"Goyo" García: "Estoy sintiendo emociones que tenía dormidas en mi corazón"

El exarquero campeón de la Copa de Campeones de la Republica de 1960 recordó aquella gesta, durante su visita a Tucumán.

EN SU ARCO. El exarquero Gregorio García posó en el estadio Monumental, que fue su casa durante un año. Foto: Inés Quinteros Orio - LA GACETA. EN SU ARCO. El exarquero Gregorio García posó en el estadio Monumental, que fue su casa durante un año. Foto: Inés Quinteros Orio - LA GACETA.
27 Septiembre 2024

José Gregorio “Goyo” García tuvo un breve paso por Atlético Tucumán, pero su apellido quedó grabado a fuego en el “Decano”. El tucumano, nacido en Villa 9 de Julio, pasó desde Sportivo a Atlético en 1959 y, en 1960, luego de ganar la Copa de Campeones con Atlético, pasó a Quilmes, donde jugó por cuatro temporadas. Posteriormente, continuó su carrera en Nueva Chicago, Tigre y El Porvenir. Se retiró en 1968 y desde entonces quedó radicado en Buenos Aires.

El jueves volvió a Tucumán especialmente para participar en los festejos por el aniversario de Atlético. “Realmente me sorprendió la invitación, porque no pensaba que se iba a legalizar el título a aquel campeonato de campeones que ganamos en Tres Arroyos en los años sesenta. Estamos en 2024, han pasado 64 años. Entonces, no me imaginé ni esto ni el recibimiento que tuve de la gente de Atlético”, dijo “Goyo” en medio de los festejos por el 122° aniversario del “Decano”.

A nuestra provincia llegó acompañado por Estela García, su hija menor, y se hospedaron en un departamento céntrico. García, de 90 años, recuerda cada detalle de aquella gesta. “Recuerdo que viajamos en un avión chico con destino a Mendoza para jugar el 24 de enero con Argentinos de esa ciudad, a quien le ganamos 2-1. Esto hizo que tuviéramos que ir en un colectivo muy chico hasta la ciudad de Bahía Blanca. Recorrimos 2.000 kilómetros en dos días. El 28 de enero jugamos con Sportivo Belgrano de San Francisco y le ganamos 2-1 en el estadio de Olimpo, lo que nos permitió conseguir el pasaje a la final, que debía jugarse en Tres Arroyos contra el seleccionado de Quequén”, explicó a LA GACETA.

García no se olvida de que, luego de ganar la semifinal a Sportivo Belgrano, los dirigentes que acompañaron a la delegación solicitaron a los organizadores del torneo que se postergara un día más la realización de la final, teniendo en cuenta el desgaste físico que arrastraba el plantel tucumano. El pedido fue rechazado y el partido se jugó el 30 de enero, como estaba estipulado. “Comenzamos ganando con el gol que (José Rafael) Albrecht convirtió a los 6 minutos del primer tiempo, pero en el segundo tiempo, ellos nos empataron. Eso nos llevó a jugar un suplementario de 30 minutos y, por lesión de Hugo Ginel, terminamos jugando con 10 jugadores. Fue la emoción más grande que viví dentro de una cancha de fútbol”, comentó el ex guardavalla que se inició en Sportivo Guzmán.

Mientras García hablaba con LA GACETA, no cesaban los saludos para el ex arquero. “Mirá esto, me tratan como a un hijo que vuelve a su casa. Estoy contento por el reconocimiento de estas personas que pensaron en mí después de muchos años. Lamentablemente, muchos de mis compañeros de aquel entonces ya no están; queda solamente la presencia de Ginel, Miguel Muñoz, que anda enfermo, y yo. Pero vamos a recibir los honores en nombre de todos ellos que fueron muy importantes”, agregó.

Cuando le llegó la invitación para viajar a Tucumán, “Goyo” se encontraba en Quilmes y no dudó ni un minuto. Quería estar presente en la celebración. “Se dice que ‘Chiqui’ Tapia nos va a reconocer. Nosotros y Atlético lo tenemos merecido, porque somos campeones de campeones. Estoy realmente agradecido de volver a vivir y sentir estas emociones que ya estaban dormidas en mi corazón. Ver tanta gente que viene y me saluda con cariño y afecto, a pesar de que no me vieron jugar nunca, es maravilloso”, comentó.

FAMILIA. Estela junto a su papá FAMILIA. Estela junto a su papá

A pesar del paso del tiempo, García le guarda un profundo amor a Atlético. “Me llevó a mostrarme a nivel nacional y pude jugar en Buenos Aires. Fue un paso importante para mi vida. Ese Atlético al que llegué yo era multicampeón y ese título fue lo máximo. Así como recién te dije que cuando viajamos en la ida, no fueron ni nuestros familiares a despedirnos, en la vuelta toda la provincia estuvo en la calle. Antes, el fútbol no era como ahora; gracias al periodismo, toda la provincia se enteró de lo que estábamos logrando y resaltaron mucho aquella gesta. Hoy, un club de fútbol no puede jugar más de dos partidos por semana; nosotros, en pocos días, jugamos cinco y con viajes de por medio. Todos fueron con distintos equipos y con triunfo en todas. Hemos ganado en Mendoza, en Bahía Blanca y en Tres Arroyos. Se puede decir que fuimos visitantes en toda esa copa y fuimos justos campeones”, enfatizó.

De lo único que se lamenta García de aquella época es de no haber podido quedarse con ningún recuerdo. “No se intercambiaban camisetas como ahora. Las firmas comerciales ahora facilitan todo y los jugadores tienen dos o tres camisetas para regalar o guardar. El club, en ese momento, no podía donar o regalar, porque costaba mucha plata. Tenías que guardar la camiseta; es más, la camiseta de Primera la usaba la Reserva y, si al otro día jugaba la Quinta, también la usaban ellos. Todo lo que tengo, lo tengo aquí”, dijo, llevándose el índice a la sien y con una sonrisa pícara.

García, familiero de ley y fanático de los recitados, tiene siempre una sonrisa en el rostro. Por estos días, disfruta de un viaje a Tucumán que lo hizo viajar en el tiempo y esta noche podría ser reconocido como campeón de Primera División; todo un logro que debe ser celebrado.

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