Israel-Palestina: “Dos estados” piden todos; pero ¿cómo?

Israel-Palestina: “Dos estados” piden todos; pero ¿cómo?
03 Febrero 2025

Carlos Duguech - Analista internacional

Es de suponer “meras declaraciones de compromiso” las expresiones oficiales difundidas sobre lo que los gobiernos de las naciones vienen expresando a su tiempo por la solución de “los dos estados” para el casi octogenario conflicto palestino- israelí.

Ninguno de los gobiernos, menos aun los que estando representados en la Asamblea General de la ONU del 27 de noviembre de 1947 y que votaron a favor de la “Partición de Palestina”, repararon en el Capítulo XI de la Carta fundacional de Naciones Unidas vigente desde octubre de 1945. Se refiere a la “Declaración relativa a territorios no autónomos”. El texto es de un significativo contenido humanístico.

Artículo 73

“Los Miembros de las Naciones Unidas que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo, aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales establecido por esta Carta, el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimismo se obligan:

A. a asegurar, con el debido respeto a la cultura de los pueblos respectivos,…

B. a desarrollar el gobierno propio, a promover la paz y la seguridad internacionales,...

C. a promover medidas constructivas de desarrollo,…”

Vale tener presente el Artículo 1 de la Carta, punto 2: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.

Sagrado

La palabra sagrado se utiliza por única vez en el texto de la Carta (de 9.374 palabras). Muy significativa se muestra la intención de los 51 países que la aprobaron en 1945 al haber utilizado esa palabra, precisamente, en un capítulo específico: el XI.

Conclusión, prima facie, indubitable: la Asamblea General (AG) de la ONU incursionó en 1945 en un asunto marginando su propia carta mientras le quitaba -en los procedimientos- el sentido a la palabra sagrado, nada menos. La “Palestina del Mandato” que la Sociedad de las Naciones configuró para que lo ejerciera Gran Bretaña devino en un territorio que, el derecho consuetudinario cristalizado a partir del apartamiento de lo normado en la Carta, lo convertiría en el territorio de la “partición”.

Evolucionan desde allí espirales de encuentros y desencuentros; guerras y terrorismo; acuerdos y violaciones de normas. Y nutrida participación en la vidriera de las potencias mundiales dominantes y de los países centrales. Propuestas, ideas, aportes teóricos, promesas… En rigor, en todo ello no era difícil advertir un interés indisimulable: “participación en las ganancias”, de todo tipo. Y se hace notar que nunca se les dio la oportunidad debida a los habitantes de la “Palestina del Mandato”, a todos ellos, árabes, judíos y otros, a ejercer un derecho consagrado. Advertido, nada menos, que ¡hace 107 años! (Balfour, Noviembre de1917).

Vale consignar lo del Artículo 1 de la Carta, punto 2: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal. No hubo posibilidad de la autodeterminación. Nunca se preparó el campo para ello. Factores diversos interesados se confabularon -a su modo- para que esa libre determinación no fuera un mandato a cumplir.

Primera Guerra Mundial

Hubo un tiempo (mientras se desplegaba por cuatro años la “Gran Guerra”- desde 1914 a 1918) en el que la cuestión hoy denominada conflicto israelo-palestino era omnipresente. En 1917 se dio a conocer lo que había sido mantenido en secreto: el acuerdo Sykes (Gr. Br.)-Picot (Francia) que operaría cuando el imperio Otomano, uno de los contendientes en la primera guerra mundial, hubiese sido derrotado. Para Palestina se propuso una “administración internacional”.

La Declaración Balfour

El ministro de relaciones exteriores del gobierno británico dirigió una nota -que se hizo pública- a Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña:

“Foreign Office, 2 de noviembre de 1917. Estimado Lord Rothschild: Tengo el gran placer de transmitirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía con las aspiraciones sionistas judías que ha sido presentada y aprobada por el Gabinete. El Gobierno de Su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y hará todo lo posible para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país. Le agradecería que hiciera llegar esta declaración al conocimiento de la Federación Sionista. Atentamente, Arthur James Balfour”. (El subrayado es del columnista para destacar lo que no se ha cumplido de la Declaración Balfour).

Independencia de Israel

En el texto oficial publicado en castellano y con un inserto del texto original del Acta en hebreo, hay un preámbulo en la Declaración de Independencia de Israel: “Por consiguiente nosotros, miembros del Consejo del pueblo, representantes de la comunidad judia de Eretz Israel y del movimiento sionista, estamos reunidos aquí en el día de la terminación del mandato británico sobre Eretz Israel y, en virtud de nuestro derecho natural e histórico y basados en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamamos el establecimiento de un estado judío en Eretz, Israel, que será conocido como el estado de Israel”. Cuando en otro párrafo citaba a la ONU, fue una cita cercenada: “El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas disponía el establecimiento de un estado judío en Eretz Israel” (*) “Este reconocimiento por parte de las Naciones Unidas sobre el derecho del pueblo judío a establecer su propio estado es irrevocable”. La contracara: Israel Katz, ministro de Asuntos Exteriores de Israel anunciaba el 2 de octubre último “persona no grata” al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por no haber condenado los ataques de Irán a Israel, entre otras razones. Vale señalar que Israel es uno de los países miembros de la ONU que más resoluciones incumple, tanto las de su Consejo de Seguridad como las de su Asamblea General. Esta disociación configura un proceder de rebeldía de Israel miembro pleno de ONU desde 1949.

Casi ayer

No tuvo difusión masiva en la prensa un encuentro de singular trascendencia en el Vaticano. El Papa Francisco se reunió con Ehud Olmert, ex primer ministro de Israel (2006-2009) y el ex ministro de exteriores de Palestina Nasser el-Kidwa. La propuesta al Papa: alto el fuego inmediato, liberación de rehenes en Gaza y de palestinos de las cárceles de Israel y reanudación de negociaciones para el logro de los dos estados soberanos. Olmert, de vasta experiencia negociadora desde su gestión de primer ministro. La idea toma en cuenta a Jerusalén y se propone sea la capital de hebrea en los sitios anteriores al 5 de junio de 1967, la “Guerra de los seis días” lanzada preventivamente por Israel. Y se pretende con el plan que se respete la Ciudad Vieja de Jerusalén de significado sagrado para el cristianismo, el judaísmo y el islam. Y la Jerusalén de los barrios árabes anteriores al 5 de junio, conformaran Al-Quds, capital palestina. Casi se ocultó esta valiosa gestión.

Dos estados: ¿Cómo?

De los 193 países de la ONU, 154 reconocen a Palestina. Muchos de ellos proponen los “Dos estados”. Desde 1967 Israel alentó y construyó miles de viviendas en Cisjordania. Más de 600.000 colonos habitan tierras palestinas. Para los “dos estados”, ¿Cómo? ¿Y los colonos? ¿Y los refugiados palestinos? Sólo preguntas.

(*) Omitió de la cita la parte árabe.

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