Se les llenó de dudas la lealtad

Se les llenó de dudas la lealtad

El Día de la Lealtad Peronista terminó con una verdad revelada: el justicialismo tucumano está a un paso de reeditar la interna de 2021. Las imágenes en simultáneo de Osvaldo Jaldo justificando ante una multitud su alineamiento con Javier Milei y la de Juan Manzur blanqueando su apoyo político a Cristina Fernández de Kirchner sintetizan una distancia que, hasta el jueves, se manifestaba en silencio.

El gobernador finalmente tuvo en Bella Vista el marco que anhelaba. Ante la mayoría del peronismo institucionalizado, Jaldo dedicó la jornada a reivindicar el perfil que le dio a su gestión. Reiteró que en este primer año priorizó la gobernabilidad de la provincia por sobre las cuestiones partidarias. “Quiero decirles que a Tucumán lo vamos a cuidar entre todos; lo vamos a cuidar para que cada una de las familias pueda vivir mejor, y si tenemos que dialogar y conversar con quien sea, lo vamos a hacer. Lo vamos a hacer porque Tucumán está primero”, se excusó el tranqueño. Antes había levantado los brazos desde el escenario a los tres mártires del peronismo tucumano: Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina, los diputados que acompañaron y pusieron la cara a los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y de financiamiento universitario.

La frase del vicegobernador, Miguel Acevedo, fue aún más sincera respecto de los murmullos que invaden al peronismo tucumano, a partir del posicionamiento institucional de su compañero de fórmula. “Compañeros, no se arrepientan, no duden. Tenemos que estar todos juntos”, pidió en el cierre de su discurso, después de haberse referido a la incertidumbre inicial sobre el rumbo del barco provincial que había logrado enderezar Jaldo.

Vale decir, en el acto al que convocó Jaldo asistieron todos los que debían asistir. El objetivo de transmitir hacia afuera la imagen de que el justicialismo local está encolumnado detrás de su incursión libertaria fue exitoso. Incluso la postura dialoguista de Jaldo tiene buen asidero en un sector importante de la sociedad, según admiten hasta los justicialistas más distanciados del gobernador. El asunto radica puertas adentro. Y ahí es donde el jueves no terminó siendo completo para Jaldo.

Para que eso ocurriera fue determinante la estrategia de Manzur. Muy pocos dirigentes sabían que a la misma hora del discurso se viralizaría la imagen de su encuentro con Cristina. De hecho, fue tal la sorpresa en el jaldismo que arriba del escenario no se percataron de lo que había sucedido en el Instituto Patria sino hasta el final del acto. En cambio abajo, en el campo del Club Sporivo Bella Vista, algunos funcionarios y legisladores compartían asombrados el posteo. Hasta horas antes, la ex presidenta había mantenido su señalamiento a la conducta de Jaldo. “Les presento a Toto Caputo que, además de endeudador serial y hambreador social, parece ser mi nuevo jefe de campaña. Debo admitir que mejor no se consigue. ‘Esta Mujer’, obviamente, soy yo. ‘Nosotros’ es el gobierno de Milei, con el que se quieren ir algunos gobernadores votados como peronistas”, había escrito. Sugestivamente, un par de días antes Caputo había recibido a algunos mandatarios justicialistas; entre ellos, el tucumano.

Para Manzur, la foto significó su reinserción en el escenario político local y nacional y para muchos la primera señal de guerra al jaldismo, avisando que está dispuesto a reaparecer. En rigor, varios dirigentes comenzaron a recibir llamados más frecuentes del senador. “Tenemos que construir la unidad y reordenar el peronismo y Cristina es la persona más capacitada y con más legitimidad para hacerlo. Por eso tiene que presidir nuestro partido”, escribió junto a la potente imagen.

