Olvidarse de la cita con el dentista puede volverse la rutina de algunas personas. Hay quienes simplemente odian acercarse a aquel consultorio y un miedo irracional les envuelve al saber que es hora de un chequeo dental. La psicóloga Lisa. J. Heaton aporta evidencia sobre este fenómeno al revelar que una de sus pacientes no pudo asistir al ortodoncista por 15 años.
"Entraba al consultorio tan molesta que se ponía a llorar y decía: 'No puedo hacer esto'", recuerda Heaton, profesora clínica adjunta de ciencias de la salud bucal que colabora con dentistas en un centro especial de la Facultad de Odontología de la Universidad de Washington. Como aquella paciente, cientos de personas alrededor del globo temen sentarse en aquel sillón intimidante.
Un gran número de personas evita las visitas al dentista
Las estadísticas no son menores, de acuerdo con las evaluaciones elaboradas por el profesor de psicología y profesor clínico de práctica odontológica y salud rural en la Universidad de Virginia Occidental en un capítulo de su libro “Behavioral Dentistry”, la mitad de los adultos estadounidenses demostaron niveles moderados de miedo relacionado con la odontología, y entre el 5% y el 10% informó que evita el cuidado dental como resultado.
Aquellas inquietantes estadísticas fueron la motivación para descubrir las causas del miedo a una visita médica dental. Las experiencias de la infancia pueden ser un factor de incidencia, sin embargo, McNeil destaca que existen otras razones que inciden en aquella fobia. "En realidad, es menos común que el traumatismo dental por sí solo contribuya al miedo y la fobia al dentista", afirma el especialista.
¿Por qué algunas personas tienen miedo de ir al dentista?
Una de las causas de esta fobia se encuentra en que la visita al dentista puede concentrar una serie de miedos. Ir al ortodoncista a menudo evoca otros temores, como quedar atrapado, recibir una inyección, ver sangre o la invasión del espacio personal. A la vez, experiencias de familiares y amigos cercanos pueden transmitir la idea de que la odontología da miedo, un mensaje que se ve reforzado por las descripciones de las visitas al dentista en los medios populares de comunicación como desagradables o dolorosas.
Incluso este tipo de miedo puede tener una base genética, revela McNeil, sin embargo esta hipótesis se encuentra bajo análisis. El especialista está dirigiendo una investigación para determinar si una variante genética puede contribuir a una mayor sensibilidad al dolor, lo que provoca una mayor ansiedad a la hora de visitar al dentista.