La efervescencia estudiantil inundó los pasillos de la Facultad Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Desde las 16 horas del viernes 28 de noviembre, casi 200 estudiantes de carreras cortas, de dos y tres años de duración, participaron en el Festival Académico de Presentación de Proyectos Estudiantiles (Fappe).
Con proyectos que van desde manos robóticas hasta sistemas solares para comunidades rurales, el festival no solo exhibió el conocimiento adquirido, sino también la pasión y el compromiso de los jóvenes con su formación profesional y las necesidades de la sociedad. Un jurado formado por docentes y autoridades evaluó los proyectos, y ahora debe emitir su fallo sobre cuáles fueron los mejores.
La sede de la Tecnológica se transformó de un modo irreconocible con la llegada de los estudiantes y de sus proyectos. En el hall central se desplegó la muestra de 50 ideas y prototipos organizada por temáticas. Entre otras áreas se presentaron proyectos de automatización; seguridad eléctrica; energías renovables y mecatrónica. Los trabajos incluían la creación de una caja de insonorización; sistemas de control automatizado; sistemas de riego y cultivos; soluciones sustentables y semáforos inteligentes.
La ansiedad afloró con el paso de las horas. Y es que, como se contó arriba, la muestra contó con la presencia de un tribunal encargado de juzgar a los trabajos. El decano de la UTN, Rubén Egea; la secretaria académica, Graciela Mansilla, y la subsecretaria de carreras cortas, María del Carmen Venecia, recorrieron las instalaciones de los jóvenes desde las 20 horas.
“Quiero destacar a estos alumnos que superaron numerosas dificultades y se mostraron sumamente comprometidos con su trabajo. Muchos hacen un increíble esfuerzo por venir. Tenemos estudiantes de Famaillá, Trancas, Concepción e, incluso, de Catamarca”, destacó Venecia. Además, señaló que los proyectos fueron realizados para promocionar las materias integradoras de las carreras, donde los estudiantes aplican lo aprendido a desafíos reales.
Las soluciones de los estudiantes a problemas reales
Pero un recorrido por este Festival revela mucho más que proyectos: refleja el alma de una nueva generación dispuesta a cambiar el mundo. Una de las temáticas que se destacó fue la del estacionamiento inteligente, proyecto que involucró a 17 alumnos de Mecatrónica, entre ellos varios de Famaillá.
El modelo ofrece la posibilidad de un estacionamiento que no necesita empleados y funciona de manera inteligente. Mediante un sistema de sensores que reconoce la llegada de los autos; indica los lugares de aparcamiento disponibles; cobra a los clientes y, además, lleva el registro de la ocupación. El proyecto incluye una maqueta, una pantalla led y una aplicación con toda la información. "Esto es trasladable a la vida real. Realmente puede solucionar muchas cosas. Lo único que hace falta es un inversor que ponga la plata: nosotros ponemos el cerebro, se pueden hacer cosas increíbles", expresó Jesús Cortez.
Piedra, papel y tijera con una prótesis
Uno de los proyectos más innovadores fue la mano robótica, que combina tecnología avanzada para brindar asistencia a personas discapacitadas. Los estudiantes crearon una prótesis que se maneja por reconocimiento de voz, y utiliza el asistente de Google para abrir y cerrar la mano. Además, la prótesis puede ser controlada desde un teléfono móvil, permitiendo interacciones como juegos de piedra, papel o tijera. "Este proyecto se hizo con impresión 3D y tiene un diseño funcional con cinco dedos que se mueven junto a una muñeca ajustable", explicó Martin Exequiel Lobo, estudiante de la Tecnicatura en Mecatrónica.
Otra solución que se destacó fue el rastreador solar, un dispositivo creado con Arduino que tiene como objetivo fomentar el uso de energías renovables en zonas rurales de alta montaña, donde la energía eléctrica es limitada. El proyecto consiste en un panel solar que sigue la trayectoria del sol y energiza un invernadero durante todo el día: es una idea pensada para potenciar la vida en comunidades de áreas remotas. “Queríamos energizar ese tipo de zonas y sus huertas. La intención es que la luz solar pueda después adaptarse a una corriente de luz eléctrica, al wifi, a los tanques de agua también y al sistema de riego de la huerta”, detalló Guadalupe Vildoza, también estudiante de Mecatrónica.
También hubo un stand dedicado a la Programación y al Inglés. Esta combinación posibilita que los futuros ingenieros no sólo adquieran conocimientos técnicos, sino también competencias lingüísticas para su carrera. "El objetivo fue usar el idioma de manera práctica, y enseñar a los estudiantes a programar y a explicar sus proyectos en inglés, algo fundamental para su formación profesional. Dominar esta lengua es clave para avanzar en el mundo laboral", indicó Valentina Vidal, docente a cargo.
El recorrido de los jurados por los stands se extendió más de la cuenta así como el debate y la elección de los mejores proyectos del año. Por ello, los ganadores se anunciarán el próximo miércoles 4 de noviembre. Además del certificado de participación, los premios incluyen becas estudio y el acceso a dos cursos por persona, entre los que están disponibles distintos idiomas y programas.
Los organizadores expresaron su satisfacción con el éxito de la muestra y su deseo de que el festival continúe realizándose cada año, como una tradición que motive a los estudiantes a seguir innovando y a llevar sus conocimientos tecnológicos al nivel de la resolución de los retos del día a día.