Hasta este momento, la interna en el oficialismo tucumano no había aflorado a la superficie, pero el clima enrarecido venía en aumento. De hecho, la reunión del bloque oficialista de legisladores del martes tuvo escenas de tensión y el principal apuntado fue el presidente subrogante de la Cámara, Sergio Mansilla. Ocurre que en medio de la charla, “La Burra” intentó justificar la postura de los tres diputados tucumanos en favor del veto a la Ley de Financiamiento Universitario con una expresión poco feliz: se habría referido a las universidades como la “caja” de los radicales y generó una discusión impensada. Los peronistas presentes le recordaron que la educación pública es una de las banderas del justicialismo y que el aval al veto los perjudicaba a todos por igual. Luego, la conversación giró en torno a los planteos de José Orellana contra el gobernador Jaldo y el ministro del Interior, Darío Monteros. El “Mellizo” denuncia una persecución política, con despidos en las comunas, a partir de su relación con el senador Manzur, a quien calificó como su “amigo”. Una foto con él en la fiesta de la Empanada generó una caza de brujas dentro del oficialismo. Tras su descargo, Orellana recibió la solidaridad de sus pares, algunos de los cuales también relataron situaciones de persecución y de represalias desde oficinas de la Casa de Gobierno. Al final, el vicegobernador Acevedo cerró el mitin ratificando que no “trabajará” en contra de Jaldo desde la Legislatura, sino que lo hará al lado de él en cuestiones de gestión y que probablemente haya disenso en muchos asuntos, pero siempre en el marco del respeto. No obstante, dejó una frase sugestiva: dijo que no apareció en la “foto” con Manzur en Famaillá por una cuestión circunstancial, pero que sí hubiese estado “no se iba a levantar de la silla”.

La irrupción de Manzur también encierra otro problema para el peronismo tucumano, porque el senador es el presidente del distrito local del PJ. Al haber sostenido que Cristina debe presidir el partido, contradijo de hecho a su ex compañero de fórmula, quien a la misma hora pero ante miles de militantes optó otra vez por la prudencia. “Vamos a decidir por los destinos del movimiento nacional justicialista cuando llegue el momento”, expresó Jaldo desde el escenario.

No son muchas las opciones partidarias que se le abren ahora a “El Comisario”. Una posibilidad es que libere a los militantes a trabajar o no de manera activa en favor de Cristina, para así priorizar el entendimiento con Manzur y la calma en Tucumán. Otra sería apoyar a la ex presidenta por lo bajo, pero cuidándose de que nada se filtre para evitar represalias de la Casa Rosada. Para colmo, el Gobierno libertario actúa como una pareja demandante: en medio de esta coyuntura del PJ, expone al tucumano invitándolo a comer el lunes un asado en Olivos junto a otros gobernadores peronistas que apoyaron los vetos, como Hugo Passalacqua (Misiones) y Gustavo Sáenz (Salta). Si Jaldo asiste, el kirchnerismo tiene otra imagen para sostener su discurso contra el “transfuguismo político” (Cristina dixit); pero, si no concurre, el desaire al inestable jefe de Estado puede traerle consecuencias directas en la gestión y hacerlo retroceder todos los casilleros que logró avanzar en esa relación. En tanto, una alternativa también sería plantarse ante la reaparición de CFK y aprovechar la situación para quitar del mapa político tucumano a Manzur, teniendo en cuenta la proximidad de las legislativas de 2025. El riesgo es que la apuesta no salga bien, cuando resta más de la mitad del mandato.

Silencio

Por lo pronto, Jaldo optó por el silencio. En la mañana del viernes no concurrió a Casa de Gobierno y por la tarde encabezó un acto proselitista en La Cocha, lejos del ruido. Indudablemente, decidió esperar a que se acomoden las cosas en el orden nacional para actuar.

No es el único que cerró una semana con menos certezas que al comienzo. En la oposición, la visita de Patricia Bullrich y de Lisandro Catalán sólo potenció la incertidumbre. El lunes en el Sheraton, los funcionarios nacionales se reunieron con referentes locales del desguazado Juntos por el Cambio. Estuvieron Manuel Courel, Ricardo Bussi, José Macome, Pablo Walter y hasta la senadora Beatriz Ávila, del PJS. Además de la gestión nacional, se analizó el escenario político y las elecciones legislativas del año entrante. Bussi fue el más directo, al consultar respecto de cuál será la estrategia electoral en 2025 de La Libertad Avanza: si habrá Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) o si se impondrá una lista desde Buenos Aires. Para varios de los presentes, la sensación después de escuchar a la ministra de Seguridad y al vicejefe de Gabinete es que será difícil acercar posiciones para evitar las PASO. Pero, sobre todo, que Catalán habla en más de una ocasión como un virtual candidato.

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