Una de las proezas de la naturaleza es esa sustancia viscosa con un intenso sabor y aroma fabricado especialmente por un pequeño pero habilidoso insecto, la abeja. Esta es la atractiva miel. Este alimento no es solo un edulcorante o una forma de completar un postre, sino también un componente ventajoso de la dieta. ¿Qué sucede si comemos miel todos los días?
El proceso de la miel es bastante conocido y desde pequeños aprendemos cuál es la labor de las habilidosas abejas, capaces de, en un período de 45 días, elaborar uno de los alimentos más ancestrales, a partir de un incentivo otorgado por las flores llamado néctar que luego es recogido por este insecto y covertido en una reserva de alimento que es la miel.
¿Qué es la miel y por qué debemos incorporarla en nuestra dieta?
La miel es un alimento naturalmente dulce y altamente nutritivo consumido por los humanos desde tiempos antiguos. Esta sustancia está compuesta de azúcares, agua y ácidos orgánicos. Una de las características que destaca a este alimento de otros edulcorantes es la presencia de enzimas de suma importancia biológica para el ser humano. Las mieles con mayor contenido en minerales, además de que poseen fuerte sabor, serán más oscuras, y por tanto aportan nutricionalmente mayor número y variedad de minerales, necesarios para la nutrición de las personas.
Los usos de la miel se extienden desde edulcorante en bebidas y alimentos hasta productos cosméticos y medicinales. Sus compuestos suponen un amplio menú de beneficios para la salud. Entre estas ventajas se encuentran sus propiedades antibacterianas y antivirales. Estas pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y combatir enfermedades. Consumir miel diariamente puede colaborar en limpiar en profundidad el organismo, eliminando bacterias dañinas y protegiendo contra infecciones.
¿Qué sucede si consumimos miel todos los días?
Por otro lado, el consumo regular de miel es capaz de favorecer el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Sus propiedades depurativas ayudan a eliminar toxinas y bacterias del tracto digestivo, promoviendo así una mejor digestión y absorción de nutrientes. A la misma vez este edulcorante desempeña una función antioxidante debido a su composición de flavonoides y ácidos fenólicos que pueden ayudar a neutralizar los radicales libres en el cuerpo. Esto puede proteger contra el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas.
Por último la miel es una potenciadora del estado de ánimo y energía ya que es es una fuente natural de carbohidratos que proporciona energía rápida al cuerpo. Consumirla regularmente puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y combatir la fatiga, manteniéndote alerta y activo durante el día.
Consumir miel diariamente, como se expuso anteriormente, aporta beneficios como propiedades antibacterianas, antivirales, mejora en la salud digestiva, efectos antioxidantes y mejoras en el estado de ánimo. Sin embargo, es importante recordar que la moderación es clave, y siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta.