El teaming es un movimiento internacional que promueve la solidaridad entre empresas y sus empleados, permitiéndoles contribuir de manera conjunta al bienestar social. En la Argentina, una empresa que implementó esta práctica desde 2010, CAT Technologies, logró realizar 117 donaciones y benefició a más de 80.000 personas.
Cómo fue el origen del "teaming"
El teaming se originó en Europa, se extendió a más de 40 países y busca fomentar la solidaridad grupal mediante pequeñas aportaciones mensuales de los empleados. Cada colaborador puede hacer una donación voluntaria, la cual es igualada o duplicada por la empresa, lo que amplifica el impacto social de las iniciativas.
Recientemente, el teaming ganó popularidad por su capacidad de generar un cambio positivo en las comunidades y por involucrar a los empleados en acciones solidarias. En la Argentina, varias compañías están adoptando esta iniciativa. Laura Serafini, coordinadora del programa en CAT Technologies, contó que en 2010 implementaron el teaming en sus oficinas de Buenos Aires y que en 2018 lo expandieron a San Luis, según un parte de prensa corporativo.
Cómo se benefician las empresas con el "teaming"
Las organizaciones que se benefician del teaming son en su mayoría entidades sin fines de lucro que apoyan a personas en situaciones vulnerables y que requieren recursos para continuar con su labor social. Estas organizaciones abarcan desde fundaciones educativas hasta aquellas dedicadas a la asistencia social, lo que permite que el teaming tenga un impacto variado y significativo.
Adoptar esta práctica en el ámbito empresarial va más allá de mejorar la imagen de la compañía. Los empleados, conocidos como teamers, pueden involucrarse en actividades de voluntariado; proponer organizaciones beneficiarias y participar activamente en las iniciativas solidarias, lo que genera un sentido de pertenencia y satisfacción al observar el impacto de sus acciones. Esta dinámica refuerza la cultura organizacional y fomenta el trabajo en equipo.
La participación en actividades solidarias no sólo beneficia a quienes reciben la ayuda, sino que también promueve valores humanitarios y el compromiso social dentro de las organizaciones. Involucrar a las empresas en estas acciones puede tener un efecto multiplicador, inspirando a más actores a convertirse en agentes de cambio en sus comunidades.
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