Algunas señales del alzheimer pueden ser sutiles y, a menudo, pasan desapercibidas para quienes rodean al paciente, pero prestarle atención a estos detalles en el día a día puede hacer una diferencia en el diagnóstico.
En este sentido, el deterioro del sentido del olfato en una persona con el paso del tiempo no solo puede predecir la pérdida de dicha función cognitiva, sino que también dar cuenta de cambios estructurales en regiones del cerebro importantes en la enfermedad de alzhéimer y la demencia. Así lo indicó un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago (Estados Unidos).
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El artículo tomó como base el abordaje longitudinal en 515 adultos mayores. "Este estudio proporciona otra pista sobre cómo un rápido deterioro del sentido del olfato es un muy buen indicador de lo que va a terminar ocurriendo estructuralmente en regiones específicas del cerebro", amplió el autor principal de la pesquisa y profesor de cirugía en la institución norteamericana, Jayant M. Pinto.
El equipo utilizó datos anónimos de pacientes del Proyecto de Memoria y Envejecimiento (MAP) de la Universidad Rush, un grupo de estudio que comenzó en 1997 para investigar las enfermedades crónicas del envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
"Pudimos demostrar que el volumen y la forma de la materia gris en las áreas olfativas y asociadas a la memoria del cerebro de las personas con un deterioro rápido de su sentido del olfato eran menores en comparación con las personas que tenían un deterioro olfativo menos severo", repasó Pinto.