Carmen, la española que trajo la Virgen del Rocío a Tucumán

Cientos de vecinos se reunieron en La Ramada de Abajo para una colorida ceremonia social y religiosa, gestada por una protagonista inusitada

DESTREZA Y BAILE. Más de 100 bailarinas de flamenco participaron de la celebración de la Virgen del Rocío en La Ramada de Abajo. DESTREZA Y BAILE. Más de 100 bailarinas de flamenco participaron de la celebración de la Virgen del Rocío en La Ramada de Abajo. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
30 Septiembre 2024

El pronóstico auguraba un día sofocante pero la cita ya estaba pactada para el domingo al mediodía en las puertas del Museo Sanmartiniano de La Ramada de Abajo, a la vera de la ruta provincial 317. Hay autoridades provinciales, hay mucha gente y llegan más. ¿El motivo? Se inaugura el oratorio a la Virgen del Rocío en ese lugar. El director del museo, Martín Ruiz Torres es el anfitrión del evento junto a Sandra Maldonado, profesora de danzas de la Sociedad Española y precursora de este proyecto que empezó a gestarse hace tres meses en devoción a la virgen.

Los invitados son los vecinos de todas partes que están bajo la sombra de los árboles con comida y bebidas. -¿Hay mesas?, preguntan los recién llegados. “No hay más”, dice Sandra, mientras camina apurada. Ella y muchas de las mujeres presentes tienen atuendos típicos españoles muy llamativos. Los colores vibrantes se mueven en las telas de los vestidos y las pañoletas con flecos de las más de 110 bailarinas de flamenco que hay, niñas y adultas, todas tienen flores enormes y peinetas que adornan sus cabezas, zapatos que hacen ruido al pisar y abanicos que no paran de sacudirse. Algunas se peinan y maquillan; otras golpean las castañuelas haciendo música.

ROMERÍA. Las bailarinas escoltan a la virgen hacia el oratorio. ROMERÍA. Las bailarinas escoltan a la virgen hacia el oratorio.

Hace calor pero hay una brisa agradable y un aroma a comida que sale de los puestos para abrir el apetito de todos. Los carteles dicen paella, arroz a la valenciana, empanadas gallegas, tapas agridulces, gazpacho, pestiños, bartolillos y rosquillas fritas. Manina Aguirre, actriz muy histriónica, cuenta que las rosquillas tienen anís y señala a la señora de pañoleta roja que las hizo. Es Carmen Cano García, de Huelva, España.

La nochebuena de 1957

Es la una de la tarde y falta poco para que inicie la fiesta. Carmen tiene 82 años y el pelo castaño claro, está sentada con una heladera de bebidas a sus pies junto a su nuera Adriana y explica la receta de las rosquillas sin olvidar ningún detalle. Amablemente, con acento andaluz y una voz pausada relata su vida.

- Llegué la nochebuena del ’57 a la Argentina y me quedé. Éramos mi papá, mi mamá y cinco hermanos, yo era la del medio y tenía quince años”.

FLAMENCAS. Los atuendos típicos dieron color al evento. FLAMENCAS. Los atuendos típicos dieron color al evento.

- ¿Volvió a España?

- Vuelvo siempre que puedo, he ido este año y me quedé cuatro meses ahí. Amo Argentina pero España también es mi hogar.

Carmen se casó con Pedro Pérez, fue docente durante 25 años y dirigió un colegio que llevaba el nombre de la virgen en Lavalle al 1700, en La Ciudadela. Tuvo cuatro hijos pero perdió a los dos mayores y enviudó hace un año. Volvió a España sola por primera vez este año como un “descanso” después de haber pasado la muerte de su compañero con quien celebraba la fiesta del rocío tradicionalmente.

“Pedro estaba mal, fumaba mucho y eso lo enfermó. Yo lo cuidaba, le daba de comer, estaba bien mentalmente pero su cuerpo se cansaba”, comenta.

PROTAGONISTA. Carmen Cano, Adriana, Pedro, Amparo, Juana y Helena. PROTAGONISTA. Carmen Cano, Adriana, Pedro, Amparo, Juana y Helena.

Empieza la ceremonia, ingresa la virgen del Rocío en una procesión colorida, la lleva una carreta tirada por un caballo alazán y está llena de flores de papel. Es escoltada por cadetes de la Policía y van cantando alegres las bailarinas. “La virgen que entra en la carreta es mía. La traje de Huelva cuando el colegio cumplía cinco años. Es un nombre muy bonito para un colegio y la virgen es muy milagrosa”, confiesa Carmen.

La romería

Terminó la celebración religiosa después de 15 minutos y la virgen que quedará entronizada en el oratorio es presentada a los fieles. El encargado de crear la figura fue Hugo Ylian, hijo de un reconocido artista y docente universitario que tiene su mismo nombre y que falleció en 2019. La advocación de esta virgen le debe su nombre a la región donde apareció, la aldea de El Rocío, en Almonte, provincia de Huelva, Andalucía. Justamente, la casa de Carmen. La virgen fue canonizada en 1919 pero su historia data de la Edad Media y es tan importante que fue declarada de interés turístico nacional e internacional. Carmen lo sabe muy bien, se persigna y sigue contando:

“La fiesta de la virgen dura tres días y empieza en tiempo de Pentecostés, en mayo o junio. Durante 25 años hicimos la romería de la virgen por el barrio pero esta es la primera vez que se hace acá”, explica.

La palabra “romería” viene de romero: alguien que se dirige a Roma, y por extensión, a cualquier santuario. La romería del rocío es la fiesta en sí, es la peregrinación en carretas que hacen los devotos. Una práctica religiosa antigua. Eran los judíos los que se reunían en procesión hacía el tabernáculo en el monte Sinaí y los católicos, después, hacia los sepulcros de los mártires.

La reina de las marismas

Carmen hace una pausa para buscar un plato de paella mientras en la pista están bailando la canción que dice:

“Yo que vivo en la marisma

de la virgen voy a hablar

lo que he visto en el rocío

yo te lo voy a contar”

Este popular tema del cancionero andaluz fue interpretado infinidad de veces.

“La letra habla de las marismas, que son los terrenos que la marea inunda cuando está alta y la virgen es la reina de las marismas. Carmen se sienta con su plato y se reúne su familia a almorzar. “¡Viva la madre de Dios!”, dicen todos. (Producción periodística: Belén Castellano)

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