Fabian Peláez, el cirujano sanjuanino acusado de secuestrar y prostituir a su pareja, negó todos los cargos en su contra y aseguró que la mujer que se arrojó del balcón de un departamento en pleno centro de Palermo “tuvo un brote psicótico”.
El médico reconoció que con su pareja habían consumido drogas durante la noche anterior al dramático episodio y recordó un antecedente similar en el que supuestamente la mujer había tenido “un desborde psicológico”.
En la declaración indagatoria que dio este martes, Peláez contó que él está divorciado, que mantiene una relación con la víctima desde hace cuatro años y que ella anteriormente era su paciente.
En ese relato, el cirujano agregó que hicieron “muchos viajes en familia” de los que participaron sus dos hijos y el hijo que tenía ella, así como también hicieron “viajes de pareja al exterior”, entre ellos uno a Europa en 2024.
El detenido dijo que convivió con la joven durante 3 años y medio, pero aclaró que hace seis meses que no conviven. En ese contexto, relató una situación que vivió en agosto del año pasado.
“Tuvo un episodio de desborde psicológico por la presión que tenía en sus exámenes. No habíamos consumido ninguna sustancia, estaban mis niños en casa y mi hijo me preguntó si se podía quedar a dormir un amigo. Ella reaccionó con mucha violencia porque me había pedido que ese niño en particular no se quedara”, recordó.
Luego de explicar la relación sentimental que lo une con la denunciante, el médico detalló cómo fue la noche previa al episodio y los instantes anteriores a que la mujer se arrojara del balcón del departamento ubicado sobre Niceto Vega al 5940.
Peláez contó que a la noche le consultó “si se sentía bien” y dijo que la respuesta de la joven fue que “se sentía mejor”. El conflicto, según su relato, comenzó a las 9 de la mañana del día siguiente.
“Me despierto a los gritos. Ella decía ‘hijo de puta, hijo de puta, me tenés secuestrada’ e inmediatamente se sentó en la cama. La agarré porque me estaba manoteando y le pregunté qué le pasaba. Empezó a gritar lo mismo, pero más fuerte”, relató.
Unos instantes después de esa discusión verbal, se produjo un forcejeo dentro del departamento: “La sujeté, forcejeamos porque quería salir corriendo, me rompió la remera que tenía puesta y se me escapó”.