30 Agosto 2024
Comer alimentos ultraprocesados perjudica la memoria, según la ciencia
El consumo de alimentos ultraprocesados no solo perjudica la salud física, sino que también tiene efectos negativos en la memoria y la salud cognitiva en general. Un estudio reciente reveló que incluso un pequeño aumento en el consumo de estos productos puede incrementar significativamente el riesgo de deterioro cognitivo. En un mundo donde los ultraprocesados están presentes en una amplia variedad de productos de consumo diario, es fundamental conocer cómo afectan nuestras capacidades mentales y qué opciones debemos evitar para preservar nuestra salud cerebral.
El impacto de los alimentos ultraprocesados en la memoria
Una investigación científica liderada por el doctor W. Taylor Kimberly y publicada en la revista Neurology muestra cómo los alimentos ultraprocesados pueden afectar gravemente la memoria y otras funciones cognitivas. Según el estudio, un aumento del 10% en el consumo de estos productos se asocia con un 16% más de riesgo de deterioro cognitivo. Estos hallazgos son alarmantes, ya que sugieren que incluso una pequeña cantidad adicional de ultraprocesados en la dieta puede tener consecuencias significativas para la salud mental.
El estudio, que siguió a más de 30.000 personas durante un período de once años, reveló que quienes consumían una mayor cantidad de alimentos ultraprocesados tenían una probabilidad considerablemente mayor de desarrollar problemas de memoria y pensamiento. Específicamente, aquellos que experimentaron deterioro cognitivo consumían un 25,8% de ultraprocesados en su dieta, en comparación con el 24,6% de quienes no presentaron problemas. Además, se encontró que una mayor ingesta de estos alimentos también está relacionada con un riesgo aumentado de sufrir un accidente cerebrovascular.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados son omnipresentes en la dieta moderna y su consumo excesivo puede tener efectos perjudiciales no solo para la memoria, sino también para la salud en general. Estos productos son formulaciones industriales hechas principalmente con ingredientes derivados de alimentos, junto con aditivos y conservantes que mejoran su sabor, textura y vida útil, pero que carecen de valor nutricional real. A continuación, algunos ejemplos comunes de alimentos ultraprocesados:
Refrescos y bebidas azucaradas: gaseosas, bebidas energéticas, té helado endulzado y bebidas con sabor a frutas.
Snacks salados o azucarados: papas fritas, chips de tortilla, galletitas saladas, pasteles y golosinas.
Comida rápida y platos preparados: hamburguesas, panchos, papas fritas, pizzas y comidas congeladas.
Carnes procesadas: panceta, salchichas, jamón, salame y fiambres envasados.
Pan envasado y productos de panadería: pan blanco, facturas, bollos y muffins.
Productos lácteos aromatizados: yogures endulzados, helados y leches saborizadas.
Cereales para el desayuno: cereales con alto contenido de azúcar y barras de granola.
Productos cárnicos reconstituidos: nuggets de pollo, palitos de pescado y salchichas.
Sopas y salsas instantáneas: sopas enlatadas, mezclas de sopas instantáneas, ketchup y mayonesa.
Postres envasados: flanes, gelatinas y productos de bollería dulce.
¿Cómo proteger la memoria de los efectos de los ultraprocesados?
Para proteger la memoria y la salud cognitiva, es fundamental reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y optar por una dieta rica en alimentos frescos y naturales. Esto incluye frutas, verduras, proteínas magras, granos enteros y grasas saludables como las que se encuentran en el aceite de oliva y los frutos secos. Además, es importante mantener hábitos de vida saludables, como realizar actividad física regular, dormir bien y mantenerse mentalmente activo, lo que también contribuye a una mejor salud cognitiva a largo plazo.
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