Una llamada telefónica puede no ser tan inofensiva para algunas personas. El sonido animado que proviene del timbre del celular puede iniciar una sensación de nervios extremos y el solo hecho de atender la llamada puede causarles una ansiedad mortificadora. Para algunas personas contactarse o atender una comunicación por voz puede ser una experiencia catastrófica. ¿Cuáles son las razones psicológicas de este fenómeno?
Para algunas personas, contactarse con sus seres queridos o simplemente recoger una llamada de algún conocido no supone más esfuerzo que levantar el celular. Sin embargo para otras, el timbre del teléfono puede ser el desencadenante de unos nervios extremos, provocando que eviten la llamada o generando preocupaciones en medio del contacto por cada cosa que dicen. Si alguno de estos síntomas se te hacen familiares, quizás te veas afectado por la ansiedad al teléfono.
Ansiedad al teléfono, un cuando una llamada puede desorbitarnos por completo
La ansiedad al teléfono es el miedo o la evasión a las conversaciones por vía telefónica, donde el contacto es a través de la voz. De acuerdo con un estudio elaborado en el año 2019 en una oficina del Reino Unido, el 76 % de los millennials (nacidos entre 1981 a 1995) y el 40 % de los baby boomers (nacidos entre 1949 a 1968) tienen pensamientos ansiosos cuando suena su teléfono. Debido a esto, el 61 % de los millennials evitaría por completo las llamadas, en comparación con el 42 % de los baby boomers.
Las razones por las que hablar por teléfono puede causarnos ansiedad muchas veces se asocian a la ausencia de otros sentidos. Hablar por teléfono puede resultar abrumador porque estamos limitados a los sonidos de nuestra voz. En ausencia de otras señales sociales (como los gestos, el lenguaje corporal y el contacto visual), a menudo podemos sentirnos cohibidos por los sonidos que emitimos y por nuestra elección de palabras.
¿Cuáles son las razones por las que una llamada puede generarnos tanta ansiedad?
En el estudio “Text or Talk? Social Anxiety, Loneliness, and Divergent Preferences for Cell Phone Use”, los investigadores descubrieron que las personas ansiosas prefieren enviar mensajes de texto a las llamadas telefónicas, considerándolo un medio más conveniente para el contacto expresivo e íntimo. Algunas personas optan por enviar mensajes de texto porque les da tiempo para pensar en las palabras de sus mensajes y les brinda la oportunidad de ser informales. En algunos casos, desarrollan una personalidad diferente, separada y en contraste con su yo real, más reticente.
Las investigaciones también sugieren que la ansiedad por el teléfono está relacionada con la preocupación por lo que la otra persona piensa de ellos. Al eliminar la reacción inmediata de los demás en las conversaciones habladas, los mensajes de texto pueden ofrecer a quienes sufren ansiedad por el teléfono una forma de establecer contacto social sin el temor al rechazo o la desaprobación.
Otro motivo por el que las llamadas telefónicas pueden resultar abrumadoras es la presión que supone ser el centro de atención de otra persona. En las conversaciones cara a cara, tenemos varias distracciones en nuestro entorno, como mirar por la ventana o, irónicamente, comprobar las notificaciones de llamadas perdidas en nuestros teléfonos. Esto puede hacer que la interacción parezca más informal y que la conversación fluya de forma natural. En una llamada, no hay distracciones externas, por lo que puede parecer que que los reflectres solo apuntan hacia nosotros y que debemos responder a las preguntas de inmediato.