Jorge Lanata está internado desde hace meses en el Hospital Italiano. Sin embargo, en los últimos días su esposa, Elba Marcovecchio, contó que el periodista mostró algunos avances en su estado de salud. "Jorge está mejor, que es lo principal. Yo reitero hasta el cansancio que está en las mejores manos del país y eso es lo importante”, contó la abogada.
Desde que Jorge Lanata quedó internado son varios los rumores acerca de su estado físico y mental. Mientras algunos dicen que tiene un daño neurológico irreversible y que no puede hablar, otros aseguran que, si bien el periodista está perdido por la medicación, su lucidez se mantiene intacta.
Así lo sostuvo Gabriel Levinas, periodista y marchand de arte, amigo de Jorge desde hace años, en una entrevista que brindó a la revista Hola en la que aseguró que durante las visitas que le hizo a la Clínica Santa Catalina mantuvo conversaciones absolutamente coherentes.
Según Levinas está “consciente de todo lo que pasa”, tanto en lo que se refiere a su delicado cuadro de salud como a la situación que se destapó entre su esposa Elba Marcovecchio, sus hijas Bárbara y Lola y sus ex parejas. "Una vez tuve que agarrarle la mano porque se quería arrancar las sondas, los cables… La medicación lo confundía. Estaba cansado y es lógico: es mucho tiempo de internación”, dijo, y distinguió: “Pero su cabeza funciona bien”.
¿Qué le dijo Jorge Lanata a su amigo en la clínica?
“Dicen pavadas”, lanzó Levinas, sobre quienes sostienen que Lanata no está lúcido, e indicó: “Un neurólogo me dijo que si puede mantener una conversación coherente por media hora, no hay daño permanente. Y yo mantuve con Jorge una conversación de una hora y media en la que él estuvo absolutamente ubicado en tiempo y espacio”, agregó y contó que charlaron sobre política nacional y sobre el conflicto en Oriente Medio.
Pero el dato más impactante es que el conductor de Periodismo para Todos está al corriente del conflicto entre su esposa y sus hijas. Así se lo dio a entender a Gabriel Levinas: “Pensé que él no era consciente de lo que pasaba entre las mujeres, pero en un momento me dijo: ´Qué lío hay afuera´ y me hizo un par de preguntas”.
“Le dije que es algo que él mismo tendrá que arreglar cuando salga del hospital. No me voy a meter en ese asunto ni voy a opinar ni le voy a contar nada”, aclaró, antes de conjeturar que alguna de ellas le habrá contado. “No lo sé. Él tenía un televisor en la habitación, veía las noticias”, cerró.