En 1997, la banda adoptó el nombre definitivo de Callejeros con una formación integrada por Patricio Fontanet en la voz, Christian Torrejón en el bajo, Eduardo Vázquez en la batería, y Gustavo Varela junto a Guillermo Le Voci en las guitarras. Sin embargo, Varela y Le Voci dejaron el grupo en 2000 y 2001, respectivamente. En su lugar, se unieron Maximiliano Djerfy y Elio Delgado como guitarristas. Además, en 2001, Juancho Carbone se sumó a la banda como saxofonista. Ese mismo año, Callejeros lanzó su primer álbum, Sed.
Dos años después de su disco debut, salió a la venta "Presión" y tuvieron su primer hit “Una nueva noche fría”. Callejeros creció hasta más allá de lo que imaginaron sus integrantes. Antes de lanzar su tercer disco, Rocanroles sin destino en octubre de 2004, habían llenado por dos noches el estadio de Obras Sanitarias, donde los vieron 10 mil personas, y la cancha de Excursionistas, en la que reunieron a 15 mil.
El crecimiento que chocó contra Cromañón
La noche del 30 de diciembre de 2004 sería la última de la serie de tres conciertos que planeaban hacer junto a Omar Chabán, con quien solían trabajar cuando tocaban en Capital Federal. El plan consistía en presentar uno detrás del otro, los tres discos editados hasta ese momento por la banda. El 28 fue el turno de Sed, el 29 le tocó a Presión y cerrarían el 30 con los temas de Rocanroles sin destino.
Antes que subieran al escenario, las luces de los fuegos artificiales arrojados por el público en el boliche iluminaban el lugar. Chabán subió al escenario para alertar sobre el riesgo y recibió un coro de insultos: “Loco, déjense de joder que hoy somos seis mil personas y no queremos que pase lo de Paraguay”, en referencia al incendio del shopping Ycuá Bolaños de Asunción.
Fontanet tomó la misma actitud para alertar, pero no fue suficiente, o no lo tomaron en serio. “Rescátense un poco porque se prende fuego el lugar… ¿Entendieron? ¿Les quedó claro a todos? ¿Si? ¿Se van a rescatar, se van a poner las pilas? ¡Vamos! ¡Rescátense! Tenemos que hacer el show, loco”, protestó.
Después de que el cantante hizo su advertencia, subió al escenario: “Buenas noches, Cromañón, bienvenidos a la última velada del año. Gracias a este hermoso y distinguido público, esta fiesta es posible. ¡Damos comienzo al show… con ustedes y para ustedes, Callejeros!” , con un break de batería, el rock sonó en Cromañón y sonó Distinto. La fiesta duró apenas un minuto y cincuenta y ocho segundos.
Con el cuarto estruendo de una bengala, lanzada desde el público, se encendió la malla de poliuretano en el techo del boliche, la música se apagó y comenzó el incendio. El saxofonista fue el primero en notar cómo se dispersaba el fuego por el techo y quiso advertirle a la gente que saliera por el escenario, pero el micrófono no funcionaba, ya que Chabán ya había cortado el sonido.
El cantante, en medio del caos que se iniciaba, saltó desde el escenario, sorteó la valla ubicada frente a él para que los chicos no subieran al mismo, e intentó apagar el panel que se incendiaba. Luego lo vieron entrar y salir varias veces para ayudar a rescatar gente. Intentó buscar a su novia, Mariana Sirota, y a su mamá, Susana. En cambio, terminó salvando de la muerte a otros. Dicen que Fontanet terminó en la plaza, junto a cientos de sobrevivientes, exhausto y luego fue trasladado al hospital Francés.
Carbone se dedicó a levantar a la gente que se desmayaba apenas salía por la puerta principal, y a llevarla hasta las ambulancias que comenzaban a llegar. Eduardo Vázquez, el baterista, salió rápidamente dirigiendose al hotel, mientras que otros integrantes como Maximiliano Djerfy y Cristian Torrejón ayudaron a evacuar a algunas personas antes de abandonar el lugar. Elías Cariaga, según testigos, también asistió en la evacuación, aunque posteriormente se retirón al comprender la magnitud del siniestro.
En los días siguientes, los integrantes de Callejeros enfrentaron una tormenta mediática y judicial. Fontanet defendió reiteradamente a la banda, argumentando que la responsabilidad del desastre recaía sobre el empresario Omar Chabán, dueño de Cromáñón, y sobre las autoridades municipales que habían habilitado un lugar con graves fallas de seguridad.
El juicio que siguió al desastre también dividió a los integrantes de Callejeros. Finalmente, en 2011, varios de ellos fueron condenados por “culpa compartida” en el hecho.