Crisis y oportunidad en el Boca Juniors de Juan Román Riquelme

El "Xeneize" enfrenta una etapa crítica renovando a Cavani y recuperando jugadores, pero con Mariano Herrón como DT interino

Crisis y oportunidad en el Boca Juniors de Juan Román Riquelme

Edinson Cavani renovó contrato hasta 2026 y afirmó que se retirará del fútbol en el club. Luis Advíncula y Brian Aguirre se recuperaron de sus lesiones. Y Cristian Lema cumplió la suspensión. Así enumerado, Boca podría planificar un gran domingo cuando enfrente mañana a la noche a Argentinos Juniors en la Bombonera. Pero todos sabemos que, pese a tan buenas noticias, el Boca gestión Juan Román Riquelme atraviesa su etapa más crítica. Y que la Bombonera puede ser una caldera según como avance el partido. 

Será el primer juego sin el DT Diego Martínez, que sufrió la crisis de jugadores líderes en ocaso (Pol Fernández y Marcos Rojo fueron excluidos para esta noche, “Chiquito” Romero sigue suspendido por el propio club), generación intermedia con un pie afuera y nuevos sin rodaje, además de una alarmante seguidilla de lesiones. Un combo que se tradujo en resultados dispares, imposibilidad de ganar fuera de casa y, en medio de esa debacle, un fútbol que pasó de interesante a inseguro, para terminar con la pobrísima última derrota ante Belgrano en Córdoba, que precipitó el despido de un Martínez que ya estaba con un pie afuera, pero al que Boca inicialmente quería mantener hasta fin de año, cuando tuviera seguro el nombre del reemplazante.

La nueva derrota obligó a cambiar el plan. Boca salió apurado a buscar un nombre para calmar las cosas. Pero no puede anunciar de modo oficial todavía a Fernando Gago, que parece el elegido. Solemos creer aquí que nuestro fútbol es poco menos que el centro del mundo. Que los demás no cuentan. Chivas de Guadalajara, el equipo de Gago, no solo tiene contrato firme con el DT, sino que, además, es el equipo acaso más popular de México, el segundo con más Ligas locales en ese país y, si bien tal vez menos famoso en renombre internacional, con mucho más dinero que Boca. Ni Gago ni Boca, pues, pueden actuar como si Chivas no existiera. La negociación con Chivas, indemnización incluida, obliga entonces a la prudencia.

Así las cosas, Boca debió recurrir otra vez a Mariano Herrón como DT interino. Es una figura repetida, claro reflejo de la crisis. Porque los anteriores técnicos (como los casos de Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra) tampoco lograban permanecer ni siquiera cuando ganaban títulos. El Boca gestión Riquelme, toda una paradoja para uno de los mejores futbolistas argentinos de la era moderna, casi nunca jugó bien. Como si la urgencia permanente, el “Deportivo Ganar”, se impusiera siempre al juego.

Gago, es cierto, estuvo lejos de ganar la condición de ídolo del “Mellizo” Barros Schellotto, el otro gran candidato de estos días. Pero es de la casa. Y eso le garantiza cierto apoyo inicial (tal vez no el del presidente Javier Milei, que odia a Riquelme y también a Gago). Gago tiene además sello de personalidad para dominar a un vestuario difícil. Y de técnico que impone estilo a sus equipos, un juego elaborado (y más agresivo que los miedos que terminaron dominando el ciclo Martínez).

Pero mañana por la noche Boca saldrá dirigido por Herrón. Está fresco todo. Desde la eliminación temprana en octavos de final de Copa Sudamericana (no Libertadores), hasta la derrota en la Bombonera ante un River suplente y la dura caída última contra Belgrano. La ira se comió a los técnicos, uno tras otro, y los jugadores van y vienen. Comienza a dirigirse al propio Riquelme. Y Argentinos no es un rival sencillo. 

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