Psicofármacos y deseo sexual: ¿Cómo afectan tus medicamentos la intimidad?

En la lucha contra la depresión, también puede aparecer la batalla contra la pérdida del deseo sexual. La palabra de pacientes y profesionales

MEDICACIÓN. Muchos se preguntan si deben elegir entre la salud sexual y salud mental. MEDICACIÓN. Muchos se preguntan si deben elegir entre la salud sexual y salud mental.

“Al principio no noté que era mi medicación lo que había mi disminuido mi deseo sexual, pero cuando lo asocié me generó mucha ansiedad. Era desesperante. ¿Cómo podía ser que mi ánimo estuviera mejor pero mi relación amorosa fuera en picada por la inactividad sexual?”.  Alberto tiene 35 años y lleva varios de ellos medicado tras ser diagnosticado con depresión, una de las patologías mentales más comunes del mundo.

En efecto, la Organización Mundial de la Salud señaló en un informe que son más de 280 millones las personas alrededor del mundo las que sufren este trastorno. No todos tienen diagnóstico. No todos están medicados, y gran parte de aquellos que sí lo están desconocen que su vida sexual podría verse afectada.

Alberto es empleado administrativo y el inicio de su depresión se remonta a más de una década atrás, tras la muerte de su mejor amigo. “Tardé años en ir a un psicólogo que después de dos sesiones me derivó a un psiquiatra, al que también me costó animarme a consultar. Entonces cuando asocié mis problemas en la intimidad a la medicación, también me fue tomó  meses preguntar si era posible que esto estuviera pasando”, confesó.

Lo que sucedió con este hombre es más común de lo que la mayoría imagina, indicó el psiquiatra y sexólogo Roberto Finoli que al ser consultado por LA GACETA, mencionó que hay estudios que demuestran un parte importante de la comunidad médica no evalúe los efectos que causan en la sexualidad los psicofármacos. “En la consulta no se habla sobre esto, pero deberíamos”, remarcó.

Síntomas y diferencias

¿La disminución de la autoestima y la falta de interés general, comunes en la depresión, pueden reducir el deseo sexual? Sí. “La ansiedad además puede generar preocupaciones sobre el desempeño, lo que lleva a disfunción eréctil o anorgasmia”, explicó el psiquiatra.

Y añadió: “Cambios hormonales asociados a estas condiciones, como niveles elevados de cortisol o alteraciones en serotonina y dopamina, impactan la libido y la función sexual”.

POCA ACTIVIDAD. La falta de deseo es uno de los efectos más comunes de los psicofármacos. POCA ACTIVIDAD. La falta de deseo es uno de los efectos más comunes de los psicofármacos.

Todo lo mencionado incluso puede ocurrir sin medicación. Con ella en la lista se agregan un par de puntos más como disminución de la libido, dificultad para alcanzar el orgasmo y disfunción eréctil, problemas de lubricación. “Un metaanálisis de Montejo, además mostró que entre el 30-50% de las personas tratadas con psicofármacos experimentan efectos sexuales adversos”, amplió Finoli.

Otro punto importante que se debe tener en cuenta es que los efectos no son los mismos en hombres y en mujeres. Silvina tiene 40 años, es comunicadora y tras un difícil divorcio fue diagnosticada y medicada por depresión. “Cuando mejoré intenté volver a las citas pero en los primeros encuentros sexuales me di cuenta que no alcanzaba con facilidad el orgasmo. Utilicé Google y la relación con mis pastillas fue instantánea. En mi siguiente turno con mi psiquiatra lo comenté para buscar soluciones”, contó sobre una de las formas en las que afecta al sexo femenino. La otra es la baja del deseo.

Los hombres, en tanto, son más propensos a experimentar disfunción eréctil asociada con ansiedad o depresión. “También pueden mencionar mayor frustración o vergüenza debido a expectativas sociales relacionadas con el desempeño sexual: “por eso es muy importante hablarlo en la consulta para evitar que el paciente incurra en una discontinuación del tratamiento”.

Tratamiento conjunto

Abordar la salud mental y la salud sexual en un tratamiento conjunto, no es una utopía sino una necesidad, por lo que al respecto habló Mileva Pavicich licenciada y psicología y sexóloga. “La depresión es una enfermedad que te quita las ganas de vivir, te quita el deseo de hacer cosas, de estar activos en la vida, entonces también la libido y el deseo sexual puede estar disminuido o ser prácticamente nulo cuando aparecen estos trastornos”, aseveró.

Para ella, el punto de partida es entender que una persona que tiene una enfermedad mental necesita la medicación psiquiátrica para poder estar compensada y poder llevar adelante su vida.

“No obstante todo psicofármaco va a impactar en la función sexual en todas las fases, fundamentalmente en la del deseo y en la capacidad de alcanzar un orgasmo. Así, hay que comprender que por un lado el contexto  de la medicación y del estado anímico y emocional de la persona para  buscar favorecer situaciones, la variedad y cantidad de estímulos y cuáles de ellos son los que van a hacer que esa persona pueda conectar con el placer y aumentar su nivel de excitación”, aconsejó. Esta búsqueda de alicientes en la intimidad favorece a desencadenar un orgasmo aunque hay que tener en cuenta que algunas veces sucederá y otras no.

