Estreno de cine: una recreación bíblica de “El Apocalipsis de San Juan”

El director argentino Simón Delacre se basó sobre las visiones del apóstol, que escribió en el Siglo I, para recrearlas e interpretarlas con una mirada que reivindica su posición religiosa

ESCENAS DE ACCIÓN. “El Apocalipsis de San Juan” recrea el exilio del apóstol cristiano en la isla de Patmos. ESCENAS DE ACCIÓN. “El Apocalipsis de San Juan” recrea el exilio del apóstol cristiano en la isla de Patmos.

El Evangelio de San Juan es considerado el más complejo y críptico de los cuatro libros reconocidos por la Iglesia en el Nuevo Testamento. Atravesado por elementos simbólicos y de diverso contenido, que incluso genera debates dentro de la religión sobre su sentido semiótico final, y ha dado lugar a diferentes expresiones artística sobre su mensaje y sus advertencias.

A partir de ese escrito, el director argentino Simón Delacre filmó “El Apocalipsis de San Juan. Los 4 jinetes y las calamidades”, que hoy se estrena en el país y al que refiere como un relato fiel de esa narración, que se sustenta estrictamente en la fe católica para desplegar un relato visual sobre el Fin de los Tiempos sostenido en los efectos visuales y las escenas de acción. La producción es de su firma Caravel Films.

La idea de fondo, según lo que se reconoce en la sinopsis oficial, es presentar las interpretaciones teológicas que acompañan cada visión de San Juan y asimismo demostrar que su profecía ya está cumpliéndose en la actualidad,

“¿Estás listo para descubrir lo que el futuro te tiene reservado? ¡No te pierdas esta experiencia apasionante que desentraña los secretos más profundos de la profecía!”, se plantea en la página web https://www.apocalipsisrevelado.com/. Para la elaboración del guión, Delacre siguió las ideas de los religiosos Louis Billot, Silvio Rosadini, Josef Pieper, John Newman, Bartolomé Holzhauser y Leonardo Castellani, aunque actualizadas al presente, y la traducción de la Biblia al castellano realizada por monseñor Johannes Straubinger.

Delacre es el guionista, director y productor del filme, en el cual discurren los cuatro jinetes del Apocalipsis (ya llevados a la pantalla grande en otras oportunidades), el cordero degollado, el número 666 que cita al Diablo y mucha otras referencias. Católico practicante, adelanta que su mirada respeta el discurso bíblico, alejado del tono de las películas de los grandes estudios de Hollywood. Formado en la Universidad de Buenos Aires y especializado en ciencia ficción, asegura que su realización responde al género de la docuficción, pero con su interpretación libre de los escritos del apóstol Juan, hechos durante el Siglo I en momentos de éxtasis y visiones, para avisar de la segunda y última venida de Cristo a la Tierra. Su propósito fue advertir sobre la necesidad de responder a los mandatos de la Iglesia para asegurarse la vida eterna ante la inminente destrucción del mundo.

Junto con las escenas actuadas por un elenco integrado, entre otros, por Ricardo Castro, Miguel Angel Marchessi y Héctor Hugo Larriera, entre otros, el director intercala obras de arte medievales y antiguos. El rodaje tuvo lugar en escenarios naturales de Necochea (se recreó el exilio forzoso de Juan en la isla de Patmos) y Salta. La pelícu se estrenó oficialmente en abril en Colombia, y desde ahora se verá también en el resto de América Latina y España.

Caravel: una productora católica

“Verdad, tradición & belleza” son los principios que plantean y reivindican desde Caravel Films, autodefinida como “una productora católica de cine”. “La verdad es nuestro objetivo; la tradición nuestra guía; la belleza nuestro medio”, precisan sus responsables (en especial el director Simón Delacre) en su sitio de internet, donde fundamentan el nombre de la empresa: “sí como los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, se sirvieron de carabelas para llevar el evangelio a América, nosotros pretendemos utilizar Caravel Films para llevarlo a todo el mundo”. Y en esa declaración de objetivos, citan a San Mateo: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones”. Para cumplir su propósito piden donaciones.

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