Cuando adolescente, viví varios años en Tigre, con mis abuelos. Tomaba el colectivo 60 que iba directo por avenidas, hasta la capital. O en tren a Retiro. En ambos casos eran medios usados por la clase media mayoritariamente. Compañeros míos de colegio y luego de facultad. Hoy el 60, es un colectivo “obrero”, con gente muy pobre. Lo tomé para ir al Hospital Fernández. Este hospital también era de la clase media, básicamente por estar en un barrio “cheto”. La pobreza que encontré en el Fernández ha sido realmente entristecedora. Nunca vi en ese hospital tanta gente digamos “herida”. Soy jubilado y ya no manejo, básicamente porque no veo bien, ni tengo las reacciones de hace unos años. Regresé en el 59 a casa. Línea que nace en Olivos y circula por zonas que aún sobreviven y son de clase media o media acomodada. Argentina fue orgullosamente un país de clase media. Hoy ya no lo es, está reducida a ciertos sectores que sobreviven gracias a su ADN argentino. Durante esta democracia de 40 años, fuimos saqueados, embaucados, empobrecidos y embrutecidos, por gobiernos nefastos. No sería correcto imponer un sistema oligárquico, conducido por un autócrata de pocas luces. Todavía confiamos en Milei, pero es con crecimiento económico, distribución de la riqueza y mejor educación que vamos a ser nuevamente un gran país.
Esteban Tortarolo