Milei avanza con la liberación del reciclaje, mientras los cartoneros tucumanos enfrentan una crisis

Nación habilita la exportación de chatarra y residuos metálicos; así continúa con el proceso de desregulación del mercado interno, que inició con el cartón y el impacto entre los recicladores callejeros.

Recicladores callejeros depositan los residuos de la jornada. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO (ARCHIVO) Recicladores callejeros depositan los residuos de la jornada. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO (ARCHIVO)
02 Enero 2025

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció que se habilita nuevamente la exportación de chatarra y residuos metálicos en el país. De esta manera, la gestión de Javier Milei libera una actividad que estaba prohibida desde 2009, durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández.

El funcionario comunicó esta decisión oficial a través de la red social X, informando que “decidimos no renovar los alcances de los decretos 1040/20 y 70/23 (no confundir con el DNU 70/23), por los cuales se había prohibido la exportación de desechos metálicos y no ferrosos”. Sin embargo, no hizo referencia a la importación de estos productos.

“Esta prohibición era nociva por varios motivos. Primero, porque al deprimir el precio local de los desechos desincentivaba el reciclado. Pero era nociva, sobre todo, porque prohibía un sinfín de negocios de reciclado para amplísimos sectores de la economía (por dar un ejemplo, cables de cobre desechados por las telefónicas, que tienen un activo mercado para reciclado en el exterior no podían exportarse). En estos meses recibimos incontables mensajes de empresas cuyos negocios estaban vedados por esta prohibición”, escribió Sturzenegger.

De esta forma, la administración libertaria profundizó un proceso de liberación del mercado interno de reciclaje, que había iniciado en diciembre de 2023 con la desregulación en el segmento del cartón. Esta medida afectó a la baja el precio del material.

“No vemos con buenos ojos que se libere el mercado, porque también se permitirá el ingreso de materia prima, lo que deprimirá el precio de la chatarra en la plaza local”, dijo Pablo Paiz Magli, referente del Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico (CIAT) de Tafí Viejo.

El directivo expresó que, en la exportación, también inciden de manera desigual distintas etapas de la logística, como el costo del flete. “El acero vendrá con precio internacional”, acotó, con relación con una posible apertura de importación, medida que no fue confirmada por la gestión de Milei. “La chatarra debe procesarse y convertirse en un producto de alto valor en el país”, opinó.

El Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico (CIAT) procesó en Tafí Viejo 100.000 kilos de residuos en 2024. De ese volumen, un 22% correspondió a material metálico.

En la capital, el programa “Separá” de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán acumuló 189.400 kilos durante los meses de vigencia en 2024 (hasta diciembre). Este plan promueve la separación de residuos sólidos urbanos, que incluyen vidrio y aluminio.

“Como municipio, no comercializamos los residuos, sino que los entregamos al nodo ambiental. Allí, las cooperativas de recuperadores urbanos comercializan esos materiales. En la medida en que nosotros separemos los materiales puerta a puerta, les estamos dando la posibilidad de generar ingresos sin necesidad de separar la basura. Por eso, el objetivo del programa es ambiental y social”, señaló Julieta Migliavacca, secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la capital.

La funcionaria explicó que la decisión nacional no significará un impacto económico en el corto plazo para la intendencia capitalina. A la vez, dejó en claro que la exportación “no es un proceso sencillo” para las cooperativas, considerando las condiciones comerciales y las exigencias de normas.

“Seguramente, el procedimiento para vender al exterior será mucho más complejo que venderlo internamente. Pero si los precios de la chatarra llegaran a ser mucho más altos, se abrirían mercados y se potenciaría este tipo de residuo. Atraerá, si el precio es muy tentador, a otros interesados en este producto, afectando a los pequeños cartoneros y al circuito de la economía social”, completó.

Efecto en el cartón

Migliavacca hizo hincapié en que la Municipalidad de la capital “trata de juntar la mayor cantidad de material para poder obtener un mejor precio” para los denominados recicladores callejeros.

“Luego de separarlos durante el día, los recicladores venden los materiales a algún corralón o comprador. Pueden conseguir un precio mayor si comercializan entre varios. Incluso podrían cargar un camión y vender lo reciclado en otra provincia”, describió.

La caída del precio del cartón se registró desde la liberación del mercado interno. Se produjo un derrumbe de casi el 60% en todo 2024, ya que la tonelada pasó de $340.000 a $140.000, según indicaron en el Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico de Tafí Viejo. “Hoy, los cartoneros tienen que trabajar tres veces más”, reflexionó Pablo Paiz Magli.

Merry Anastasio, representante en la provincia de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR), coincidió con este diagnóstico, al afirmar que la apertura de la comercialización perjudica a los recicladores callejeros.

“Venimos peleando con las municipalidades (de Tucumán) por un espacio y para poder trabajar en condiciones. A esto se le sumó ahora la importación y exportación de materia prima, lo que perjudica a los compañeros porque les baja el precio. Por ejemplo, antes de asumir Javier Milei, un trabajador recaudaba $34.000 por 200 kilos de cartón reunidos en cuatro horas. Actualmente, para recoger el mismo volumen tiene que destinar más horas debido a que bajó el consumo y los ingresos, y percibe $8.000”, explicó.

“Las cooperativas podemos mejorarles el precio, pero esta situación nos afecta a todos; nosotros también vendemos a la industria”, expresó.

Merry Anastasio explicó que el grupo “material metálico abarca aluminio, chatarra, latas o cobre. Las cooperativas no tenemos mucho de este tipo de residuos, ya que hay corralones que pagan muchísimo más por ellos, y no podemos competirles. Y la mayor cantidad de cobre que se consigue proviene del robo de cables. Se verá cómo impactará la medida nacional en el mercado”, planteó al final.

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