Hace 21 años imaginaron, otra vez, “dos estados”

Hace 21 años imaginaron, otra vez, “dos estados”
16 Septiembre 2024

Carlos Duguech

Analista internacional

El 1 diciembre de 2003 intelectuales y políticos palestinos e israelíes lanzaban el “Plan Ginebra”, en esa ciudad de Suiza. El actor estadounidense Richard Dreyfuss inauguró la ceremonia, que se desarrolló en un clima festivo, con canciones, testimonios y exhibición de videos. Participaron varias centenas de israelíes y de palestinos.

A propósito del “Plan Ginebra”, el ex presidente de EEUU Jimmy Carter llegó a decir, con entusiasmo: “No veremos, probablemente nunca, una base más prometedora para la paz en Oriente Medio que esta iniciativa”. Afirmó, seguidamente, que “la única alternativa es la continuidad de la violencia”.

No se equivocaba. Entre los impulsores de ese plan estaban el ex ministro de Justicia israelí Yossi Beilín y el ex ministro de Información palestino Abed Rabbo. Un equipo de especialistas israelíes y palestinos trabajó durante dos años tratando de acercar opiniones que permitieran elaborar un plan. Aquel 1 de diciembre Beilín y Rabbo pidieron a los responsables de los Gobiernos israelíes y palestinos que tuvieran presente este plan de paz para la región.

Lo significativo

Hoy es difícil imaginar lo que previeron los impulsores del Plan Ginebra. Entre otros aspectos de coincidencia, ambas partes se comprometieron a luchar contra el terrorismo. Imagina el plan- Yasser Arafat lo alentó- que Israel y Palestina tenían el derecho a ser un estado, cada uno. Palestina diseñada como un estado no militarizado, si bien se preveía contra con una fuerza suficiente para los asuntos policiales y de combate del terrorismo. Se preveía que en la zona, durante un tiempo estaría instalada una fuerza multinacional para preservar la seguridad en la región. No soslayó el plan la cuestión de las fronteras, la situación de Jerusalén , la cuestión de los refugiados y el urticante asunto de las colonias israelíes en territorio ocupado militarmente desde 1967 (“Guerra preventiva de los seis días”, iniciada por Israel el 5 de junio de ese año).

Vale rescatar el sentido de una expresión del dirigente palestino cogenerador del ”Plan Ginebra”: “Nuestros sueños nacionales no tienen que convertirse necesariamente en la pesadilla del otro”.

Por su parte Beilin, el ex ministro de justicia Israelí, muy inspirado, decía: “Hoy hemos develado el secreto mejor guardado de Oriente Medio: La paz entre israelíes y palestinos es posible”. Mientras tanto la vida es de alerta permanente, difícil para los israelíes. Y para los palestinos, en su tierra ocupada.

Dos noes al Plan Ginebra

Tanto para Israel -con un Ariel Sharón, furiosamente opuesto al punto de llamar “traidores a la patria” a los israelíes propiciantes- como para algunos sectores palestinos, particularmente de refugiados, el rotundo no de cada sector aplastaba toda expectativa de buena voluntad. Y menospreciaba el minucioso trabajo mancomunado durante dos años de análisis y preparación entre intelectuales y activistas palestinos e israelíes. Un ejemplo de coordinación y convivencia no valorado en su tiempo por la administración israelí.

Ahora, con la conjunción de voluntades novedosas desde un israelí, el ex primer ministro Ehud Olmert y el palestino Nasser Al-Qudwa (Sobrino de Arafat, como dato sugerente) se prepara un plan que estiman necesario y, sobre todo , posible. Lo destacado es que la propuesta se hace en circunstancias en las que las violencias guerreras de Israel y las terroristas de Hamas se hallan en la cúspide, sin perspectivas de ceder en lo inmediato.

En una misma casa de tres pisos en la ciudad de Gaza 11 personas, murieron el sábado último por un bombardeo de avión israelí. Por un misil, sin aviso previo. Cuatro eran niños y tres, mujeres. Si bien el Ministerio de Sanidad de ese territorio bajo el dominio de Hamas reporta 41.180 muertos, desde el comienzo del asedio guerrero de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), una cifra que cuestiona Israel a la vez que aceptan las intervenciones internacionales (ONU).

Es valiosa y conmovedora la ecuación simple: los 44.180 (muertos totales de la población de Gaza) menos 11.000 terroristas muertos por Israel nos da un resultado de 33.180 víctimas civiles (mujeres, niños y hombres no combatientes). Una tragedia humanitaria.

En el conflicto de Gaza, el INSS reporta 17.000 terroristas muertos, mientras Israel sigue sufriendo ataques con cohetes lo que descubre cómo este balance afecta la situación en la región. Todavía 101 rehenes están detenidos en cautiverio por Hamas. Muchedumbres de familiares, amigos y ciudadanos israelíes le cuestionan al primer ministro que no se ocupa especialmente de los rehenes y que está enfocado más en ganar la guerra que en rescatarlos.

Rehenes en Gaza

“Israel no pagará por la liberación de los rehenes de Gaza” dijo en febrero de este año Netanyahu. Repitió lo que es una respuesta cliché. La estrategia para su liberación es incrementar la presión militar en Gaza, lo que incluye, como objetivo de máxima, derrotar a Hamas. Tal posición enfrenta abiertamente a Netanyahu con vastos sectores de la ciudadanía que, por supuesto, incluye a los familiares de los rehenes que no declinan su angustiosa petición al impasible primer ministro. Hay que decirlo, aunque se sabe: Netanyahu tiene en “la guerra” un escudo protector de las garras de la justicia de su país por casos de corrupción. Se sabe, no es secreto. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunció un discurso ante la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses, en medio del actual conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, en Jerusalén, el 18 de febrero de 2024. El primer ministro israelí y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmaron que Israel no pagaría ningún precio por la devolución de los rehenes que siguen retenidos en Gaza, en un contexto de negociaciones para lograr su liberación. Sus declaraciones provocaron los reproches del líder de la oposición, Yair Lapid, y del ministro Benny Gantz, y enfurecieron a algunas familias de rehenes que han estado intentando aumentar la presión sobre el Gobierno para que se llegue a un acuerdo.

Candidato manchado

Gravísimas las consecuencias del asalto al Capitolio en Washington (06.01.2021) por seguidores irracionales de Trump que, alentados por él mismo, reaccionaron contra la que era una segura consagración de Biden en el Capitolio como presidente. Produjeron 5 muertos y miles de policías afectados.

Todo puede resumirse en una condena clave: 18 años de prisión para Stewart Rhodes de la organización de derecha armada Oath Keepers, cuyos adherentes se lanzaron como guerreros al Capitolio.

El autor intelectual, a ojos vista, es el propio Trump desde la White House. Pero se siente amparado (ésa es la palabra) por un fallo de la Corte suprema de los EEUU de “indemnidad penal”. Pero no tiene cerrojos inexpugnables. Todavía puede caer, antes de las elecciones.

Con el fallo de inmunidad penal ojalá que no se abra un caleidoscopio que tiente de ser utilizado por juristas y jueces de nuestro sistema judicial argentino. ¡Ojalá que no!

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