Un latino al timón de la política exterior de Estados Unidos

Marco Rubio, un senador de origen cubano y furioso anticomunista sería el secretario de Estado del gobierno de Trump.

ANTIGUOS RIVALES. Rubio compitió con Trump en las primarias de 2016. ANTIGUOS RIVALES. Rubio compitió con Trump en las primarias de 2016.
13 Noviembre 2024

MIAMI, Estados Unidos.- Los rivales de antaño pueden ser ahora aliados en el nuevo gobierno de Donald Trump. El presidente electo podría elegir a Marco Rubio como jefe de la diplomacia, el senador de origen cubano que le disputó la interna republicana en 2016.

Varios medios de comunicación dan al senador por Florida de 53 años como el futuro secretario de Estado aunque el magnate republicano no lo ha notificado oficialmente.

Si se confirma, Rubio sería el primer latino en el cargo, un gran éxito para el político que sueña con la Casa Blanca.

Nacido en Miami, este hijo de inmigrantes cubanos lleva 25 años en la política. Es partidario de ejercer máxima presión sobre China, gran potencia rival de Estados Unidos.

Como senador ha abogado por ayudar a Taiwán, tomar medidas para restringir las operaciones comerciales chinas en Estados Unidos y castigar a Pekín por la forma en la que trata a Hong Kong y a la minoría uigur. También apoya a Israel y tiene a Irán en la mira. En una entrevista con una red de medios de comunicación católicos, Rubio dijo que Ucrania ha sido valiente, pero ha alcanzado un “punto muerto” contra los invasores rusos y Estados Unidos debería ser pragmatico en vez de enviar miles de millones de dólares en armas.

“No me gusta lo que hizo (el presidente ruso) Vladimir Putin, y sí estamos interesados en lo que sucede allí”, dijo. “Pero creo que el futuro del siglo XXI va a estar definido por lo que suceda en el Indo-Pacífico”, añadió.

Su mirada sobre América Latina también refleja sus posturas conservadoras. El político, que habla español con fluidez, critica duramente al gobierno castrista de Cuba, al mandatario venezolano Nicolás Maduro y al nicaragüense Daniel Ortega.

Sobre migración ha endurecido su postura: considera que se ha vuelto “masiva” y es partidario de poner límites.

“Pequeño Marco”

Rubio encarna el “sueño americano”. Hijo de un camarero y de una cajera, subió rápidamente los peldaños de la política. A los 34 años, era presidente de la Cámara de Representantes de Florida. Es un favorito entre los hispanos, electorado que ha movilizado para las presidenciales de la semana pasada.

Estuvo durante meses arriba en las apuestas de posibles compañeros de fórmula de Trump a pesar de que años atrás, en 2016, fueron rivales en las primarias republicanas.

Por aquel entonces la relación entre ambos era tensa y los calificativos despectivos estaban a la orden del día. Dijo de Trump que tenía las “manos pequeñas” y le llamó “estafador”. El magnate también se burlaba de él, con el apodo de “pequeño Marco”.

La relación fue mejorando durante el mandato presidencial de Trump, con quien trabajó sobre temas de América Latina.

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