Trump en el poder: ¿vuelta a las guerras comerciales?

El presidente electo prometió poner más aranceles a las importaciones, sobre todo a las provenientes de China y de México. En su primer mandato, ya impulsó por decreto impuestos al aluminio de Europa. “No habrá ganadores” en una guerra comercial, que tampoco sería buena para el resto del mundo, advirtió la cancillería china. La OMC tiene un órgano de mediación, pero es un mecanismo poco eficiente.

Trump en el poder: ¿vuelta a las guerras comerciales?
08 Noviembre 2024

1- ¿El regreso al proteccionismo?

“Para mí ‘aranceles’ es una muy linda palabra”, lanzó Donald Trump durante la campaña electoral que lo devolvió a la Casa Blanca. Ahora el republicano buscará imponer impuestos aduaneros más altos, a riesgo de relanzar viejas guerras comerciales.

Además de un alza de hasta 20% de los aranceles para todos los productos importados, el ex mandatario que se convertirá nuevamente en presidente en enero, apunta específicamente a China, con impuestos de 60% al ingreso de sus mercaderías a Estados Unidos.

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2- ¿Podrá hacerlo?

Las leyes estadounidenses permiten al presidente establecer aranceles por decreto, como lo hizo Trump varias veces durante su primer mandato (2017-2021), por ejemplo sobre el acero y el aluminio provenientes de China y Europa. No es una medida nueva: el actual presidente demócrata, Joe Biden, también lo hizo con algunos productos chinos.

Trump tiene un margen adicional de maniobra: podría tener mayoría absoluta en la Cámara de Representantes, además de en el Senado, en un Congreso con prerrogativas en materia comercial.

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3- ¿Cómo reaccionarán otros países?

“Si se aplican aranceles aduaneros de forma indiscriminada, hacia aliados y competidores, puede ser un problema”, considera Jeffrey Schott, del centro de estudios Peterson Institute for International Economics.

Esa decisión iría “contra obligaciones en la OMC (Organización Mundial del Comercio) o contra acuerdos de libre comercio, y provocaría, como ya ocurrió en el pasado, severas represalias” de parte de los afectados, explicó.

De hecho, China advirtió ayer que “no habría ganadores en una guerra comercial”. “Por principio, habría que reiterar que no hay ganadores en una guerra comercial, una situación que, además, no favorecería al resto del mundo”, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.

Durante el primer mandato de Trump, los aranceles a productos chinos y europeos generaron represalias de Pekín y Bruselas, que sin embargo buscaron no ser desproporcionadas. Los expertos dicen que es difícil imaginar, en cambio, el impacto que causaría en el comercio mundial un alza generalizada de los impuestos aduaneros.

4- Las instancias internacionales

En principio, la OMC debe asegurarse de que las condiciones de acceso a los mercados sean equivalentes para los Estados parte, y reducir progresivamente los obstáculos al libre comercio. Los derechos aduaneros siempre fueron considerados como un obstáculo mayor.

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La OMC dispone de un órgano de mediación, ante el cual un Estado puede presentar un recurso. Pero el sistema “está roto”, lamenta Schott. “En teoría, un procedimiento puede iniciarse y avanzar, pero al final será bloqueado y se volverá inútil por la simple apelación de Estados unidos. Y no hay organismo de apelación posterior”, precisa el investigador.

5- Los riesgos para Estados unidos

La simple aplicación de aranceles a todos los productos que ingresen a Estados Unidos tendrá un costo, alertó la Tax Foundation, que estimó en 525.000 millones de dólares anuales el incremento del gasto que caerá sobre las espaldas de los consumidores estadounidenses de producirse esta medida anunciada por Trump.

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Las empresas dependen de la importación de mercaderías para poder ofrecer a sus clientes una gama de productos a precios razonables, explicó Jonathan Gold, vicepresidente de la NRF, la federación nacional de comercio minorista. Para este experto, los aranceles provendrán, de los bolsillos de los consumidores, en forma de aumento de precios. Según la Tax Foundation, una medida de este tenor costaría también 0,8 puntos porcentuales al PIB y destruiría 684.000 empleos.

6- ¿Tensiones comerciales en aumento?

Durante su primer mandato, Trump usó los aranceles como una ventaja para imponer nuevas negociaciones con diferentes socios comerciales. El ex mandatario se presentó como un experto en acuerdos y su objetivo era conseguirlos. Así, logró un acuerdo comercial con China que, en teoría, apuntaba a equilibrar la balanza comercial entre las dos mayores economías mundiales, a cambio de levantar progresivamente los aranceles establecidos. Ese nuevo balance no se materializó, pero el déficit comercial con China dejó de crecer. Ahora, de cara a su segundo mandato, Trump plantea los aranceles como  alternativa para fondear un recorte de impuestos adicional que quiere implementar para los estadounidenses. De lograrlo, podría ser de una medida de larga duración que aumentaría la fragmentación de la economía mundial que teme el FMI, esto es, en pocas palabras, una reducción de libre comercio.


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