Las "Serpientes" no paran de reproducirse en el Seven de Tafí del Valle

En el costado derecho de la cancha del Seven de Tafí del Valle, un grupo de padres y sus hijos llaman la atención con camisetas de colores rosa, verde y gris, que llevan la inscripción: "La 2014 - Universitario". Con redoblantes en mano y algunas bengalas de humo, alientan a Aguas Palau durante el partido contra Municipalidad de Aguilares. “Hay muchos chicos que son de 'Uni', y por eso decidimos venir a apoyarlos”, explica Javier Ruiz, de 44 años. Conocido entre sus amigos como el "Roedor", Ruiz jugó en la "Serpiente" durante varios años y ahora, alejado de la cancha como jugador, intenta transmitirle el amor por el rugby a su hijo.

“El dueño del equipo es uno de los padres de la M-11, y entre todos organizamos este viaje para alentar a Palau. Además, hay varios jugadores del club, así que nos sentimos muy representados”, añade con entusiasmo. La delegación, compuesta por unas 20 personas, comenzó a tomar forma durante la edición 24° del Seven. “El año pasado, para muchos de nosotros fue la primera experiencia aquí, pero esta vez nos preparamos de otra manera. Sabíamos lo que necesitábamos para disfrutarlo más”, comenta Ruiz.

Para él, el Seven no solo es un evento deportivo, sino también un espacio seguro para que los jóvenes se diviertan. “Ellos juegan, recorren los stands y disfrutan el ambiente. Es un lugar donde pueden moverse con libertad, y eso nos da tranquilidad a los padres”, destaca.

El evento no solo ofrece espectáculo dentro del campo de juego, sino que también rinde homenajes a figuras destacadas del rugby local. En esta edición, Lucas Barrera Oro, Tristán Molinuevo y Federico Salazar fueron distinguidos por ser los jugadores con más participaciones, con 16, 12 y 10 ediciones respectivamente. Asimismo, José María Núñez Piossek recibió un reconocimiento especial por su trascendencia en el deporte, mientras que Santiago Taboada, presidente saliente de la Unión de Rugby de Tucumán (URT), y Carlos Marti Coll, flamante presidente de la entidad, también fueron homenajeados por su aporte a la disciplina.

El Seven de Tafí del Valle no solo congrega a jugadores y fanáticos del rugby, sino que también se ha convertido en un evento social que fortalece lazos familiares y amistosos. En cada rincón de la cancha, el eco de los tambores y los gritos de aliento se mezclan con la calidez de un entorno único, donde el deporte y la camaradería se encuentran para celebrar mucho más que un torneo.