Es ciego, juega al fútbol en Atlético Tucumán, al Goalball en Sportivo Guzmán y fue convocado por la Selección Argentina

Ulises Fecha es un joven futbolista de Atlético Tucumán de 15 años que se enfrenta a la vida con una fortaleza admirable. Su reciente convocatoria para las juveniles de Los Murciélagos, el seleccionado argentino de fútbol para personas no videntes, marca un hito en su trayectoria, pero también deja en claro su capacidad para superar obstáculos que habrían derrotado a muchos.

Nacido el 14 de noviembre de 2008, Ulises no tuvo un camino fácil. A los cinco años, perdió a su padre en un accidente, lo que cambió el curso de su vida y la de su familia. “Fue muy difícil para él”, relata su mamá, Ana Romano. “No solo perdimos al papá de Ulises, sino también a su abuelo materno en días posteriores. Eso nos golpeó muy fuerte”. A los pocos meses, Ulises, quien hasta ese momento tenía visión en un solo ojo, perdió la vista por completo. Para un niño tan pequeño, enfrentar el duelo y la pérdida de uno de los sentidos esenciales habría sido devastador, pero Ulises siguió adelante con una determinación que asombró a todos.

A pesar de esas circunstancias, se mantuvo enfocado en sus estudios y en el deporte, dos pilares fundamentales en su vida. Cursa el cuarto año de la secundaria en el colegio Congreso de Tucumán, donde también recibe clases de apoyo en la escuela Braille para asegurarse de cumplir con todas sus responsabilidades académicas. Ana expresa con orgullo que su hijo “es excelente en la escuela, no se lleva ninguna materia”.

El fútbol llegó a la vida de Ulises de manera inesperada. Inicialmente, su pasión era el atletismo, y en 2023, compitió en los Juegos Evita. Sin embargo, una lesión en el tobillo le impidió continuar y lo dejó fuera de la clasificación. Fue entonces cuando, casi por accidente, el fútbol apareció como una nueva oportunidad. “Le faltaban chicos en fútbol en la escuela Braille, y me llamaron para cubrir un lugar”, cuenta Ulises. Lo que comenzó como un reemplazo temporal se transformó rápidamente en una pasión. Antes, Ulises practicaba fútbol, ocasionalmente, con sus primos y amigos. “Le poníamos una bolsa atada a la pelota para que hiciera ruido como los cascabeles que usan en las pelotas de fútbol para no videntes. Así empecé a practicar”, explicó.

Desde entonces, no ha dejado de avanzar. Hoy, como delantero en el equipo juvenil de Atlético Tucumán, se prepara para el desafío más grande de su corta carrera deportiva: ser parte de Los Murciélagos. Aunque Ulises confiesa que aún siente un poco de miedo cuando juega, su deseo de mejorar y aprender lo impulsa a seguir entrenando. “Todavía no hago muchos goles, pero es cuestión de practicar y entrenar”, dice con modestia el delantero que debe viajar a Buenos Aires para entrenar con sus nuevos compañeros el 9 y 10 de noviembre.

Su madre, Ana, es testigo de la evolución de su hijo y lo acompaña en cada paso de este camino. “Ulises está muy contento, no tiene idea de todo lo que ha pasado para llegar hasta aquí. La vida le está dando cosas hermosas para que las disfrute”, reflexiona. Pero también reconoce que no todo ha sido fácil, y que la pérdida de su vista fue solo una más de las muchas pruebas que la vida le ha impuesto a su hijo. “Lo hice fuerte porque la vida que le tocó fue dura, pero aquí está, demostrando que si uno quiere algo, se puede”, afirma Romano.

A lo largo de los años, Ulises demostró una tenacidad que no solo se manifiesta en el deporte, sino también en su deseo de continuar con sus estudios. Su interés en la historia lo ha llevado a convertirse en un apasionado de los eventos mundiales, en especial de la Segunda Guerra Mundial. “Me gusta mucho desde chico que me enganchaba con YouTube así que conozco todo, a veces no me hace falta estudiar”, reconoció Fecha. Además de dedicarse al fútbol en Atlético, Ulises juega en Sportivo Guzmán al Goalball, un deporte creado para no videntes y que en Tucumán solo se practica en los “Julianos”.

Además, el futbolista tiene claro que quiere estudiar Abogacía y Psicología cuando termine la secundaria. “Si se puede, quiero dedicarme al fútbol, pero también quiero estudiar. Hay un chico en el club que es abogado y juega al fútbol, y lo veo como un ejemplo a seguir”, comenta Ulises a LA GACETA.

El camino que recorrió hasta ahora estuvo lleno de desafíos, pero también de pequeñas victorias que lo han fortalecido. Desde las primeras veces que jugaba con una pelota improvisada hasta su reciente convocatoria para Los Murciélagos, Ulises demostró que las limitaciones son solo obstáculos temporales.

Para Ulises, su próximo gran reto será viajar solo por primera vez, una experiencia que lo llena de emoción y nervios. “Tengo un poco de miedo de viajar solo, pero así es como empiezan todos. Con el tiempo, me acostumbraré”, comenta con serenidad. Y aunque su mamá comparte ese temor, su apoyo es incondicional. “Me da un poquito de miedo que se vaya solo, pero siempre estaré ahí para apoyarlo, como lo he hecho estos 15 años”, dice Ana, con la certeza de que Ulises sabrá enfrentar esta nueva etapa, así como lo hizo desde chico.

Lo que preocupa a la familia en estos momentos de alegría, es que no puede conseguir los pasajes porque en la página del CNRT no hay disponibilidad con el pase por discapacidad y pese a los diferentes reclamos, aún no obtuvieron respuesta desde la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, de todas maneras, tanto “Uli” como Ana, confían en que esta será apenas otra pequeña piedra en el camino que deberán sortear. Mientras tanto, él seguirá entrenando y preparándose para representar a su país en el fútbol. Es que Ulises es un recordatorio de que, con esfuerzo y dedicación, los sueños son alcanzables, sin importar cuán difíciles parezcan las circunstancias.