Horacio Rosatti advirtió sobre la designación por decreto de Lijo y de García Mansilla: “Todo termina en la Corte”

El magistrado analizó el diálogo de la Justicia y la política en la actualidad en una entrevista con Carlos Pagni.

PRESIDENTE DE LA CORTE. Horacio Rosatti.  PRESIDENTE DE LA CORTE. Horacio Rosatti.
24 Diciembre 2024

El presidente de la Corte Suprema de Justicia nacional, Horacio Rosatti, habló sobre la posible designación por decreto de Ariel Lijo y García Mansilla y dejó una advertencia al presidente, Javier Milei. “Todo termina en la Corte”, afirmó. El presidente del máximo tribunal de Justicia reflexionó sobre el rol de la Justicia y habló de una “recíproca incomprensión” con la política. Remarcó que en la actualidad existen “zonas grises” entre ambos poderes.

El magistrado analizó el diálogo de la Justicia y la política en la actualidad. “La Corte tiene que funcionar, con tres, con cuatro o con cinco integrantes”, señaló tras la acordada que publicaron días atrás. 

Además, consultado sobre la designación de Ariel Lijo para integrar el máximo tribunal, que podría darse por decreto, el magistrado consideró que “lo tiene que resolver la Corte en última instancia si hay cuestionamientos”. Sin embargo, evitó manifestar su opinión por adelantado. “La experiencia me ha enseñado que uno nunca tiene que responder frente a una hipótesis de un hecho que no ha acontecido; puede pasar o no”, insistió.

El ADN de la política

El juez y abogado de 67 años se refirió a la relación entre la política y la Justicia. “Siempre hay una zona de recíproca incomprensión, porque la política quiere hacer cambios, está en su ADN, y muchas veces se queja de que la justicia frena o demora los cambios, pero la justicia suele cuestionar a la política por lo bajo, porque no se pueden hacer cambios de cualquier manera, sino siguiendo un determinado procedimiento sin afectar determinados derechos”, resaltó.

Javier Milei en Tucumán Javier Milei en Tucumán

Rosatti consideró que la presión que recae sobre los ministros de la Corte desde la vereda de la política la vive “con naturalidad” y asegura que es “casi normal que haya una zona de recíproca incomprensión”. “Siempre ha habido una línea divisoria que ha estado más o menos clara, y ahora hay zonas grises”, precisó.

“El político es una persona que mira la realidad con grandes trazos, y el conflicto, para el político, es algo normal; el juez no. Tiene una mirada distinta donde uno tiene razón y el otro no: hay una norma, un hecho y una conclusión. Cabezas con formato diferente. Ese es el valor de la división de poderes y el control recíproco que hay entre ellos”, detalló.

Las resoluciones de la Corte

Para el juez existe una dicotomía errónea en la forma en la que se ejecutan las resoluciones de la Corte, en relación con casos sin precedentes. “Hay temas que antes no eran fundamentales para la ciudadanía, que hoy lo son, como el medio ambiente. Nosotros no actuamos porque queremos, sino porque nos llega un caso”, dijo.

“Uno tiene que actuar con las herramientas que tiene. A veces lo que pasa en la Argentina es que los que tienen que definir algunas cuestiones no las definen y terminan definiéndolas otros. Por ejemplo, el tema del divorcio: primero estuvo el fallo y luego la ley, cuando debería ser al revés. En la interrupción voluntaria del embarazo, lo mismo. Lo recomendable es que primero esté la ley, que es lo que nos permite decir que hubo un debate público, pero los casos se plantean por esa falta de definición y van a tribunales. Y el juez tiene que decidir, y se le dice que se mete en un terreno que no es el propio”, explicó.

A modo de ejemplo mencionó dos casos que debieron resolver este año en tribunales. “Uno de fertilización asistida post mortem y otro de gestación por subrogación de vientre. No está regulado. Y quizás en algún momento tenemos que tratar un tema de eutanasia, y nada de eso está regulado por la política”, precisó en la entrevista con Carlos Pagni.

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