¿Cómo reaccionamos ante la muerte de personalidades importantes?

¿Cómo reaccionamos ante la muerte de personalidades importantes?
Nicolás Iriarte
Por Nicolás Iriarte 02 Enero 2025

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La muerte de Jorge Lanata sacudió las últimas hojas del calendario de 2024 y revivió otras muertes de figuras importantes para nuestro país y el mundo; otros episodios similares y, porqué no, otros miedos. Miedos de los que asistimos a esas muertes como espectadores, pero en las que no dudamos en dar nuestra opinión. En estas circunstancias es donde cabe preguntarnos: ¿cómo reaccionamos a las muertes de personalidades importantes?

Diego Maradona fue quizás la figura más trascendente de nuestro país y su muerte, en 2020, no solo causó las muestras de dolor y fanatismo más grandes que se podían prever, sino también juicios de valor sobre su vida, sus parejas, su entorno, su estado físico, sus adicciones, entre otras cosas. Sin entrar en comparaciones forzadas e injustas y siempre teniendo en cuenta que hablamos de figuras de distintos medios que generaron al menos un impacto en la sociedad, la muerte de Silvina Luna en 2023 fue otro cimbronazo. En ese caso, la opinión pública puso los ojos y su juicio en las cirugías estéticas. ¿Cómo era posible que Luna quisiera ser aún más “linda” o necesitara operarse para serlo? Saltemos a Matthew Perry, más conocido como “Chandler”, de Friends, quien murió también en 2023. La soledad que frecuentaba y las drogas fueron los argumentos con los que fue “sentenciado” en las redes sociales. También está el caso de Liam Payne, el cantante británico que murió en nuestro país en circunstancias dudosas. Cuando la Policía entró a su habitación, pudieron encontrar distintos tipos de drogas. Los videos de la cámara de seguridad mostraban al cantante en mal estado.

El caso de Lanata fue especial: su estado crítico de salud desde hace seis meses hizo que el impacto de la noticia final no fuera tan sorpresivo, pero no lo libró de los juicios de valor desde aquel momento hasta ahora mismo. Desde que quedó internado en junio, se hizo énfasis sobre lo “mal que se cuidaba”, “los cigarrillos que fumaba” y hasta inclusive se llegaron a develar tensiones dentro de su misma familia, precisamente entre sus hijas, sus ex esposas y su actual mujer.

Como si hablar de sus carencias humanas nos sirviera de algo. A simple vista parece inútil, pero ¿lo es para esta clase de espectadores? Para mucha gente, señalar las miserias de los otros tiene una función necesaria: tranquilizarlos a ellos mismos. ¿Cómo funciona esto? Por un momento, nos retrotraigamos a la pandemia de Covid-19, el escenario en materia de salud más temido por muchos. La licenciada en psicología Alicia Stolkiner supo decir que uno de los efectos de aquella situación fue la “negación”.

“Cuando uno piensa ‘esto a mí no me va a pasar’ o ‘si me pasa va a ser leve porque soy joven’, eso es negación”, explicó a la revista MDZ. Esa clase de razonamientos los deja “tranquilos”. De hecho, lo primero que preguntaban algunos cuando se enteraban que alguien había muerto de Covid era:“¿Qué factores de riesgo tiene?”. O “¿cuáles son las comorbilidades?”. Saber de las fallas físicas del otro nos aliviaba: “Ah, bueno. Era fumador y yo no fumo. A mí no me va a pasar”, por ejemplo.

De hecho, el prestigioso neurólogo Conrado Estol, especialista en accidentes cerebro vasculares escribió un libro llamado “A mí no me va a pasar”. En una nota con Infobae, el médico explicó que en sus 40 años de carrera recibió infinitas veces la frase con la que titula su libro, de parte de sus pacientes. “Muchas veces tuve que convencer a más de uno que tenía la presión alta”, contó. Lo que sea para confirmar que “a mí no me va a pasar”.

Entonces, ¿de qué sirve hacer énfasis en el estilo de vida de Maradona, en las operaciones de Silvina Luna, la soledad de Matthew Perry, las adicciones de Liam Payne o la situación familiar de Jorge Lanata o la cantidad de cigarrillos que fumaba? Sirve, al parecer, para tranquilizar a aquellos que -como muchos- temen morir y necesitan sentirse lo más alejados de las situaciones que experimentan los nombrados al comienzo de este párrafo y tantos otros más. 

Volvamos a la pandemia nuevamente. En aquel momento, las recomendaciones que recibíamos para cuidarnos estaban basadas en la empatía. ¿Qué es la empatía? Es el sentimiento de identificación con algo o alguien; la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Los especialistas aseguraban en ese momento que el uso del barbijo no era para cuidar de nosotros, si no para cuidar de los otros. La psicóloga bonaerense Stolkiner aseguraba que se trataba de "cuidados colectivos" en contraposición a la idea más individualista de "cuidarse uno mismo”.

Y quizás esto puede que nos falte a la hora de reaccionar ante la muerte: empatía. Empatía ante las de gran impacto como Lanata el lunes pasado, y ante las que no lo tienen también.

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