El cáncer de esófago es el octavo más frecuente en todo el mundo, con una incidencia significativamente mayor en hombres, variando entre tres y diez varones por cada mujer dependiendo del área geográfica.
Aunque no es de los tumores más prevalentes, existen varios factores que incrementan considerablemente el riesgo de padecerlo.
El esófago es un tubo muscular hueco que se extiende desde la faringe hasta el estómago, permitiendo el paso de los alimentos. La edad habitual de presentación de los tumores esofágicos se sitúa entre los 55 y los 70 años, siendo muy infrecuentes los casos en personas menores de 40 años.
Tipos de cáncer de esófago
Los tipos más comunes de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma. La incidencia de los tumores que afectan al tercio distal del esófago y a la unión gastroesofágica ha aumentado en paralelo al incremento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, especialmente en personas con obesidad.
Factores de riesgo
Las causas exactas del cáncer de esófago no están claras, pero se cree que el daño al ADN de las células del esófago, producido por factores como el alcohol, el tabaco o el reflujo gastroesofágico, desempeña un papel significativo. La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) destaca los siguientes factores de riesgo:
Edad avanzada.
Sexo masculino.
Consumo de tabaco. Incrementa el riesgo de dos a cuatro veces.
Consumo de alcohol: aumenta la probabilidad, especialmente cuando se asocia con el tabaquismo, incrementando el riesgo hasta siete veces.
Reflujo gastroesofágico: aumenta ligeramente el riesgo de adenocarcinoma del esófago y puede causar esófago de Barrett, una lesión premaligna.
Esófago de Barrett: caracterizado por cambios en las células que revisten la parte inferior del esófago.
Ingestión de ácidos y sustancias tóxicas.
Dietas inadecuadas: bajos en frutas y verduras, y posiblemente relacionados con el consumo de carne procesada.
Bebidas calientes: incrementan el riesgo de cáncer de células escamosas debido a lesiones repetidas por el calor.
Síntomas y signos de alerta
En las etapas iniciales, el cáncer de esófago es habitualmente asintomático, lo que hace que el diagnóstico a menudo sea fortuito. Los síntomas más comunes incluyen:
Disfagia. Dificultad para tragar o sensación de que el alimento se queda detenido en la garganta o el tórax. Inicialmente afecta a alimentos sólidos y luego también a líquidos.
Pérdida de peso involuntaria. Debido a la imposibilidad de alimentarse adecuadamente, falta de apetito y cambios en el metabolismo inducidos por la enfermedad.
Dolor en el tórax. Localizado generalmente detrás del esternón. Es un síntoma inespecífico que también aparece en enfermedades benignas como el reflujo gastroesofágico.
Síntomas respiratorios. Como tos e infecciones respiratorias.
Otros síntomas. Sangrado, cansancio, disfonía (ronquera) e hipo.