Capítulo 2 de la Bitácora del hincha de San Martín de Tucumán: el asombro de las Termas del Río Hondo y el primer control policial
La fila de colectivos no tiene fin. Uno atrás de otro y a la espera de superar el primer control policial ubicado a metros del límite entre Tucumán y Santiago del Estero. Claro, las autoridades anticiparon que el control a los hinchas de San Martín iba a ser riguroso. Y no fue una simple advertencia: decenas de colectivos fueron parados a la orilla de la ruta para ser requisados por la fuerzas santiagueñas. Esta situación provocó que los micros bajen la velocidad y demoren alrededor de 30 minutos para recorrer el trayecto entre el peaje y la entrada de Las Termas del Río Hondo.
El ingreso a la ciudad fue digno de una escena de película. Muchos pobladores de la zona salieron a la vereda para ver la cantidad de colectivos que inundaron la avenida principal de la ciudad. Algunos acompañaban moviendo el brazo, otros filmaban y más de uno levantó a su hijo para acompañar el concierto del "Santo". Las ventanas se convirtieron en bombos, las palmas marcaron el ritmo y las voces terminaron de conformar la melodia de las canciones. Asi el pequeño pasillo del segundo piso se convirtió en una tribuna popular con más de 50 hinchas que expusieron a más no poder la euforia del momento.
La rocola empezó con las canciones clásicas del club: primero fue "San Martín es un sentimiento", que adopta el compas del tema "Tractor Amarillo" de Zapato Veloz; "El Santo va a volver", al ritmo de "Pop Goes The World" de Men Without Hats; "Y ciudadé", al tempo de la "Marcha Peronista". La lista podría continuar con otras canciones, pero la descripción sería extremadamente larga.
Otros aprovecharon para empezar a cenar. ¿El menú elegido? La mayoría optó por sánguches de fiambre. Una de las excepciones fue Mauro Florentin que decidió llevarse un sánguche de milanesa para disfrutar junto a sus acompañantes Brian e Ismael Kramar.
"En mi casa todos son hinchas de Atlético, pero yo me hice de San Martín por un vecino que me regaló la camiseta cuando era chico. En ese entonces, no veía mucho fútbol ni seguía a ninguno de los dos equipos. Después de ese regalo, mi viejo, que era 'veneno' de Atlético, me dijo: 'te llevo a la cancha para que conozcas lo que es'. Pero esa experiencia no me gustó. Al tiempo, un tío me llevó a La Ciudadela, y si bien ese día San Martín perdió, me gustó la fiesta", dijo el joven policía, que obtuvo el permiso necesario para viajar. "Mi viejo ahora dice que solo es hincha de Boca. Se hizo neutral, pero mis otros hermanos son 'Decanos'. Más allá de eso le agradezco a Juan Ávila, que era un crack", añadió, mientras le dio un mordisco al sándwich.
Por último, Florentin aclaró que no hizo ninguna promesa, aunque mantiene la misma cábala que realizó en el ascenso de 2018. "Llevo la camiseta que usé en el partido con Sarmiento de Junín y espero que vuelva a dar suerte", sentenció.
Así el recorrido de los hinchas continúa sin mayores sobresaltos, aunque se mantienen atentos al resto de controles que se toparan en el viaje.