“Esto es parte de la vida sexual y en ella hay que saber que la búsqueda de la satisfacción, o de la conexión con el placer sexual está ligada siempre a la salud mental que es la que nos aporta bienestar. Aprender de sexualidad es saber que es mucho más que una respuesta orgásmica”, cerró Pavicich.

En efecto, la Organización Mundial de la Salud señaló en un informe que son más de 280 millones las personas alrededor del mundo las que sufren este trastorno. No todos tienen diagnóstico. No todos están medicados, y gran parte de aquellos que sí lo están desconocen que su vida sexual podría verse afectada.

Alberto es empleado administrativo y el inicio de su depresión se remonta a más de una década atrás, tras la muerte de su mejor amigo. “Tardé años en ir a un psicólogo que después de dos sesiones me derivó a un psiquiatra, al que también me costó animarme a consultar. Entonces cuando asocié mis problemas en la intimidad a la medicación, también me fue tomó  meses preguntar si era posible que esto estuviera pasando”, confesó.

Lo que sucedió con este hombre es más común de lo que la mayoría imagina, indicó el psiquiatra y sexólogo Roberto Finoli que al ser consultado por LA GACETA, mencionó que hay estudios que demuestran un parte importante de la comunidad médica no evalúe los efectos que causan en la sexualidad los psicofármacos. “En la consulta no se habla sobre esto, pero deberíamos”, remarcó.

Síntomas y diferencias

¿La disminución de la autoestima y la falta de interés general, comunes en la depresión, pueden reducir el deseo sexual? Sí. “La ansiedad además puede generar preocupaciones sobre el desempeño, lo que lleva a disfunción eréctil o anorgasmia”, explicó el psiquiatra.

Y añadió: “Cambios hormonales asociados a estas condiciones, como niveles elevados de cortisol o alteraciones en serotonina y dopamina, impactan la libido y la función sexual”.

Todo lo mencionado incluso puede ocurrir sin medicación. Con ella en la lista se agregan un par de puntos más como disminución de la libido, dificultad para alcanzar el orgasmo y disfunción eréctil, problemas de lubricación. “Un metaanálisis de Montejo, además mostró que entre el 30-50% de las personas tratadas con psicofármacos experimentan efectos sexuales adversos”, amplió Finoli.

Otro punto importante que se debe tener en cuenta es que los efectos no son los mismos en hombres y en mujeres. Silvina tiene 40 años, es comunicadora y tras un difícil divorcio fue diagnosticada y medicada por depresión. “Cuando mejoré intenté volver a las citas pero en los primeros encuentros sexuales me di cuenta que no alcanzaba con facilidad el orgasmo. Utilicé Google y la relación con mis pastillas fue instantánea. En mi siguiente turno con mi psiquiatra lo comenté para buscar soluciones”, contó sobre una de las formas en las que afecta al sexo femenino. La otra es la baja del

Los hombres, en tanto, son más propensos a experimentar disfunción eréctil asociada con ansiedad o depresión. “También pueden mencionar mayor frustración o vergüenza debido a expectativas sociales relacionadas con el desempeño sexual: “por eso es muy importante hablarlo en la consulta para evitar que el paciente incurra en una discontinuación del tratamiento”.

Tratamiento conjunto

Abordar la salud mental y la salud sexual en un tratamiento conjunto, no es una utopía sino una necesidad, por lo que al respecto habló Mileva Pavicich licenciada y psicología y sexóloga. “La depresión es una enfermedad que te quita las ganas de vivir, te quita el deseo de hacer cosas, de estar activos en la vida, entonces también la libido y el deseo sexual puede estar disminuido o ser prácticamente nulo cuando aparecen estos trastornos”, aseveró.

Para ella, el punto de partida es entender que una persona que tiene una enfermedad mental necesita la medicación psiquiátrica para poder estar compensada y poder llevar adelante su vida.

“No obstante todo psicofármaco va a impactar en la función sexual en todas las fases, fundamentalmente en la del deseo y en la capacidad de alcanzar un orgasmo. Así, hay que comprender que por un lado el contexto  de la medicación y del estado anímico y emocional de la persona para  buscar favorecer situaciones, la variedad y cantidad de estímulos y cuáles de ellos son los que van a hacer que esa persona pueda conectar con el placer y aumentar su nivel de excitación”, aconsejó. Esta búsqueda de alicientes en la intimidad favorece a desencadenar un orgasmo aunque hay que tener en cuenta que algunas veces sucederá y otras no.

“Esto es parte de la vida sexual y en ella hay que saber que la búsqueda de la satisfacción, o de la conexión con el placer sexual está ligada siempre a la salud mental que es la que nos aporta bienestar. Aprender de sexualidad es saber que es mucho más que una respuesta orgásmica”, cerró Pavicich.

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