La Organización Mundial de la Salud catalogó a la migraña como una de las principales enfermedades incapacitantes de los adultos. Se estima que en el último año, el 50% de ellos sufrió un episodio y que la mayor parte de las personas afectadas son mujeres.
Hay una multiplicidad de factores que pueden desencadenar las migrañas y serán diferentes los detonantes según la persona. Aunque algunos estudios sostienen que tienen un origen genético, otros consideran que hay condiciones externas que pueden desencadenar esta enfermedad crónica.
Entre las principales causas de la migraña se mecionan cuestiones orgánicas como los cambios hormonales en las mujeres, la falta o el exceso de horas de sueño y el estrés y la ansiedad. También factores externos como las luces brillantes o intermitentes, los ruidos u olores fuertes y los cambios repentinos en la temperatura pueden desencadenar un episodio.
Cómo diagnosticar y prevenir las migrañas
La migraña suele tener síntomas tempranos como antojos de comida, cambios de humor, bostezos incontrolables y aumento de la micción. También se presenta un fenómeno denominado aura mediante el que pueden verse luces intermitentes o líneas zigzaguenates o debilidad muscular. El síntoma característico es el fuerte dolor de cabeza que puede estar acompañado de sensibilidad a luces y ruidos y náuseas o vómitos.
El diagnóstico debe hacerse con un médico que evalúe la historia clínica y realice exámenes físicos y neurológicos. Se estima que solo el 40% de las personas con migraña reciben un diagnóstico.
Para prevenir las migrañas, los especialistas sugieren hacer algunos cambios en el estilo de vida. Se recomiendan los ejercicios que ayuden a combatir el estrés y la ansiedad y revisar la medicación a largo plazo y la automedicación. No es recomendable usar analgésicos más de diez días al mes.
Otros cambios tienen que ver con llevar un control estricto de la alimentación y los horarios de las comidas, las horas de sueño y los patrones al dormir y la actividad física que permita desgastar energía.