La historia del Instituto de Previsión Social es, en cierto modo, la historia de Tucumán. Nació a finales del siglo XIX. Con anterioridad a 1900, las jubilaciones y pensiones tenían un carácter muy distinto al actual. Estas eran otorgadas por las Honorables Cámaras mediante leyes especiales para cada caso y se hacían acreedores los que se estimaba que por la cantidad de servicios prestados y con satisfactorias condiciones personales, la provincia le debía gratitud, obteniendo por consiguiente esta lógica recompensa. Los beneficios que se otorgaban eran de tipo graciable (prestación económica vitalicia) y no se otorgan en base a descuentos u otras clases de aportes destinados a ese fin. No existía por lo tanto ningún organismo encargado específicamente de conceder jubilaciones, es decir que todo servidor que se consideraba en condiciones de obtener su retiro iniciaba su gestión ante la cámara. Las leyes provinciales números 237 (22 de noviembre de 1899) y 249 (21 de enero de 1900) reglamentaron la concesión de jubilaciones y pensiones teniendo en cuenta que la facultad de otorgar dichos beneficios por el artículo 130, inciso 11 de nuestra Constitución corresponde al Poder Ejecutivo. Es así que durante el gobierno del Doctor Prospero Mena (1898 - 1901) se sancionaron las leyes citadas. “Establecer el sistema de Montepío por el cual y mediante el descuento en el sueldo de los empleados se forma el fondo con el que debe atenderse a la jubilación después de un número dado de años, no era posible en esos momentos por cuanto la misma estabilidad de los presupuestos y las circunstancias anormales por qué atravesaba el erario de la provincia, no permitían establecer una base fija para fundar dicha institución, siendo además los sueldos del personal lo bastante reducidos como para efectuarles un descuento que les traería graves perturbaciones y dificultades para atender sus necesidades” (del citado gobernador) (Durante su administración, además, se completó la colocación de las cañerías de las aguas corrientes, se iniciaron las obras del dique La Aguadita y los estudios encomendados al Ing. Anzorena, del dique El Cadillal. Se arregló la deuda pública proveniente del empréstito de 5 millones realizado por Lídoro Quinteros, quedando definitivamente el Banco de la Provincia como Institución de Crédito del Estado).
Pedro Pablo Verasaluse