Diego Luzzi: "Villarruel no existe electoralmente fuera de Milei"

El politólogo opina que la interna entre el Presidente y su vice posiciona al gobierno en su momento político más delicado.

Diego Luzzi: Villarruel no existe electoralmente fuera de Milei

El incremento de las dietas en el Senado de la Nación, las posturas ante la visita de diputados a represores detenidos y los posicionamientos ante la candidatura del juez Ariel Lijo para que llegue a la Corte Suprema, son solo algunos de los temas recientes que dividieron las aguas entre el presidente Javier Milei y su vicepresidente, Victoria Villarruel.

Ante este nuevo escenario que afronta La Libertad Avanza, el politólogo y docente universitario de la UBA Diego Luzzi dialogó con LA GACETA y reconoció que la interna es uno de los escollos más complejos que afronta la gestión gubernamental a ocho meses de haber asumido la conducción del país. El profesional remarcó también que estas situaciones de disputa entre quien ejerce el Poder Ejecutivo y su compañera de fórmula puede llegar a explicarse desde “el carácter ambiguo de la vicepresidencia”. “No es ni parte del Ejecutivo ni del legislativo, no es un senador ni un ministro. Entonces corre el riesgo de quedar desdibujado”, sentenció.

-¿Cómo definirías el escenario actual que atraviesa el gobierno ante las tensiones y disputas que experimentan Milei y Villarruel?

-El Gobierno se encuentra probablemente en su momento más delicado, políticamente hablando. Ha tenido varias derrotas políticas seguidas en el Congreso, justamente el lugar que requiere mayor maniobra política, algo en lo que los libertarios tienen más problemas; y donde la rueda de auxilio vicepresidencial es importante.

Su fortaleza reside en mantener una imagen de aprobación, a pesar de la recesión económica y ajuste estructural, en parte por el acierto en la desaceleración de la inflación, pero también por el hastío con la “casta”, por lo que parece que la opinión pública está dispuesta a hacer enormes sacrificios.

Por otro lado, enfrente no hay nada firme. El peronismo y los sectores moderados, todavía están armándose. Probablemente esperen al año que viene o a que la imagen de Milei baje para salir a posicionarse como líderes de la oposición.

- ¿Qué implicancias tiene esta situación puertas adentro de La Libertad Avanza y su objetivo de posicionarse como partido nacional?

- Cualquier palo en la rueda afecta la posición del Gobierno. Aunque está relativamente consolidado a nivel nacional y es el único actor importante con liderazgo definido, todavía le resta expandirse territorialmente.

Lo que me parece relevante también es como afectaría la posibilidad de una candidatura independiente de Villarruel. El Poder Legislativo no es el mejor lugar para construir poder en este contexto. No tiene las cajas que tiene una gobernación o una intendencia y la posibilidad de instalarse territorialmente, imprescindible para una elección, se ve limitada. Podría eventualmente usar su lugar para negociar con gobernadores lugares en listas, a través de sus legisladores, pero es difícil.

- Después de las recientes divisiones entre el Presidente y la vicepresidente, ¿Considera que sus diferencias son de forma o de fondo?

- La relación entre el Presidente y la vice está completamente rota. Son como esas parejas divorciadas que se mantienen juntos por las apariencias, pero cuyas peleas resultan cada vez más escandalosas.

Existen otras diferencias más profundas. Villarruel ha demostrado ser más pragmática y menos “anticasta” que Milei, en parte dado por su rol en el Congreso, lugar que requiere consensos, pero también por sus posturas menos antiestatistas. Pareciera que, de querer candidatearse por su cuenta, Villarruel buscaría en el sector de derecha populista-nacionalista, viéndose en la imagen de Georgia Meloni. Pero resultaría infructuoso: sus votantes no le perdonan que sea un obstáculo para el gobierno. El voto de derecha ya se encuentra con Milei o, en todo caso, con Macri. Es con este último que posiblemente intente algún arreglo con vistas a las elecciones de medio término o de 2027, algo mucho más probable a que lo haga con el peronismo, que tiene suficientes internas como para agregar más personajes.

Es cierto que existen contactos con lo que queda de la vieja “ortodoxia peronista”, como algunos gremios de CABA y el cargo otorgado a la hija del sindicalista Rucci en el Observatorio de Derechos Humanos del Senado. Pero los intentos de algunos dirigentes peronistas por acercarse responden más a su necesidad de reagruparse con nuevas caras.

