Han Kang, la Nobel número 18

GALARDÓN. Por primera vez el Nobel de Literatura llegó a Corea del Sur. Han Kang fue la sorpresiva ganadora. GALARDÓN. Por primera vez el Nobel de Literatura llegó a Corea del Sur. Han Kang fue la sorpresiva ganadora.
Hace 4 Hs

Por Mónica Cazón
Para LA GACETA - TUCUMÁN

Desde 1901, solo 18 mujeres han logrado el Nobel de Literatura. La primera fue la sueca Selma Lagerlöf en 1909 y la última, este jueves, ha sido la coreana Han Kang.

La vegetariana (Mongolian Mark en coreano), su novela más conocida, fue publicada en Corea en el 2007 y se traducida al inglés en el año 2015. Ganó el premio Man Booker International en 2016, y fue dividido entre Kang y su traductora, Deborah Smith. En esta novela, ambientada en el Seúl contemporáneo, la escritora nos cuenta la historia de Yeong-hye, una mujer coreana, ama de casa, que después de una serie de sueños extraños decide dejar de consumir carne.

Kang la narra en tres partes: La primera es La vegetariana, y se centra en el punto de vista del marido de Yeong-hye, el señor Cheong, respecto a la decisión de su mujer de ser vegana. Impotente ante los cambios de su mujer y con el deseo imperioso de que vuelva a ser la mujer corriente de siempre. Invisible a sus ojos, un hombre más del ultrapatriarcado imperante en Corea.

Marca mongola, segunda parte, hace hincapié en el cuñado, un artista que descubre que su cuñada tiene una mancha de nacimiento color verde en una nalga y esa mancha se convertirá en el centro de todas sus obsesiones, contada en tercera persona: “El hecho de que su cuñada tuviera todavía la mancha mongólica en el trasero y la imagen de un hombre y una mujer copulando desnudos y con los cuerpos pintados de flores se le imprimieron en la cabeza en una incomprensible y a la vez clara relación de causa y efecto. La mujer de sus bocetos no tenía rostro, pero era su cuñada. Mejor dicho, tenía que ser su cuñada”.

Finalmente, Los árboles en llamas, centrada en la hermana, In-hye, y su demoledora mirada: “Dijeron que Yeong-hye había desaparecido del sanatorio durante la hora de paseo libre que tenían entre las dos y las tres de la tarde. Hasta entonces solamente había nubarrones negros y no llovía, de modo que los pacientes con enfermedades leves salieron a caminar como todos los días. Supieron a las tres que no había vuelto, cuando las enfermeras pasaron lista. La lluvia había comenzado a caer en forma de gotas a esa hora”.

¿Por qué convertirse en vegetariana puede desencadenar esta inquietante revuelta en el entorno de una mujer? Allí es donde Kang hace del entramado del libro una exploración sutil pero contundente de temas como la moralidad, la búsqueda por lo auténtico, incluso la identidad. Pero también junto a estas características aparecen la violencia, la opresión y el deseo. No olvidemos que estamos dentro de un circuito dictado por la expectativa de los demás. La autora empodera a esta mujer para encontrar su camino, el sentido de la vida, aunque eso signifique renunciar a las comodidades de la aceptación y la pertenencia. Mongolian Mark induce a los lectores a reflexionar sobre sus valores, creencias y dificultades para cambiar y aceptar las decisiones de otros, sobre todo los de una mujer. La complejidad de esta novela se basa, justamente, en llevar al lector a profundidades humanas sobre temas penosamente actuales.

© LA GACETA

Mónica Cazón - Escritora.

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