visitar la central de Kursk, el argentino Rafael Grossi alertó que una central nuclear de este tipo “tan cerca de un punto de contacto o frente militar es algo extremadamente grave”, declaró.
La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de intentar atacar con drones la planta.
Grossi informó que, a diferencia de otras centrales, la de Kursk no cuenta con una estructura de defensa contra ataques. Contó que pudo visitar “las partes más importantes” de la planta, que se encuentra a menos de 50 kilómetros de la línea de frente.
“Sentido común”
La infraestructura está funcionando en “condiciones muy cercanas a las normales”, señaló. Pero precisamente porque funciona, las consecuencias de un impacto podrían ser graves, subrayó.
“Puede parecer algo simple y de sentido común: no ataquen una central nuclear”, rogó.
Desde el inicio de la ofensiva militar rusa en Ucrania en febrero de 2022, el OIEA advierte reiteradamente sobre los peligros de combatir cerca de centrales nucleares.
Grossi evaluará de manera independiente lo que está ocurriendo en la planta, dada la gravedad de la situación.
En los primeros días del conflicto, las fuerzas rusas tomaron la planta nuclear de Zaporiyia en el sur de Ucrania y ocuparon también brevemente la planta desmantelada de Chernóbil en el norte.
Ucrania lanzó una incursión sorpresa en Kursk el 6 de agosto y afirma que sus fuerzas tomaron un centenar de localidades en territorio ruso. Las fuerzas rusas, por su parte, siguen adentrándose en el este de la exrepública soviética.
El OIEA indicó que fue informado por Rusia del hallazgo de fragmentos de drones, a unos 100 metros del depósito de combustible nuclear ya usado por la planta. Grossi dijo ayer que le habían mostrado “marcas del impacto” de drones.
La central de Kursk cuenta con cuatro reactores, dos de ellos están operativos y dos en construcción. Los cuatro reactores son del mismo tipo que los de la planta nuclear ucraniana de Chernóbil, sin una cúpula de protección.
En 1986, un reactor de Chernóbil explotó durante una prueba de seguridad fallida, lo que resultó en el peor accidente nuclear del mundo, cuando Ucrania formaba parte de la hoy disuelta Unión Soviética.
“La posibilidad de un incidente tipo Chernóbil, con el reactor que estalla y arde durante días, es nula”, señaló Robert Kelley, exdirector de inspecciones del OIEA. Sin embargo, una bomba o un gran ataque de artillería sobre los tanques de almacenamiento de combustible usado podría liberar gases y partículas radiactivas, precisó.