Villarruel es también la única figura que, en un contexto de alineamiento interno a Milei, este no puede echar.

- ¿La disputa de Milei con Villarruel puede resultar la disputa política más compleja para el presidente entendiendo el peso que puede tener la vice en el Senado y la minoría parlamentaria de LLA?

- Es una disputa importante, pero no es algo que no pueda superarse o “enfriarse” hasta que la situación se aclare en otros frentes. La historia argentina tiene varios casos de conflictos donde el Ejecutivo controló o eliminó al vicepresidente. Lo que sí dificulta en este gobierno en particular es que es en el ámbito legislativo donde tiene mayores problemas y no logra sortearlos. Esto es por su fuerte énfasis en confrontar con los “políticos tradicionales” pero también por su inexperiencia a la hora de hacer política y negociar acuerdos. De ahí las recientes derrotas. Hacer política implica pactar con aquellos que te caen mal. Por otro lado, los bloques libertarios siguen perdiendo miembros por las internas. Aún así puede superarse parcialmente con negociaciones directas con legisladores o gobernadores cuyos legisladores respondan directamente a ellos

En todo caso, debe cuidar no perder el escudo legislativo: la cantidad de legisladores suficiente para no sufrir un juicio político y destitución -algo que hoy parece improbable por no ser la principal estrategia de la oposición, pero también porque el peronismo no podría sumar los votos suficientes-; y además para hacer pasar la mayor cantidad de leyes posible y evitar el uso de vetos. Esta relación puede ponerse a prueba cuando se voten los pliegos para los jueces de la corte, siendo que Villarruel se manifestó en contra de Ariel Lijo y tiene contactos con sectores de la oposición por este tema.

- A raíz de esta situación, algunos dirigentes oficialistas empezaron a discutir sobre la propiedad de los votos del oficialismo. ¿Se puede discutir en este tiempo si los votos pertenecen a Milei o Villarruel?

- Parece claro que los votos le pertenecen a Milei, es con él con quien la gente firma el “contrato electoral”, siendo que LLA tiene un liderazgo definido en su figura, aunque estrictamente se vote por un binomio. Villarruel no existe electoralmente fuera de Milei. No tiene una inserción territorial o partidaria definida, ni recursos para ampliarse.

- ¿El Gobierno atenta contra sus propios objetivos de gestión enfrentando a sus principales figuras a menos de un año de haber asumido?

- Sí. Estos enfrentamientos, dejando de lado el panorama económico, resultan ser sus mayores problemas. Pareciera darse por la forma en la que se conformaron las listas, con pocos personajes propios y con muchos actores que venían de afuera del libertarismo o directamente de otros espacios. En algunos casos, fue una forma de eliminar a díscolos de la dirección del gobierno, pero en otros, como en el caso de la diputada Lourdes Arrieta parecen tratarse de problemas de disciplina interna.

Ahora también podría llegar a ocurrir que los mercados perciban inestabilidad gubernamental para avanzar en reformas estructurales

Debemos decir también que la mesa chica de decisiones presidenciales se mantiene estable, con el mismo ministro de Economía, la cartera más importante en la Argentina, algo que lo diferencia de anteriores presidencias. Pero esta mesa chica se vuelve cada vez más chica. En caso de estabilizar la economía y si existe voluntad política, el núcleo de decisiones podría ampliarse.

- ¿Se puede hablar de una “tradición argentina” de tener fórmulas presidenciales que se fragmentan después de alcanzar el poder?

- Siempre hay conflictos entre Ejecutivo y vice, donde este último suele salir perjudicado. A pesar de todos los ejemplos de la historia, en realidad sabemos poco. Resulta importante conocer más sobre esta institución en momentos de inestabilidad política por lealtades que cambian rápido o por pérdida de legitimidad.

Lo que sí podemos saber es que esto surge por el carácter ambiguo de la vicepresidencia, no es ni parte del Ejecutivo ni del legislativo, no es un senador ni un ministro. Entonces corre el riesgo de quedar desdibujado. Roca consideraba que el mejor vicepresidente era aquel que no tenía aspiraciones políticas propias. Cuando esto es así, Vice y Ejecutivo no chocan. Miremos dos casos en la historia reciente: Amado Boudou y Gabriela Michetti. Pero es por esto mismo que se generan problemas, cuando el vicepresidente resulta más ambicioso y busca construir su base política propia y capital simbólico para morder una parte del electorado. Y cuando los intereses personales entran en desacuerdo con la lealtad, esta puede perderse.

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