La increíble historia de Adriano Gabriel Manca, el tucumano que conquistó Ferrari

Desde su niñez en la provincia hasta su trabajo en la emblemática automotriz, el joven demuestra que los sueños pueden hacerse realidad con esfuerzo, dedicación y perseverancia.

03 Enero 2025

Adriano Gabriel Manca, un joven tucumano que desde los 12 años soñaba con trabajar en Ferrari, convirtió ese anhelo en realidad. Hoy, radicado en Italia, forma parte del equipo de ingeniería de Gran Turismo de la marca, donde es responsable del ensamblaje y la fabricación de los chasis.

“Siempre dije que iba a trabajar en Ferrari”, cuenta Adriano a LA GACETA. Su camino hacia este logro comenzó en el colegio técnico Lorenzo Massa, donde eligió especializarse en mecánica. Posteriormente, continuó sus estudios en ingeniería mecánica en la Universidad Nacional de Tucumán, donde se propuso buscar oportunidades para llegar a Italia.

El salto internacional

Gracias a un convenio de doble titulación entre la Universidad Nacional de Tucumán y la Universidad de Salerno, Adriano se trasladó a Italia en 2017. Allí se formó durante cuatro años, participando en proyectos como la construcción de autos de carrera, lo que le permitió su primera cercanía con Ferrari.

“No fue fácil, tuve que buscar becas, aprender italiano y habilitar el convenio para mi carrera junto a otros compañeros”, relata. Su determinación dio frutos cuando, tras varios intentos, fue aceptado en Ferrari en 2022 para trabajar en el proyecto del modelo F80.

La increíble historia de Adriano Gabriel Manca, el tucumano que conquistó Ferrari

La experiencia Ferrari

Adriano describe su labor como un trabajo de alta precisión. “Mi función es asegurar que las piezas del chasis diseñadas en 3D puedan ser construidas en la realidad. Si no indico las modificaciones necesarias, los análisis virtuales no coincidirían con los resultados reales”.

Desde su ingreso, Manca tuvo ascensos y ahora gestiona la fabricación de todos los chasis, además de formar nuevos talentos. Sin embargo, aún tiene metas por cumplir, como convertirse en empleado interno de Ferrari y, en un futuro, crear su propia marca de autos.

Los sacrificios del camino

Adriano no oculta los sacrificios que implicó perseguir su sueño. “Dejé a mi familia y amigos en Tucumán. En Italia tengo pocos parientes, pero nunca perdí de vista mi objetivo. Renuncié a trabajos bien remunerados para ganar experiencia en el sector automotriz y encaminarme hacia lo que siempre quise”.

Un mensaje a los soñadores

Desde Módena, donde reside actualmente, Adriano envía un mensaje a los estudiantes y jóvenes tucumanos: “Si tienen un objetivo, trabajen por él. Sean persistentes, aprendan de cada persona y no dejen que los obstáculos los detengan”.

Adriano, sin dudas, es la prueba de que la pasión y el esfuerzo pueden llevar a cualquier lugar, incluso al corazón de Ferrari.

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