Los tiempos de la mañana corren de una manera diferente y el ritmo frenético nos lleva a tener que ir de prisa. Vestirnos en de manera acelerada, desayunar a las apuradas y hacer una maratón hasta la escuela o trabajo. Todos aquellos ítems requieren de una gran cantidad de energía y es allí cuando accedemos a una solución simple, económica y efectiva: el café instantáneo.
El café instantáneo se vuelve la solución a las necesidades de energía inmediata. Una de las virtudes más fundamentales de este producto a diferencia del café convencional es que no demanda los sofisticados pasos de llenar el depósito de agua, colocar filtros y calcular la cantidad de café idónea. Solo requiere de una cucharadita en una taza caliente. Y la rutina se repite así, cada mañana. Pero, ¿qué tan recomendable es aquel hábito?
¿Qué es el café instantáneo y en qué se diferencia del molido?
Diversos estudios han advertido sobre los beneficios que esta bebida supone para la salud. Se ha observado que los bebedores de café tienen un menor riesgo de muerte por enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes y enfermedades renales. Además, el consumo de esta infusión podría reducir la probabilidad de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal.
Pero el café instantáneo puede tener también algunos efectos adversos en el organismo. Para conocerlos primero debemos tener en cuenta a qué nos referimos cuando hablamos de este tipo de bebida. En esencia, el café instantáneo es un extracto en polvo de café. O sea, que su preparación se basa en los mismos granos que usaríamos para preparar el café convencional, aunque está más concentrado. Aunque de sabor y frescura son similares, el café instantáneo se diferencia en algunos aspectos del café molido que a la vez pueden no ser tan beneficiosos para el organismo.
Los efectos del café instantáneo en el organismo
Menos estimulante
La cafeína, cuando no se trata con cuidado y se consume en exceso puede causar insomnio y alterar el sueño al afectar el sistema nervioso. También puede provocar ansiedad, irritabilidad y estrés, ya que la cafeína puede imitar y modificar las funciones de la adenosina, un químico que influye en nuestras sensaciones de fatiga y sueño, haciéndonos sentir más cansados y somnolientos de lo normal. Sin embargo, cuando se consume con moderación, la cafeína presente en el café también puede proteger contra enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.
Una taza de café instantáneo, preparada con una cucharadita de polvo, puede contener entre 30 y 90 mg de cafeína, mientras que una taza de café normal tiene entre 70 y 140 mg. Dado que la sensibilidad a la cafeína varía entre individuos, el café instantáneo puede ser una mejor opción para aquellos que necesitan disminuir su consumo de cafeína.
La acrilamida, un peligro escondido
Otra diferencia notable entre el café instantáneo y el café convencional es que el primero contiene una dosis sustancialmente más alta de acrilamida, que es una sustancia química que se forma en los alimentos ricos en azúcares y un aminoácido llamado asparagina se cocinan a temperaturas muy altas, superiores a 120 °C en condiciones de baja humedad. Es de sobra conocido el caso por ejemplo de las tostadas, que suelen ser acusadas de ser poco saludables gracias a su presencia de acrilamida.
Según un estudio llevado a cabo en ratas en el 2002 para establecer las repercusiones para la salud de la presencia de acrilamida en los alimentos, existe una relación directa entre la exposición a esta sustancia y la aparición de cáncer en las ratas. Es importante señalar que, para que la acrilamida fuese capaz de provocar la aparición de un tumor en las ratas, fue necesario que ingiriesen unas cantidades bastante elevadas y durante bastante tiempo.
Aunque no existe una evidencia definitiva, la mayoría de los organismos y profesionales se inclinan por ser prudentes y recomiendan evitar el consumo innecesario de acrilamida. De hecho, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la OMS, ha clasificado esta sustancia como "posible carcinogéno para los seres humanos".
No es solo café
Un último matiz que hay que tener en cuenta es que el café instantáneo no es únicamente un producto ‘procesado’, sino un ‘ultraprocesado’. En la mayoría de los casos, el café se somete al proceso de secado por atomización, causando la pérdida de gran parte de su aroma y sabor. Para compensar esto, los fabricantes suelen agregar una cantidad considerable de colorantes, saborizantes y aromatizantes. Estos ingredientes hacen que el producto resultante sea muy atractivo para los ojos, la nariz y las papilas gustativas, pero lo hacen menos saludable que el café convencional.